Capítulo 6: Italia, allá vamos (Parte 1)

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* Capítulo inspirado por la canción: Live in the moment-Portugal. The Man.

Un momento de paz es más de lo que podemos pedir la mayoría de veces. Nuestras vidas están repletas de momentos y ocasiones. Algunas veces son momentos negativos y otros satisfactorios. Pero de lo que estoy segura es de que de todo se aprende. De los malos momentos, podemos verificar que no debemos volver a cometerlo. Y de los buenos, podemos decir que son una recompensa por todo nuestro esfuerzo.

La felicidad es algo diferente para cada persona. De hecho es un mundo paralelo. Pasa lo mismo con la diversión. Puede ser un concierto, una tarde en la playa, una charla con tus amigos... Pero para mí, todo era diferente. No era como los demás. La mayoría tiene sus ideas clasificadas como si estuviesen en un casillero, pero yo pensaba diferente. Definitivamente, mi vida no se iba a convertir en un dietario. Y mi diversión acababa de comenzar.

La noticia de los dos inesperados viajes fue más de lo que pudimos pedir. Y lo mejor es que nuestro sueño ya no sería un sueño nunca jamás. Sino una realidad. Éste segundo trimestre había sido duro y con mucho trabajo, e Italia iba a ser la recompensa perfecta.

Abrí los parpados cuidadosa y perezosamente para despejar mi mente de mis pensamientos. Mi habitación estaba más oscura de lo habitual, por lo que deduje que era más temprano. Froté mis ojos con mis nudillos para despejarme mejor. No tenía demasiado sueño, por lo que opté por levantarme y estirar mis piernas. Al observar el reloj tallado en madera de roble situado en mi pared, comprobé que mis deducciones eran ciertas. Eran las siete de la mañana. No me tenía que levantar hasta las nueve, ya que la quedada en el aeropuerto no estaba planeada hasta las diez. Pero aunque las vistas desde mi casa no fuesen del todo excepcionales, decidí respirar el ambiente nocturno de la villa.

Apoyé mis codos en el borde de la ventana y cerré tranquilamente mis ojos. La brisa era bastante fría, pero a pesar de notar un ligero escalofrío provocado por la baja temperatura, decidí quedarme con mi pijama. Después de relajarme unos segundos, abrí mis ojos para después entornarlos para poder apreciar la oscura calle. Las farolas estaban encendidas, por lo que daba un toque más cálido. Aunque nunca se podría comparar con la luz natural. Al mirar el cielo mi corazón se derritió. Las estrellas eran algo que siempre me tocaba la fibra sensible. Mucha gente simplemente ve lo superficial, pero el cielo, o incluso el universo, es más complejo que eso. La astronomía es una de mis muchas pasiones, por lo que podría pasarme siglos contemplando el cielo estrellado. Pero algo hizo que desviase mi punto de mira.

Una figura se divisaba al final de la calle. A medida que se iba acercando, pude averiguar más sobre ella. Mejor dicho sobre él. Era un chico de estatura extremadamente alta. Tenía una figura muy bien definida. Su pelo se hallaba por encima de la nuca. Tenía un color azabache que brillaba por la luz de las farolas y unos rizos, cuya mayoría caían despreocupadamente sobre su frente. Al bajar mi vista hacia sus ojos, ellos quedaron descubiertos. Unos ojos azules con unas enormes pestañas embelleciéndolos. Sin dejar de mirarlo, él posó sus ojos azules en los míos. Se detuvo de su camino para mostrarme una sonrisa que mostraba su perfecta dentadura, lo que hizo que me quedase embobada por unos segundos. Al parecer le resultó divertido, ya que se rió fuertemente, lo que hizo que su espalda se arquease. Podría afirmar que se le saltaron incluso las lágrimas. Aunque creo que eso último había surgido en mi imaginación, porque en menos de un segundo, me dio un saludo de despedida mientras sacudía su cabeza sin borrar su sonrisa, retomando su camino. Realmente se dio cuenta de que me estuve fijando descaradamente en él. Pero en mi defensa diré que tenía un aspecto italiano que no pasaba desapercibido.

Tras varios intentos fallidos de olvidarme de ese momento, decidí abandonar mi posición en la ventana para asearme. No tenía planeado llegar tarde al vuelo.

Atormentados FracasosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora