Capítulo 1:

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Narra autor:

El destino es como un ejército de hormigas laboriosas. Miles de hormiguitas haciendo su parte del trabajo. Uno cree que controla su vida, pero el destino, lentamente, se va configurando. Una serie de circunstancias, decisiones y casualidades, van construyendo el destino. El destino es un gran chef que mezcla los ingredientes, preparando el plato que tiene para nosotros. Es una maquinaria precisa y minuciosa que va reuniendo todas las piezas. El destino es como un señor viejo, muy viejo y sabio. Es un profesional, de todas las profesiones. A veces es guionista; urde y entrelaza la trama con pericia, dando giros en la historia de cada uno, permanentemente. El destino es, también, ingeniero. Hace grandes construcciones, joyas de la ingeniería, encaja las piezas, con precisión. El destino también es estratega. Mueve las fichas, despliega sus tropas en el campo de batalla y sabe cómo dar su golpe certero. El destino, es también un superhéroe con poderes ilimitados… puede todo. Puede con todo. Pero como todo superhéroe, tiene una debilidad. La debilidad del destino son las decisiones humanas. Eso es lo único que puede cambiarlo. Como una simple piedrita verde, llamada “Criptonita” puede debilitar a Superman, lo único que puede cambiar el destino, son tus decisiones. Todos tenemos una debilidad, hay veces en las que no nos damos cuenta que nuestra Criptonita está en frente de nosotros. Hay veces en la que creemos no encontrar una debilidad. Generalmente, la Criptonita de cada persona es otra persona. Generalmente, una persona cercana. Un hijo. Una hija. O simplemente la persona que amas. Lo que hace la Criptonita es darte una decisión fácil. Siempre será esa persona, no vos. Será esa persona la que tenga que ser feliz, para que vos… poder serlo también. Será esa persona la que sobreviva, para que vos… sentirte vivo también. Si nos ponemos a pensar, esa piedrita verde no es la única debilidad de Superman, sino existe una mujer por la cual él haría cualquier cosa. Esa es también una debilidad. Esa es también, su Criptonita.

Narra ______:

6:45 am, como todas las mañanas, sonó el despertador. Sin vacilar demasiado, me senté en la cama y apagué el ruidoso despertador. Luego de estirarme, bajé a desayunar, ahí estaba mi hermano. - Hola Steve – sonreí y besé su mejilla - Hola, odiable hermanita – dijo riendo y golpeé amistosamente su brazo mientras comía mi cereal. - ¿Cómo amaneciste? – pregunté - Dormido – rió - ¿y tú? - Igual – reí y el también lo hiso. - ¿Te llevo a la universidad hoy? –preguntó luego de darle un sorbo a su café. - Te lo agradecería – sonreí - Bien, ve a cambiarte y a hacer todo lo que hacen las chicas antes de ir a la escuela – dijo mientras yo subía la escalera, me giré y lo miré - Lo que nosotras hacemos, es lo mismo que ustedes – reí - Pero lo hacen más difícil – rió – ya, sube Reí y subí, cepillé mis dientes, mi cabello, me maquillé un poco, lo normal, me vestí http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&i d=58326665 y bajé. Encontré a mi hermano recostado contra el umbral de la puerta de la entrada principal de casa, sonreía. - Tienes cara de idiota – reí - ¿Qué te pasa? - Nada – rió – solo recuerdo cuando eras chiquita, eras más tierna - Discúlpame por haber crecido – reí - Te perdono mientras no tengas novio –sonrió victorioso mientras se subía al auto - No pretendas que muera virgen, Steve – reí - Oh, lo harás – rió y arrancó el auto. De camino a la universidad reímos de estupideces, cuando me bajé, todas las chicas, como era a diario, pusieron cara de babosas al ver a mi hermano. - Vendré por ti a la una, iremos a almorzar juntos – sonrió - Genial – sonreí y besé su mejilla Caminé hasta el salón que me tocaba primero. Y ahí estaba, como siempre, ese chico tan raro sentado, mirando fijamente a la ventana. Sin hacer mucho ruido, coloqué mis cosas en el banco y me senté. Siempre me sentí interesada de conocer a ese chico, no solo porque sea muy lindo, sinceramente, no entiendo por qué no es el chico más deseado de la universidad, su cabello salvajemente despeinado de color marrón le daba un toque de sexy, sus ojos, de un intenso color chocolate, hermosos por cierto, le daban un toque de ternura a su rostro, además de su nariz que era simplemente perfecta, curvas perfectas, esa es la nariz con la que quisiera chocar en un beso, sus labios, ligeramente rosados, eran deseables, esos a los que no te resistirías si se te acercaran un poco. Nunca había visto su sonrisa, él nunca sonreía, era raro, pero interesante. Siquiera sabía su nombre, solo su apellido, “Payne”. Me quedé pensando en aquello, aunque no lo miraba, solo miraba una hoja que tenía en frente, la cual a veces dibujaba. El salón estaba vacío, solo estábamos nosotros dos, pero ni cruzábamos miradas. - Hey, ____ - exclamo Louis sacándome de mis pensamientos - Louis – dije sonriente - ¿Cómo estás? Louis es mi mejor amigo, fue el primer chico en hablarme cuando llegue nueva a esta universidad, eso sucedió a principio de año. El es el novio de Eleanor, mi otra mejor amiga, ellos estaban enamorados pero nunca se lo dijeron cara a cara, yo fui como su Cupido y los uní. - Bien – contestó sonriente - ¿y tú? - Bien – sonreí El salón se empezó a llenar y la clase comenzó. El preceptor entró y tomó lista. - ¿Nesta? – llamó a Elizabeth por apellido - Presente – contestó ella - ¿Payne? – dijo el preceptor, subió la mirada y miró, como siempre al último banco de la fila que daba contra la ventana, y allí estaba él, quien no respondió. El preceptor hiso un tilde de presente en la lista. - ¿Pevensié? – me llamó - Presente – contesté y el preceptor sonrió Terminó de tomar lista y se fue. La clase de Geografía comenzó. Amo la Geografía y no me cuesta en absoluto. Mi nota más alta en esa materia es un 10 y la más baja, un 10. Terminada la clase, me fui al receso con Louis y Eleanor. Nos sentamos en una mesa y comimos nuestros sándwiches. - ______, en una semana vendrá un primo mío, Harry Styles – dijo Tomo - Oh, qué bueno – sonreí - Quizá puedas darle una caliente bienvenida – dijo serio, lo miré fulminante y estalló de la risa. - Que gracioso eres – lo miré incrédula. - Yo lo he visto a Harry – comentó Eleanor – es lindo – me guiñó el ojo Louis se atragantó con su comida y reímos. - Oye, mujer, Harry es para _____, no para ti, ¿oíste? – dijo Louis “ofendido” - Solo era una broma cielo – sonrió Eleanor y lo besó en los labios. - Oh – dije con un gesto de asco – no aquí, por favor Ambos rieron. - Voy a buscar el libro de Química, que lo deje en el locker, ahora vuelvo – dije y me dirigí a los lockers o casilleros, como prefieran llamarlo. Caminaba tranquila cuando divisé que ese chico, Payne, era empujado brutalmente contra mi casillero por los “matones” de la escuela, quienes golpearon su cara sin parar. Corrí hacia el chico, estaba asustada pero sentía ira por lo que le estaban haciendo.

MI CRIPTONITADonde viven las historias. Descúbrelo ahora