Capítulo 4. "Frente a Frente"

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Ethan

- ¿Estás bien? - Le pregunta ella a Diego después de unos segundos. Estoy temblando y no puedo dejar de mirarla.

- Si. Iré a limpiar la camiseta - Lo escucho decir.

- Te acompaño.

- No, deja. Tienes cosas que arreglar aquí - Sé que se refiere a mi a pesar de que no lo estoy mirando. Ella me mira y asiente.

No sé cuánto tiempo pasa pero ninguno de los dos dice o hace nada. Ni siquiera podemos movernos.

Pasan unos minutos y mis ojos se llenan de lágrimas. Es hermosa, para mí es hermosa. Sus ojos, cejas, boca y nariz. Su pelo y su pequeño cuerpo. No es como me la imaginé, es mejor. Mucho mejor.

Sus ojos están brillando y creo que quiere llorar, estoy por preguntarle por qué hasta que noto que yo también estoy apunto de hacerlo.

- Yo... no... sé... tú.... - Empiezo a decir con voz entrecortada - Pero... yo si - Doy dos pasos hasta estar cerca, extiendo mi mano para tomar su brazo y la acerco a mi para que me abrace y la rodeo con fuerza.

No se aparta. Mi corazón empieza a latir por fin, porque ella no me ha alejado. ambos empezamos a llorar como idiotas, ni siquiera sé porqué estoy llorando. ¿Felicidad? ¿Plenitud? ¿Nostalgia? ¿Tristeza? ¿Culpa?

Respiro profundo y siento que ella también lo hace. Parpadeo varias veces pero las lágrimas no quieren dejar de salir, aunque no me molesta si es ella quien me ve, si es por ella. Ella conoce más allá de mi que algo físico, ella conoce mi alma y eso es prioridad en mi vida.

- Tenemos que hablar, tenemos mucho de qué hablar - Me asegura y yo asiento, separándome lentamente de ella. Por alguna razón esto no es extraño, no se siente como dos personas que nunca se habían visto, supongo que es porque nos conocemos tan bien, que ambos sentimos que somos amigos de toda la vida y de hecho casi somos eso. Nos conocemos hace, técnicamente. Cinco años.

- Necesito un trago - Digo y ella ríe un poco.

- Hay una cafetería abajo. ¿Vamos? - Asiento y empezamos a caminar uno al lado del otro, en silencio.

*

- Dos té de Frambuesa Grosella y dos Croissants Almendras, por favor - Le pido al encargado de la cafetería cuando llega mi turno. Allison se ha encargado de encontrar un lugar y cuando me giro con la bandeja en mi mano me dedico a buscarla. Está sentada en una mesa a la par del corredor final. Es decir, casi oculta.

Pongo la bandeja sobre la mesa y me siento a su lado, girando mi cuerpo parcialmente para poder verla, ella hace lo mismo. Sería más cómodo si pudiéramos sentarnos frente a frente en sillas individuales pero este cubículo solo tiene este sofá.

Estoy por abrir la envoltura de su pajita pero me detiene.

- Sin pajita - Me pide y yo la dejo sobre la bandeja - Estoy siendo Ecofriendly.

- Sin Pajita, entonces - Dejo las dos pajitas a un lado y le tiendo uno de los Croissant. Lo toma entre sus manos y empezamos a comer.

La miro fijamente. ¿Por qué no me dijo que iba a estar aquí? ¿Hace cuanto está en la ciudad? Me siento un poco dolido.

- ¿Qué pasa? - Se pregunta dejando de masticar y traga.

- Es extraño - Argumento. - Tu aquí. ¿Pensabas decirmelo?

Remoja sus labios y se toma su tiempo para responder, finalmente niega.

- No, no pensaba hacerlo. - Abro mi boca ligeramente, sintiéndome confundido y desolado.

Enamorando a AllyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora