Allison:
- ¡Gol! - Junto mis cejas y dejo mi teléfono a un lado. Me pongo de pie y camino hasta la puerta al final de la habitación, paso a un enorme mirador y mi boca casi quiere caer abierta cuando veo la enorme zona verde que hay detrás de la casa.
Hay una piscina del lado izquierdo, la acompaña un jacuzzi y algunas tumbonas con sombrillas. Del lado derecho hay una enorme cancha de fútbol y más adelante un jardín precioso.
No he querido salir de la habitación porque me aterra encontrarme con alguien de la familia de Ethan y, desde que he despertado hace diez minutos, no lo había visto, hasta ahora qué lo veo correr con un balón de fútbol entre sus pies mientras un niño de unos cinco o seis años lo persigue e intenta quitárselo.
¿Su sobrino? Me quedo observandolos. Ethan me había hablado hace años de tener un sobrino. Hasta donde sé, él es el amor de su vida. Creo que se llama Simón.
Pego un brinco de muerte cuando escucho un ladrido. Observo alrededor de ellos y veo a un perro enorme, un Siberiano, moviéndose desesperado, observando en mi dirección, enseñándome sus dientes.
Ay no, le temo a los perros. Me he quedado paralizada en mi lugar mientras veo a Ethan caminar hasta el perro y cubrirle la trompa con sus manos.
- ¡Zeus! Basta, basta - Forcejea un rato con el perro y este finalmente se tranquiliza - Es una amiga.
¿Ese es Zeus? Siempre me habló de tener un perro pero nunca pensé que fuera tan grande.
- ¡Baja!. ¡El desayuno está listo! - Me grita Ethan.
Me aferro fuerte al barandal.
- ¡Creo que es mejor que me vaya a casa!.
- ¡Claro! No pensarás quedarte aquí toda la vida - Intenta bromear pero al no verme reír, gruñe - Solo bromeó. Sería el hombre más feliz si te quedarás aquí toda la vida - Blanqueo los ojos - Te iras después del desayuno. Yo te llevo.
- No creo que...
- ¡Todos esperan! - Es lo último que dice y desaparece de mi vista. Gimo y me giro sobre mis talones para entrar de nuevo a la habitaciòn ¿Quiénes son todos?
***
- Pensé que, cuando dijiste "todos" - Hago comillas con mis dedos - Te referías a toda tu familia.
Ethan me observa y sonríe.
- Simón es mi familia - Señala al niño que está sentado a su lado. Observo al perro que está sentado en la silla de la esquina del comedor. Tiene un babero en el cuello. - Zeus también. ¿No es así niño? - Le habla como si fuese un bebé y yo sonrío a pesar de no querer hacerlo. El perro ladra una vez y vuelve a quedarse estático en su silla.
- ¿Y el resto? - Le pregunto tomando asiento frente a él.
- Mis padres están de viaje, Amalia en la oficina y tía Delia... - Junta las cejas y mira a Simón - ¿Dónde está tía Delia?
El niño se encoge de hombros y Ethan suspira. Me mira.
- Debe estar pescando. Hay un lago cerca - Me aclara. Asiento en su dirección. - ¡Alexis! - Llama a alguien. Unos minutos después un hombre alto, de tez clara, cabello café y ojos oscuros aparece por un umbral, Ethan le sonríe. - Buenos días Alexis.
- Buenos días Ethan - Le responde él mientras me observa con curiosidad e inclina un poco la cabeza en mi dirección - Señorita.
- Ella es Allison, Alexis. - Informa Ethan y el hombre asiente y lo mira - ¿Puedes traernos el desayuno? Y unas brochetas para Zeus, por favor. - Alexis por fin parece detallar que hay un perro sentado como nosotros, a la par de la mesa. Parpadea unos segundos y mira de nuevo a Ethan.
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Enamorando a Ally
Roman d'amourLas relaciones sentimentales son complicadas. Si no me crees, pregúntale a Ethan Green o a Allison Saenz, pues, se murmura en la ciudad, que ambos llevan años conociéndose y sin embargo solo se vieron por primera vez aquel día en el centro comercial...