"Voz asustada"

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Buenas tardes preciosas criaturas! Perdón la tardanza, estuve ocupada con algunas cosas. 

Muchas gracias por todos sus comentarios hermosos, son unos amores preciosos, los amo todos.

Bien les dejo el capítulo, espero les guste.

Perdonen mis errores!

Disfruten de su lectura!

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Sinceramente, ya se estaba acostumbrando a pensar lo peor de todas las situaciones que concurrían en su vida, pero no sabía que el destino fuera tan ingrato; no sólo estaba conspirando en su contra, sino que también estaba atacándolo sin compasión. Makoto realmente no tenía idea de cómo salir de ésta, pues mentirle a Haruka ya se le hacía tremendamente difícil, además su amigo podía leerlo, era imposible engañarlo.

—¿Qué hacen aquí? Quiero decir... Qué coincidencia encontrarnos aquí —Dijo nervioso el de hebras olivas, podía sentir la mirada del de orbes oceánicos atravesarlo.

—Ah, bueno. Haruka-senpai me pidió ayuda con una figura a escala para usted... Oh cielos, se supone que no debía decirlo —Rei se tapó la boca dándose cuenta de su error— Lo siento, Haruka-senpai.

—Está bien Rei —El pelinegro dirigió su mirada a Sousuke, la situación era extraña por el simple hecho de que tanto Makoto como Sousuke, en su vida habían intercambiado más de una palabra, ¿Qué hacían juntos?— ¿Qué hay de ustedes?

—Nosotros... —No sabía qué contestar, su mente no podía pensar en alguna explicación, no podía decir la verdad, pero tampoco podía mentir, entonces, ¿Qué podía hacer?

—Makoto me estaba ayudando a encontrar un manga que me pidió Rin —No pudo evitar que sus ojos brillaran al ver al más alto contestarle de forma tan segura a Haruka, ¿Lo estaba ayudando? Por supuesto, Sousuke era el que menos quería que se supiera su secreto.

—Así es... —Sonrió nervioso, sabía que el nadador no estaba conforme con esa respuesta, era cuestión de sólo verlo, pero también podía ver que algo le molestaba.

—Makoto vamos a casa —Dijo secamente, dando la vuelta para ir a tomar el tren.

—Ah... Sí —Miró a Sousuke que sólo se encogió de hombros, estaba tranquilo, no como él­. Se despidió con un leve gesto y fue junto a su amigo. El chico de lentes se despidió haciendo una reverencia y siguió al de hebras olivas. El de orbes turquesa suspiró, ahora entendía lo que le decía Rin sobre que había una forma muy fácil de hacer enojar a Haruka. Qué interesante.

Rei entendió que el ambiente estaba tenso cuando se vio en el tren, sentado en medio de aquellos dos chicos que no cruzaban palabra alguna. La verdad es que era incómodo, no entendía la razón de que esos dos se sentaran separados el uno del otro, pero al ver el rostro de pocos amigos de Haruka y la de preocupación de Makoto, podía deducir que no fue muy bueno el haberse encontrado. Jugó con sus dedos sin saber mucho que hacer, aún quedaban algunas estaciones antes de bajarse por lo que decidió romper aquel silencio, dirigiéndose al más alto.

—Makoto-senpai, compré la Jump ¿Quiere ver el top semanal? —Dijo tratando de alivianar el ambiente, sabía que el pelinegro no lo escucharía en esos momentos, pues optó por dirigirse al muchacho más afable.

—Está bien —Sonrió el de orbes esmeralda, Makoto era de trato fácil, quizás por eso en un principio estaba en el ojo de los acosadores.

El precioso chico de orbes oceánicos tenía muchas dudas al respecto, ¿Por qué Sousuke llamó por su nombre a Makoto? ¿Desde cuándo se tenían tanta confianza para llamarse así? ¿En qué momento se volvieron cercanos? Definitivamente era una mentira lo que le había dicho, ¿Creían que era un idiota? Eso le molestaba, Makoto no era de ocultarle las cosas, y ahora lo estaba haciendo muy seguido, simplemente no le gustaba eso. Lo peor es que no podía obligarlo a decirle la verdad, no era su estilo. Se preguntaba hasta donde podía llegar el chico de hebras olivas con esta farsa. Al llegar a la estación que les correspondía se despidieron del menor y caminaron en silencio hasta su departamento. Realmente Haruka no quería estar molesto con su mejor amigo, pero no podía evitarlo, no estaba actuando como siempre. Abrió la puerta del departamento dejando que pasara el más alto primero. Makoto estaba incómodo, sentía que le debía mil disculpas al pelinegro, pero conociéndolo tan bien, sabía que no quería hablar del asunto. Bien, se sentía muy mal por ello, ¿Podría compensarlo?

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