Capítulo sesenta y cuatro

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Cuando Justin salió, no demoré en llamarle a Halley y empezar a empacar todo y llevarlo a su casa tan rápido como pude, pero un obstáculo se nos presentó cuando mi mamá llegó a casa.

– ¡Bebé! – gritó desde abajo.

– ¡Demonios! – susurró Halley guardando la ropa que faltaba de empacar en el armario. – Dijiste que se tardaría, ______.

– La distraeré, no tarda en decirme que le ofrecieron turno por la mañana y lo aprovechará para ganarse algo más aunque esté llena de dinero.

– Vale, no quiero problemas.

Me miró con atención y ladeó la cabeza invitándome a que saliera de la habitación. Le hice caso y salí casi disparada hacía el piso de abajo.

– Hola, mamá.

– ¿Cómo estás, mi niña? – me preguntó abrazándome por la cintura.

– Bien, te extrañé en la semana que fui con Halley de vacaciones, ¿recuerdas?

– Por supuesto que sí. ¿Cómo te fue?

– Muy bien... mamá... – empecé a hablar. – ¿Te quedarás?

Me miró con tristeza y negó con la cabeza.

– Me han dado un ascenso, mi vida.

– ¿Enserio? – pregunté algo emocionada.

– Sí, me pidieron que fuera a atender a mis últimos pacientes para que mañana me den el relevo.

Sonrió y me sentí muy bien de verla sonreír y que estuviera contenta.

– Bueno... ve a ducharte, mami.

– Vale. Ve a dormir, no quiero que por mis asuntos pierdas el equilibrio.

– No te preocupes mamá, estaba acomodando mi habitación.

– Muy bien.

Subí las escaleras junto a mamá y corrí deprisa a mi habitación cuando ella se metió al baño para darse una ducha. Halley ya había terminado de acomodar todas mis pertenencias en cajas y las metió al armario para que en la tarde llegara Alex y se llevara las cajas a la bodega de su madre para que ella vendiera todo lo que pudiera y se quedara con lo que quisiera.

– Alex y yo vendremos a las dos en punto para llevarnos todo esto. – dijo Halley mirando todas las cajas acomodadas en el armario. – Después iremos al aeropuerto y nos iremos. Nosotros, tu familia. – me tomó de la mano y la acarició dulcemente mientras me miraba a los ojos.

Limpié la lágrima que salió disparada por mis ojos y le sonreí sin ganas.

– Hey, tranquila. Los estás haciendo por él. – dijo mientras acariciaba mi vientre. – Justin entenderá cuando llegue el momento de decirle.

– Voy a dejar al amor de mi vida, Halley.

– ______...

– Imagínate dejando a Alex, sin ni otra explicación más que una carta ilusa que terminará odiando toda su vida. Tienes que entender que esto no es fácil, Halley. Entiéndeme, ¿quieres?

Halley agachó la mirada.

– Lo lamento, ______. Si no quieres hacerlo, no tenemos que hacerlo.

– No, no es eso. Quiero hacerlo, es solo que... es difícil. Anda, ve a casa. Yo iré con Jazzy y Ally. Julieta vendrá en un rato y me despediré de ellas.

– ¿Despedirte? – preguntó confundida. – Jazzy vendrá con nosotras, Ally y Julieta se mudarán pronto así que... ¿por qué te despedirás?

Sex Instructor. Primera temporada (ORIGINAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora