Capítulo 4

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Me levanté de la cama, el ardor en mis ojos había disminuído considerablemente, suspiré y me apresuré a entrar al baño, al cabo de un par de minutos salí y baje a la sala; no había nadie.

Caminé al comedor y ahí estaba mi madre con al parecer mi padre.

-Rouse, ¿Vas a cenar?-. Preguntó con mucha tranquilidad, como si todo lo que había pasado en la mañana se le hubiera olvidado. Negué un poco y me senté.

-Sólo quiero un poco de leche.- contesté mirándola.

-¿No piensas comer nada, hija?-. Hablo finalmente mi padre, el cual me miraba con mucha atención, como si tratase de analizarme.

-No, no.- Negué otra vez y rasque un poco mi brazo.

Mi madre se acercó con el vaso de leche y yo lo tome dando algunos tragos. Sabía distinto, tenía un sabor más espeso pero no malo, no me lo terminé y lo dejé en la mesa.

-Términalo todo, Rouse.- Mi madre habló bastante firme. -Si no vas cenar, te pido que te tomes todo lo que hay en el vaso.-

-De verdad, no quiero.- Me levanté de la silla con el vaso y me dirigí al zinc. Lave el vaso con tranquilidad y escuchaba como alguien golpeaba un dedo a la madera de la mesa, mi cuerpo se tensó pero seguí tranquila, deje el vaso dentro de la alacena.

Me dí vuelta y mi madre estaba parada junto a la barra mirándome.

-No vas a salir con Astrid.- Musitó y yo rodee los ojos.

-Tengo dieciocho años, tengo derecho a salir. Papá, ¿Puedo ir con Astrid?-. Al verlo, su mirada se había tornado oscura, su mandíbula estaba tensa y seguía golpeando la mesa con su dedo.

-Puedes ir, con una sola condición, Rouse.- Miraba a mi madre como si ella debiera continuar el resto, el rostro de mi madre mostraba un completo disgusto.

Relamí mis labios y comencé a caminar, le pase indiferentemente a mi madre por un lado, como si no existiera y me coloque en la puerta del comedor.

-¿Cuál es esa condición?-. Pregunté y escuché que tocaron la puerta principal.

-Vete, no hagas nada estúpido que nos pueda poner en riesgo.- Hablo en un tono más duro y yo rodee los ojos, ¿En qué clase de peligro podría ponernos? ¡Sólo tengo dieciocho años!

-Si, si lo que digas.- Caminé hacía la puerta.

Al abrir ésta me quedé inmóvil, ahí estaba el chico moja perros. Parpadee un par de veces, su olor era el mismo, traía un cigarrillo en los labios pero estaba apagado, me sentí pequeña pero le mantuve la miraba, él tampoco dejaba de verme, así que sonreí cruzando los brazos.

-Entonces, ¿Sólo vienes a admirarme?-. Su vista seguía dura, no me sentí intimidada y cerré la puerta detrás de mí.

-¿Qué quieres?-. Comencé a caminar hacía la calle, mientras metía mis manos dentro de la sudadera.

-Hay muchas cosas que quiero.- Finalmente sonrió, tenía una sonrisa hermosa y él lo sabía.

-Bueno, dime ¿Qué quieres? ¿Cuál es ese querer que te trae hasta a mí?-. Me detuve en la calle mirándolo y él se encongió de hombros.

-Bueno, empecemos por algo simple, ¿Cuál es tu nombre?-. Metió sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón.

-Rouse, ¿Y el tuyo?-. Pregunté de vuelta y él negó lentamente.

-¿Rouse? ¿La chica del extraño accidente?-. Sacó un encendedor y prendió su cigarrillo.

-¿Tu sabes de eso?-. Pregunté con suma curiosidad pero lo oculté.

-Sé muchas cosas que tú no. Pero si hablamos de ese... Accidente, como tú lo llamas, no mucho.- Chasqueó la lengua mientras daba leves golpes a su cigarro con el dedo índice, yo seguí observándolo con detenimiento.

-Dime, ¿Qué es lo que sabes?-. Estaba segura que se hacía el difícil, podía notar que él quería algo, no había llegado así de fácil y mucho menos gratis.

-¿Por qué decirte? ¿Obtendré algo a cambio?-. Contestó con una sonrisa ladina en sus labios.

¿No se los dije? Algo tenía que pedir y cualquier cosa que fuera no pensaba dárselo. Si me siento desesperada pero si quiere jugar, le enseñaré cómo se juega.

-No importa, no necesito saber. El médico dejó en claro que sólo en cuestión de días recordaré todo.- Le resté importancia total, su reacción fue distinta.

-¿Crees que los médicos, tienen toda la razón, eh?-. Su voz se había tornado tajante, como si tratará de manejarme a su antojo.

-No lo sé, dime tú. ¿Crees tener toda la razón? Sabes muchas cosas pero no mucho acerca de mi incidente, entonces ¿De qué me sirve?-. Hable en tono igual al suyo y eso se notó a Kilómetros que lo irritó.

-Tengo muy bien entendido que no ibas sola en ese auto, no se supo con exactitud quiénes pero puedo asegurar que ya se con quién ibas.- Dijo finalmente, un poco frustrado pero al final su impulsiva boca había hablado.

¡Bingo! El cazador fue cazado. Pensé que sería más difícil.

-¿Tú conoces a mis amigos?-. Le interrogué y él le dió otra calada a su cigarro.

-¿Cómo no conocerlos? Una drogadicta, un violado, una prostituta, un sobreexplotado, una maltratada y un loco mental dan mucho de que hablar.- Hablo con un tono de burla, me irrité tan rápido.

-¿Por qué los llamas de esa manera?
¿Acaso no tienes educación alguna?-. Apreté los dientes, mi enojo fue tan obvio que lo hizo sonreír.

-¿Cómo los puedes defender tanto? Ni siquiera los conoces.- Volvió a fumar y yo me acerqué un poco más a él, dentro de mí hubo una necesidad pero la estaba reprimiendo.

-Tu tampoco, no puedes ir por la vida etiquetando personas por lo que aparentan.- Gruñí y cruce los brazos, él seguía con su estúpido cigarro.

-Quizá tengas razón pero tú pareces ser una loca desquiciada y de sólo ver cómo te comportas.- Me miró de pues a cabeza. -Estoy seguro de estar en lo correcto.

Desvíe la vista al suelo, un hormigueo recorrió mi cuerpo, lo pensé dos veces si, dos veces. Yo sí pienso.

-Estás loco.- Hable finalmente.

-Tú no estás nada lejos de eso.- Me contestó. Cerré mi mano izquierda en un puño y le golpee en la mandíbula.

Él se movió un poco, me miró. Su vista fue increíblemente dura, no le di importancia. Dejó caer su cigarro en el suelo y arremangó su suéter.

No, no retrocedí si iba a golpearme quería ver si lo hacía, me mantuve quieta esperando cualquier cosa.

De manera impresionantemente rápida me tomó del brazo con brusquedad y metió un pie detrás del mío haciéndome caer al suelo y subió sobre mí. Levantó su mano con la intención de golpearme el rostro, yo lo miré esperando el golpe.

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Hola! Les traje otro capítulo espero que les guste, no sé ustedes pero yo ya me enoje con el moja perros, ¿Alguien esperaba esa reacción de Rouse? Yo sí xd ¿Qué creen que pase? ¿La golpea a o no? Hagan apuestas, hagan apuestas xD

Pueden dejar un comentario o un voto, si les ha gustado 💖 gracias por leer.

-M. McCarthy

®Cruel despertar© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora