Capítulo 5

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Él se quedó quieto, mirándome y yo de igual manera lo miraba, el color suave de sus ojos se veía brillante, como si quisiera llorar, ¿Qué estaba pasando por su cabeza? Su puño seguía levantado y yo, yo esperaba su golpe sin embargo ambos no dejábamos de vernos, como si nos estuviéramos analizando mutuamente.

En sus ojos color púrpura suave y rojo carmesí, logré ver su alma, ¿Cómo? No lo sé pero no era nada bueno, podía ver culpa, miedo, dolor, desesperación y rabia. Logré jurar que él también estaba leyéndome o esa era su intención, después de un par de segundos en los que aún no me golpeaba, algo nos sacó de nuestros pensamientos.

—Joseph, ni se te ocurra golpearla.— Escuchamos finalmente una voz masculina, a nuestro lado. Él se levantó un poco rápido y yo me levanté después de él sacudiéndome un poco.

—Te veo después "Rosita"—. Se despidió mirando de mala manera al chico y se fue tranquilamente caminando por la acera.

—¿Estás bien?—. Preguntó el chico.  Tenía una miraba cansada, sus ojos eran un poco grandes, color marrón, era alto pero no tanto y si, también muy blanco, su pelo era rubio. Traía puesta una chamarra de cuero negra y una camisa blanca, un poco rota al borde de abajo.

—Si, sí claro.— Asentí mirándolo de pies a cabeza de manera sutil.

—Joseph, nunca ha sido una buena persona, ¿Sabes?—. Habló y metió sus manos dentro de los bolsillos de su chamarra.

—¿Se llama Joseph?—. Pregunté con curiosidad la cual logré ocultar.

—Si, Miller; Joseph Miller. Hace algunos meses llegó a vivir aquí, en la calle de allá atrás.— Se levantó un poco de puntillas asiendo un leve estiramiento corporal y yo sólo asentí.

—¿Lo conoces?—. Hice una mueca con los labios al hacer una pregunta tan tonta, claro que lo conocía, sino, no me hubiera dicho eso.

—Todos en Kenmore lo conocemos. Él es un joven que nunca sale de su casa, salvo en la noche y en las mañanas, pues todos los de su calle han visto dejar la casa a esas horas. Nadie sabe a dónde va durante ese tiempo, puesto que tampoco lo ven seguido en las calles del pueblo y por éstos rumbos, realmente no hay mucho a donde puedas ir a menos que vayas al pueblo vecino de Ottawa o la ciudad de Toronto.— Sorbió su nariz y miró alrededor como si alguien lo escuchará. No voy a negar que la intriga hacía Joseph se hizo enorme así que continúe sutilmente.

—Eres muy curioso e informativo por lo que veo, así que ésto no es pregunta. Piensas que es un asesino.— Le confirme mientras que con mi pie hundía en la nieve sutilmente el cigarro que Joseph había tirado.

—Eres muy lista.— Hablo con una sonrisa muy amplia y continuó. —Al principio pensaron que era un asesino, sin embargo nunca le encontraron pruebas de algunas desapariciones así que sólo lo ignoraron pero no te voy a mentir. Las mujeres se la pasan detrás de él y podría jurar con cada célula de mi cuerpo, que algunas de las chicas que desaparecieron fueron por él.— Sacó un pequeño trapo de su bolsillo y comenzó a frotarlo en sus manos.

—Eso suena muy común, ¿No te parece? Un chico atractivo que atrae a las chicas para asesinarlas.— Reí de manera sutil y él negó sonriendo.—

—Eres imposible Rouse.— Habló nuevamente y siguió negando mientras reía un poco.—

—¿Me conoces?— Pregunté con mucho asombro, no lo oculté ni un poco y eso pareció haberlo divertido.

—Claro que sí, somos amigos. Nos juntamos con Astrid, Philip, Angelina, Akiak y Stefan.— Admito que sentí demasiado alivio en mi interior, sin embargo no dejaba de sentir algo extraño, algo diferente.

—¿Astrid te dijo que le pedí que nos reuniéramos?—. Miré como seguía frotando ese trapo en sus manos, sentí que estaba demasiado nervioso o quizá era el frío.

—Claro, así que pensé en buscarte sin embargo Joseph al parecer me ha ganado.— Se detuvo y volvió a meter ese trapo dentro de un bolsillo. —

—Joseph...— Susurré y miré a la nada.

—¿Vamos al acantilado? Siempre te ha gustado ir ahí.— Hablo con un tono divertido en su voz haciendo que yo saliera de mis pensamientos.

—¿Qué hay del resto?— pregunté y voltee lentamente a verlo.

—Seguramente nos alcanzaran allá, anda vamos.— Tomó mi mano y sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo haciendo que lo soltará rápidamente.

"—Es muy inútil en ese estado, Así que por favor, has algo—. Hablaba una mujer mientras salía de la habitación y se escuchaba "Clac, clac y clac" de sus tacones hasta que finalmente no se escuchó nada."

—¿Sentiste eso?—. Pregunté soltando su mano de manera rápida y me detuve.

—¿Qué cosa?— preguntó confundido y se detuvo mirándome.

Me dí cuenta que él ni siquiera lo había escuchado, así que no debió sentirlo, me quedé pensando un momento y lo miré de nuevo, miré alrededor para encontrar alguna respuesta a lo que había escuchado pero nada. Nada. Simplemente mi cabeza me había hecho lo mismo de ésta misma mañana con esas extrañas risas.

Mi mente me estaba haciendo pasar unas cosas horribles, seguramente es por el accidente. Si eso debe ser. Acabo de despertar y quizá por eso mi madre estaba molesta, no puedo estar quieta y teme que me suceda algo.

Comienza a tener sentido.

—Rouse, ¿vamos?— Volvió a hablar el chico, así que me golpee mentalmente por darme cuenta que no sabía su nombre.

—Claro pero antes, ¿Cuál es tu nombre?—. Sentí mis mejillas arder un poco, vergüenza en definitiva.

—Cierto, que torpe soy.— Rió nuevamente y negó. —William, William Anderson es mi nombre.—

Me tranquilice y sonreí.

—Bien, Will. Ahora sí podemos irnos.— Comencé a caminar. —Llévame, no recuerdo dónde está el acantilado.— Una pequeña risa se hizo presente por mí parte y él se adelantó un poco para tomar nuevamente mi mano. —¿Acaso eres mi novio? No dejas de tomar mi mano.—

Él no volteó a verme e hizo un ligero ruido con sus labios.

—Quizá lo sea, Rouse O'Conner, quizá lo sea.—


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¡Hello! It's me... Okay no.

Finalmente traje otro capítulo perdón por tardar tanto, en serio.

Espero les guste, pueden comentar o votar si gustan :3

Gracias por leerme, me siento feliz que sobre pase las 50 vistas, se siente bonito.

Van a pasar como mil cosas, créanme pero por desgracia no puedo poner todo en un sólo capítulo ¿O si? Mmm >:3 No, no es conveniente.

Gracias



—M. McCarthy

®Cruel despertar© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora