22. Refugio (TodoDeku)

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Momo guardó la carpeta y le sonrió al bicolor que traía el cansancio reflejado en el rostro, mientras arrastraba los pies, se compadeció de su amigo y se volteó para buscar su termo para compartirle un poco de café.

—Escuché que asististe a tu padre en una cirugía.

—Las peores horas de mi vida —gruñó, enfadado.

—Imagino que fue muy largo.

—Ese no fue el problema —recibió la pequeña taza de metal y se tomó el café casi con desesperación—, el problema es que no se calló, no dejó de regañarme por no comportarme como él durante la operación y hasta las enfermeras se enteraron de los problemas de Dabi.

Ella soltó una risita y negó con la cabeza, girando levemente la cabeza, asomándose al pasillo y luego volviendo a su posición inicial.

—Escucha, sé que tu turno termina en diez minutos, así que te tengo la tarea más fácil.

Shōto arqueó una ceja y le devolvió el pequeño contenedor luego de soltar el bostezo más largo de su vida.

— ¿Ves a la niña de allá? —señaló a una pequeña que jugaba con sus pies, tenía la cabeza agachada y sus manos cruzadas sobre su regazo—, su padre está en consulta, me encargó que la cuidara y quise traerla acá para que esté segura pero no quiere despegarse de su lugar, ahora me llamó el doctor Torino así que necesito que la vigiles mientras regreso.

— ¿Se puede desde aquí?

—Tú si puedes ir hasta allá, anda antes de que te pongan algo más.

Suspiró y asintió, estirándose con pereza para poder empezar a caminar hasta ella, se sorprendió al reconocer las pecas y los ojos brillantes de la niña, le regaló una media sonrisa, queriendo esconder su cicatriz de nuevo por alguna razón.

—Hola Sigyn, ¿te acuerdas de mí?

Parpadeó un par de veces, observándole atentamente y luego asintió con una pequeña sonrisa en sus labios.

—Estabas en el elevador ese día... pero no sé cómo te llamas.

—Soy Shōto —se sentó a su lado luego de hacer un ademán que le avisara a la pequeña que tomaría el lugar.

—Shōto es un buen nombre, corto y bonito —murmuró, asintiendo para ella misma de forma graciosa.

—Gracias —se inclinó un poco para poder verla a los ojos y junto sus manos sobre su regazo—. ¿Y tu padre?

—Papá está en el consultorio —dijo señalando la puerta frente a ella—, tarda mucho.

— ¿Se ha sentido mal?

Negó con la cabeza, volviendo a jugar con sus pies.

—Papá tiene asma, viene por una receta para su medicamento.

Asintió comprendiendo y observó a la menor que parecía querer decir algo que no podía, de repente la idea le asaltó, ¿por qué Sigyn se comportaba como una pequeña? ¿Acaso era por su tiempo sin familia? ¿Quería la completa atención de su padre? ¿O simplemente era así?

—Shōto, ¿eres amigo de papá?

—Algo así —asintió, conteniendo las ganas de bostezar de nuevo.

— ¿Y tú crees que actúo como bebé?

—Esa es una pregunta extraña —soltó una risa cansada, pero lo más genuina posible—. Creo que actúas como niña, es todo.

—El amigo de papá dijo que parezco bebé, todo el tiempo detrás de Izuku, dejando que me ayude con todo —suspiró y mordió su labio inferior—. Me da miedo que se canse de ayudarme y cuidarme y me deje, como mis padres biológicos.

101 formas de enamorar a ShōtoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora