Fue diagnosticado apenas unos meses atrás y estaba asustado, Hanahaki había dicho su doctor y primero se negó rotundamente porque estaba seguro que él no sentía amor por nadie, luego comenzó a toser los pétalos y en las heridas que se llegaba a hacer en las peleas contra villanos salían brotes de flores azules, la mayoría con espinas. Era grave, había dicho el doctor, y si no encontraba pronto la manera de deshacerse de esos sentimientos o que la persona le correspondiera, iba a morir sofocado por sus propias flores.
Estaba asustado, solamente tenía dieciocho años, apenas había salido de la escuela y estaba comenzando su vida de héroe, su relación con su familia mejoraba de a poco y tenía muchos amigos, no quería hacerles sufrir, ¿cómo es que había terminado enamorado? ¿En qué momento pasó?
No le había dicho a nadie, cuando veía los pétalos los escondía y los brotes los trataba de arrancar aunque luego se abría más la piel, era lo más horrible que pudiera pasarle. Necesitaba ayuda, pero no sabía a quién decirle. Mejor dicho si lo sabía, pero tenía pavor de asustarle, sabía cómo reaccionaría. Sin embargo, estaba seguro de que era la única persona que movería hasta el sol con tal de ayudarle, Izuku era su mejor amigo y confiaba en él ciegamente.
—Todo este misterio me pone nervioso, Shōto —se quejó luego de pedir otra malteada, llevaban un rato en la cafetería y su amigo no decía nada, pero sabía que era importante porque le había pedido que no le dijera a nadie—. ¿Es tu padre de nuevo?
—No, no —suspiró y se inclinó sobre la mesa, las vendas en sus brazos hacían que las espinas se clavaran con más fuerza en su piel—, es otra cosa, es muy... complicado, no sé por dónde empezar, es todo.
Le sonrió con dulzura, extendiendo las manos para posarlas sobre las de su amigo, en un intento por hacerle sentir más confiado. Shōto y posó los ojos en sus manos entrelazadas, ¿cómo le dices a alguien que tienes el tiempo contado?
—Fui al médico hace tiempo, porque está pasando algo extraño conmigo... —le dio un suave apretón, aunque dolió—, el doctor dijo que sufro de Hanahaki.
Los ojos del pecoso se abrieron con sorpresa y se cubrió la boca, buscando entrelazar sus dedos con los del bicolor, de repente no sabía que decir.
—No termino de entenderlo, ni siquiera se de quien... yo...
—Shōto —le interrumpió—, ¿te dio algún tratamiento? ¿Hay alguna manera de detener esto?
—Me dio una medicina para el dolor pero dijo que no hay nada que pueda eliminarlo, más que olvidar o lograr que me corresponda.
— ¿Qué es lo que quieres hacer? ¿Puedo ayudarte?
—No estoy seguro, necesito saber de quién son estos sentimientos antes de poder decidir.
Asintió y tragó saliva, tomo aire para evitar que sus ojos se desbordaran y observó los brazos vendados de su amigo.
— ¿Qué tan grave es? ¿Sólo es la tos o también hay brotes en tus heridas?
—Ya solo tengo flores en lugar de sangre —quiso bromear, su corazón se estaba partiendo por observarle así, era por eso que había evitado tanto decírselo.
—No arranques los brotes —dijo de inmediato—, los recortaremos para evitar que abran tu piel y te ayudaré a que esa persona te corresponda antes de que avance aún más, confía en mí.
—Yo confío en ti, Izuku —le aseguró—, pero antes de hacer nada debo...
—La encontraré, sólo dame un par de días.
—Lo haces sonar como si estuviera escondida en el fin del mundo.
Le sonrió, completamente determinado, aunque su corazón doliera.
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101 formas de enamorar a Shōto
FanfictionShōto es más sencillo de lo que parece, le gusta dormir, cumple sus obligaciones y el soba frío es su platillo favorito. Pero cuando se trata de llegar a su corazón, Izuku tenía más de una manera para hacerlo caer a sus pies. Compilación de diferen...