Chris: Pero… era una llamada importante.
Nacy: Un día me dijiste que la familia es lo más importante.
Chris: Un golpe bajo Nancy Balt y te entiendo, pero es que… mira, estoy saliendo con alguien y me interesa muchísimo, solo… déjame decirle que lo llamaré luego, ¿sí?
¡Okay! ¿Christine Balt tiene novio? ¡Oh Dios! Otra noticia buena, me alegra que haya encontrado a alguien que la quiere como se lo merece.
Chris: Listo. ¿Qué vamos a celebrar?.
¿Es en serio? Pongo una cara seria.
Chris: Estoy bromeando primita.
Yo pensaba que Chris…
Nancy: Chris, ¿qué haces?.
Chris: Vamos a celebrar ¿no?.
Nancy: Sí, pero, ¿para qué traes esos jarrones?
No es broma, Chris sacó unos jarrones porque no parecían copas.
Chris: Eres graciosa Nancy, pero no son jarrones, son copas anchas y largas.
Sí me di cuenta; no sabía que existía ese tipo de copas y, ¿cómo hacen para beber? ¿No se cae de lado la bebida? En fin, ese no es el asunto, así que Chris sacó la champaña. Pero descuiden, ella se tomó la botella y yo el jugo de frutas. Para terminar la celebración, comencé mi interrogatorio criminal a Chris:
Nancy: Así que Chris, dime: ¿quién es el desafortunado, perdón quise decir el afortunado, con quien sales?
Chris: ¡Ehm! Es el doctor que te atendió, se llama Marvin Doyle.
Nancy: ¿Estuve casi dos semanas semimuerta, mientras tú coqueteabas con el doctor?
Chris: ¡Mmm! Algo así.
Nancy: ¡Sí que no tienes pudor!.
Chris: Prima, si solo fueron dos o tres días que hable con él… aunque creo que sí fueron las dos semanas.
Nancy: ¡Sí, claro! ¿Y cuándo lo conoceré?
Chris: Ya lo conoces, es el doctor que te atendió.
Nancy: Tienes razón, ya lo recordé.
Chris: Y yo que pensé… te pareces a mí.
Nancy: ¡No! Quiero decir sí, nos parecemos en algo.
¡Pero no en todo, gracias a Dios! Tras una larga conversación fui a descansar, pero antes le escribí a Valentín.
"Valentín,
Mi mayor deseo fue morir por sentirme culpable, sola, vacía e inútil, pero no sabía lo que pasaba dentro de mí. Cuando más necesité de una compañía, de una esperanza, de una oportunidad, la tenía demasiado cerca que no logré percibirlo. Mi bebé es un regalo de Dios; escuchó mis pen- samientos y sintió mi sufrimiento. Nunca le he dicho esto a nadie, pero antes no tenía la creencia de que Dios estaba con nosotros siempre; no tenía esa fe. Creo que lo que me dijiste en un mensaje es cierto; sobrestimé el amor de Adam y me jacté del poder de Dios. No sabes cuánto me arrepiento de lo que dije y espero que Dios me perdone algún día".
Pasaron varios días y Chris invitó a su nuevo amor a la casa, pero no vino solo; trajo un acompañante. Su nombre es Harold Linz, médico al igual que Marvin. Mi primera impresión fue que es muy elegante, caballeroso, simpático y… no dejaba de verme. Todavía amo a Adam y no creo que pueda interesarme otro hombre, menos en mi estado. La pasamos bien, cenamos y hablamos un poco. De repente, Harold se me acercó.
Harold: Qué felices están ¿no crees?.
Nancy: Sí, muy felices. Chris necesitaba a alguien que la quiera y la valore. Me alegro por ella.
Harold: Siempre hay alguien para todos, siempre y cuando haya esperanza.
Sus palabras me llegaron al alma, así que me dio curiosidad por preguntarle:
Nancy: ¿y tú tienes a alguien en tu vida?.
Harold: Lastimosamente no, no ha llegado la indicada.
Nancy: ¡Oh! Las esperanzas son las últimas que se pierden.
Harold: Estás en lo correcto, pero dime, ¿cómo va ese bebé?.
Nancy: ¿Mi bebé? ¿Cómo… sabes?.
Harold: Digamos que un pajarito me lo dijo.
Nancy: ¿Chris o Marvin?.
Harold: Mmm es probable que los dos. ¿Cuánto tienes ya?.
Nancy: ¡Vaya pajaritos! Pues alrededor de tres meses, supongo.
Harold: Me alegra y felicitaciones; me imagino que el papá debe estar feliz.
Nancy: Sí lo está, donde quiera que esté viéndome avanzar con nuestras vidas.
Harold: Lo siento Nancy, pensé que… estaba con vida.
Nancy: No te preocupes, no lo sabías.
Harold: Créeme que, aunque no esté a tu lado, siempre estará vivo en tu corazón.
Nancy: Gracias por tus palabras.
Harold: No tienes que agradecer, me gustaría conocerte un poco más. Te invitaré a salir un día; claro, si tú quieres. No te obligaré a hacer lo que no quieras.
¿Fue mi imaginación o me está invitando a salir? ¿Quién va a querer salir con una mujer embarazada? Es absurdo.
Nancy: Seguro, me encantaría.
Harold: Está bien, yo te avisaré.
En ese momento llegó mi prima con Marvin y se unieron a la conversación.
Chris: ¡Hey! Veo que se están conociendo.
Nacy: Un poco.
Harold: Sí, Nancy es una encantadora mujer.
Marvin: Me imagino que sí.
Nancy: ¡Basta! Me sonrojan.
Chris: Prima, aunque no quieras aceptarlo, eres encantadora y bellísima.
Marvin: Claro que sí y felicidades por tu bebé.
NaNcy: Gracias cuñado.
Marvin: Me agrada ella.
Es muy agradable Marvin y estoy feliz por Chris; ojalá que su sufrimiento solo sea una experiencia del pasado, y que sea feliz en el presente. Lo más saludable que puede hacer es darse una oportunidad. Se la merece.
Después de conversar un rato más, Marvin y Harold se marcharon. Chris, alegre, se me acercó y me dio un abrazo muy fuerte, más bien asfixiante.
Nancy: Quiero ir a mi apartamento.
Chris: ¿Es en serio? ¿Te sientes bien para ir?
Nancy: Algún día tengo que enfrentar mi pasado y quiero comenzar desde ahí.
Chris: Me gusta escucharte hablar así.
Así es, quiero recordar buenos momentos; fui a mi habitación y pensé en mi futuro, mejor dicho nuestro futuro. “Aunque no crezcas con tu padre, lo conocerás con tu corazón, hijo mío”, dije para mis adentros.
"Valentín,
Han pasado varios meses desde la muerte de Adam, y todo sigue igual, aunque te contaré que mi prima trajo a su novio a la casa junto con un amigo llamado Harold. Él es un caballero muy atractivo, es doctor al igual que el novio de mi prima, pero cuando lo veo escucho un susurro que me detiene, me controla los pensamientos y al mismo tiempo mi corazón. ¿Qué me pasa Valentín? ¿Por qué siento esto? Cada día que pasa pienso en no seguir en esta vida, y mi hijo me ayuda a tener una visión positiva. Mañana iré a mi apartamento a recoger varias cosas que debo tener conmigo. Ojalá todo salga bien".
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Una Carta a Cupido
RomanceLa historia que fortalecera tu fe en el amor, sembrara la esperanza en tu corazón y desaparecerá el miedo.