Prólogo

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Nota: En este libro no pondré cosas que tengan que ver con las respectivas películas o cómics de cada personaje (Linterna verde, Superman, Batman, Flash y El Hombre Araña). Sin embargo me basaré en sus poderes y debilidades reales. Aclaraciones: El libro es sobre los cinco chicos, no sólo sobre uno y el nombre "Heroes" está en inglés, por ello no lleva la tilde correspondiente. ¡Espero les guste!

"...El gobierno ha pedido el control sobre Nueva York y se le ha pedido al presidente de los Estados Unidos que haga algo al respecto. Sin embargo, lo único que pudo hacer este fue expresar su dolor y enviar patrullas rescatistas a este triste lugar." Una a una, se fueron mostrando las imágenes, que mostraban lo que estaba sufriendo la gente. Había incendios en medio de la noche, los bancos se estaban quedando sin dinero, las tiendas estaban siendo robadas por los mismos guardianes de seguridad y las peleas entre adolescentes estaban aumentando en su mayoría. Seguridad era lo último que los neoyorkinos tenían últimamente. Seguidamente, se mostró el video de un ciudadano pidiendo ayuda, muy alarmado y con las ojeras hasta el piso. "¡Por favor! Necesitamos ayuda, la situación está empeorando, nuestros niños no pueden ni siquiera ir al colegio y los suministros están empezando a agotarse. ¡En este momento es donde necesitamos a los verdaderos héroes!"

Liam dejó su taza de café encima de la mesa y se paró rápidamente: ya no quería ver este tipo de desgracias. Salió de su oficina con su saco colgándole en el brazo y cerró la puerta de esta azotándola.

—María, estoy por viajar un tiempo a visitar a mi... familia. Tienes los teléfonos y todo lo que necesitas por si algún cliente me busca, adiós. —se despidió de su secretaria. Ella asintió y siguió tecleando cosas rápidamente con sus delgados y pálidos dedos.

Bajó por el ascensor y presionó el botón brillante del estacionamiento. Ya allí, entró a su auto descapotable negro.

—Julian, ¿Estás ahí?

—Aquí estoy, señor. —respondió la voz profunda de su mayordomo, sonando por los parlantes.

Se puso el cinturón de seguridad y sin más salió del bufete de abogados del cuál era dueño a una velocidad extrema, con la cuál le permitía ir su vehículo.

—Prepara el traje. —ordenó y cortó la comunicación.

Batman estaba de vuelta.


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—Me da muchísima pena todo lo que está pasando allá, Harry. La gente está sufriendo mucho. —se lamentó su tía, May Cox.

—Tía May, ¿No crees que debería ir alguien a ayudarlos?—preguntó el rizado comiendo unos chocolates.

— ¡Pero claro que debería ir alguien a ayudarlos!—suspiró la mujer. —Como el mismo hombre ha dicho, necesitan a los verdaderos héroes.

Harry solo la miró. Luego, subió su mirada al techo y suspiró pesadamente.

Lo que estaba a punto de hacer.

—Te quiero, tía May. —decidió decirle, sin que ella supiera, despidiéndose.

—Yo igual, pequeño.

Aunque Harry ya no era un pequeño, May lo seguía viendo como tal. A sus veintidós años aún vivía con su tía, que podríamos decir. Subió a su habitación y cerró la puerta cuidadosamente. Luego, se dio la vuelta y se apoyó en esta.

—No puedo creer que vayas a hacer esta idiotez de nuevo, Harry. —habló consigo mismo.

Sacó la caja donde guardaba eso debajo de su cama y la abrió, mirando su traje azul y rojo, lo estiró en frente de sus ojos. Una sonrisa sacarrona apareció en sus labios.

El Hombre Araña ha regresado.


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Niall caminó por la mansión, algo aturdido. La noticia que había visto no le gustaba para nada, odiaba la tristeza, es más, la repugnaba. Su traje azul, su corbata. Odiaba usar todo eso.

Él solo quería ser feliz.

Tomó sus cosas y las metió en una pequeña maleta, apenas con dos o tres mudas de ropa para cambiarse luego.

Su padre había salido y su madre estaba trabajando. Aunque él bien sabía que su madre se iba a acostar con otro hombre.

Se sacó el anillo de compromiso del dedo y lo dejó encima de la cama. No quería casarse a la fuerza con Ashley como estaba planeado. Y no lo haría.

Cambió el anillo de oro por su anillo verde, resplandeciente. Sonrió viéndolo y corrió escaleras abajo.

— ¡Salvaré al mundo!—se deslizó por el lomo de las escaleras riendo risueño. Ese era Niall, todo sonrisas.

Linterna Verde ha vuelto a brillar.


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Zayn siguió caminando por el asfalto.
Había visto las noticias desde su casa, y no podía seguir viéndolo. No podía seguir visualizando el sufrimiento de las personas.

Lo bueno era que ese día hacía calor y había tomado un gran desayuno.

Negó con la cabeza y se apoyó en un poste, mirando al cielo. Subió las dos manos y suspiró cansado, bajándolas nuevamente.

No sabía qué hacer, francamente. Su vida se basaba en su madre y sus hermanas, pero ahora que ellas habían muerto en ese trágico accidente unas semanas atrás... Sentía la necesidad de proteger a alguien. Y ese alguien podía convertirse en toda una ciudad si tomaba la decisión correcta.

— ¿Lo harás?—le preguntó su alma.

—Lo haré. —respondió su corazón.

Flash correrá de nuevo.


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Louis suspiró.
La vida en ese pequeño pueblito era difícil, sin embargo sin que nadie se diese cuenta siempre utilizaba su súper fuerza para mover el granero, o... su visión de rayos x para ver detrás de esas falditas cortas. Se rió de él mismo.

— ¿Qué te da tanta risa, Lou?—preguntó Johannah yendo hacia su hijo adoptivo, quien seguía leyendo las últimas cuentas del mes. El dinero no alcanzaba.

—Nada, mami. Uhm, ¿Cómo están las niñas?—preguntó.

Su madre río extrañada.

—Pues bien, ¿Cómo van a estar?

Él sonrió y negó con la cabeza. Su madre besó su frente, dejó un vaso con limonada encima de la mesa y se fue por donde vino.

Se quejó en un gemido, fastidiado. No sabía qué hacer.

Su familia: sus hermanas y su madre lo eran todo para él, ¿Cómo podría dejarlas solo para enfrentarse a lo que seguro sería su muerte?

—No lo pienses más, Lou—le dijo, la pequeña Isabelle, una niña huérfana que vivía con sus vecinos ahora, los Croach. Le había atrapado una vez utilizando su súper fuerza y ahora sabía sobre su secreto. —Sabes que en lo mejor en lo que puedes utilizar esos poderes tuyos es en proteger a los demás. Tu familia estará bien.

Él la miró, con sus solos ocho años era una niña muy lista.

—Iré, pequeña sabandija. Pero si salgo muerto, ya sabes qué hacer. —estiró su dedo meñique hacia ella, quien sonrió con sus dos pequeños orbes verdes.

La niña asintió y estiró su pequeño dedo hacia al de Louis.

Superman volverá a volar.

Heroes {one direction a.u}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora