Capítulo 11:

1K 41 3
                                    

-¿Me podrías decir porque te fuiste...?

No pensé que tuviera que dar explicaciones.

Mierda.

¿Ahora que le digo?

                                        •••

-¿Quieres saber la verdad...? -Pregunto sentándome en un banco, cerca de una playa. Habían personas caminando en frente de nosotros, mientras teníamos la mirada fija en las olas, aquellas olas que golpeaban un sin Números de veces la orilla, y ésta, seguía firme.

Sin importar lo que te golpeé, puedes sobrepasarlo, como lo hace aquella orilla de la playa...

Pensé.

-Pues si, Mónica, me gustaría saber la verdad... -Dijo Jorge haciéndome volver al tema.

¿Que le debería decir?

Uggg En que Rollo me metí... Uh... Me metí...

Suena a...

-¡CUIDADO!

Fue lo ultimo que escuché.

Luego de eso, todo se había tornado oscuro.

                                              •••

Abrí los ojos fastidiada, tenía un dolor inmenso de cabeza.

-¡AHHHHHHH MALDICIÓN JORGE! - El tarado de Jorge estaba a solos unos centímetros de mi bella cara ¿ya dije bella?  Pues si, yo tengo la mejor cara del planeta.

¿En que estaba...? Ah Ya!

-¿Que te pasa Ratón viejo? -Dijo alejándose de mi.

Uff Ya puedo respirar con tranquilidad.

Un momento.

¿En donde Rayos estaba?

Era como un apartamento, bastante bonito, en realidad, tenía todo en su lugar, señores.

Jorge al percatar que miraba detalladamente todo, sonríe.

Ah. Y yo estaba en un sofá. Sí un sofá. ¿No pudo llevarme a una cama?

Rodé los ojos.

-Estás en mi departamento Rantoncita.

¿Desde cuando él tiene departamento?

-Por si no lo sabias, tengo nombre, tarado.

Bufé.

-Yo lo sé -Dijo restándole importancia.

Él se encontraba parado, sin camisa, Despaldas a mi, haciendo no se que en la cocina.

Bonito Trasero.

-Losé, pero gracias... -Y Ríe.

¿Ah?

Dios mio. No me digas que pensé en voz alta.

Sentí mis mejillas tornarse rojas.

Que vergüenza.

-¿Que estás haciendo Jorge? ¿No vas a ir a ver a tu padre? -Dije Yendo a la cocina y me subí al pasa manos, si así decirlo.

Este apartamento es increíblemente grande y hermoso.

-Mi Papá... -Hizo una pausa. Y supe que algo no andaba bien. Detuvo lo que estaba haciendo y miró hacía la ventana que nos daba una lista hermosa a un jardín. Tomó aire y luego habló: -Cuando te pegaron con la pelota en la playa... -Ah, eso pasó.- ... Y quedaste inconsistente, te traje aquí y cuando iba a llamar a una mujer para que se quedara contigo, me llamaron y me dijieron que no era necesario ir al hospital, que Mi Papá está en coma. -Dijo lo último en un susurro.

Mírame Aunque Sea Prohibido. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora