Peter Quill

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Perdón por la tardanza, yo los amo. Espero que te guste. (:

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Virginia se encontraba caminando por aquel planeta viendo cómo sus habitantes y visitantes la miraban de reojo. Las cadenas en sus manos y cuello, y la ropa incómoda que llevaba puesta llamaban por obvias razones la atención.

¿Por que se encontraba en esta situación? Su maldito padre era la respuesta.

En su planeta todos tenían deformaciones parecidas a bichos, pero ella no se parecía nada a un insecto como su familia. Más su belleza y rasgos característicos llamaban la atención de seres de otros universos.

Su padre terminó cediendo a una propuesta y ahora se encontraba de esa forma tan vergonzosa. 

Sabía que esos hombres no eran buenos. Lo sentía, tenía un poder que también la hacía especial.  Empatía psíquica, una habilidad telepática que le permitía percibir las emociones de los demás; al igual que era una de las mejores en artes marciales en todo su planeta.

Caminaba con la cabeza cabizbaja sabiendo los sentimientos de las personas alrededor hacia ella y la mayoría de su piel rosada descubierta.

Entonces lo sintió. 

Un sentimiento que no habia sentido antes. Levantó la mirada sorprendiendo así al encontrarse con unos ojos verdes que la miraban con atención.

Y le sonrió. Sintiendo así un nuevo sentimiento despertando en aquel hombre tan atractivo. 

Apartó la mirada al sentir como la empujaban para que entrara a un bar. Aquellos hombres comenzaron a charlar y ella solo estaba ahí. Observando.

  — ¿Qué ocurre, muñeca? — dijo uno de ellos acercándose a ella. Virginia solo se mantuvo en silencio al encontrar la mala emoción que encontraba en el.

  — Venga, ya veras que te divertirás mucho con nosotros. — rió acariciando su mejilla. Ella apretó los ojos rezando por que alguien la salvara, por que eso se acabara. 

Y entonces escuchó una voz. 

 —  Yo digo que dejes a la señorita en paz.— A pesar de su suave voz, en su tono habia furia y angustia. ¿Por qué?

El hombre río. — ¿Quien eres tu para mandarme a mi?— Rugió tronando sus dedos. El chico de antes río de la misma manera para después tomar una pose triunfal. 

 —  Star Lord.— sentenció con una sonrisa. El hombre y Virginia fruncieron el ceño. 

 — ¿Quien? — Pregunto haciendo que el joven rodara los ojos y soltará un bufido. — ¡Star Lord, hombre!— una sonrisa apareció en el rostro de la chica.

MARVEL One - ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora