Bucky Barnes

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Y lo mire.
Supe que el mundo estaría bien.
Todo daba vueltas alrededor y mi mirada solo lo enfocaba a él. Su melena caía por sus hombros y miraba atentamente hacia la pantalla enorme que estaba frente a nosotros.

Sonreí al ver su mirada concentrada, y su brazo sujeto al mío; como si en cualquier momento aquel monstruo de aquella película fuera a escapar a la realidad.
Mi mirada no se apartaba de él, lo observaba cada facción de su rostro como si tuviera que memorizarla por última vez.

Me negaba a perderlo.

Salimos y lo seguía mirando. Su sonrisa estaba llena de vida y alegría. No podía dejar de sonreír y pequeñas lágrimas comenzaron a salir por mis ojos. El se detuvo en seco y me detuvo poniendo sus manos en mis mejillas.

— ¿Ocurre algo? ¿Estas bien? ¿No te sientes feliz? — preguntó mientras pasaba sus ojos por todo mi rostro.

— Estoy bien. — reí levemente poniendo mis manos sobre las suyas. — Son lágrimas de alegría. — conteste apartando suavemente sus manos de mis mejillas teniéndolas entre mis manos.
Enrede mis dedos con los de el y sonreí.

— No puedo creer que vaya a terminar un año más al lado del amor de mi vida. — murmuré mirando nuestras manos entrelazadas.

Una sonrisa se extendió por sus mejillas y recargó su frente en mi hombro.
Su cabello caía como cascada en mi cuello y hombro.

— Me haces el hombre más feliz del mundo, Claire. — murmuró.
Aquellas palabras se sentían como un susurro del universo, a que tenía que quedarme a su lado pasara lo que pasara.

Tenía que.

— Me quedaré siempre a tu lado, Barnes.— murmuré apretando sus manos. — Sin ti no puedo seguir. No puedo hacer nada sin ti.

El se separó mirándome con seriedad.

— Eso no es cierto. — negó. — Puedes hacer lo que te propongas, amor. Sin mi. Yo estoy a tu lado, para ayudarte a lograrlo. Pero.. — levantó nuestras manos mirándolas con cariño. — pero tú puedes lograr mucho más sola. Eres más de lo que piensas.

Sonreí y me puse de puntillas para alcanzarlo. Levante mi barbilla y frote cariñosamente nuestras narices, después me acerque y deje un pequeño beso en sus labios.

— Te amo, Bucky.

— Te amo más, mi vida.

Me dio un abrazo, asegurándome que el no se iría de mi vida nunca.
Inhale el aroma que tenía su suéter y sonreí. Que afortunada era al tener a un hombre así en mi vida. Pensé.

Seguimos caminando hasta llegar al automóvil que nos llevaría de vuelta a lo que considerábamos nuestro hogar.
Con los demás, claro estaba.

— Llegan cinco minutos tarde, ¿que estaban haciendo? — frunció el ceño mirándolos.

— No te queda el papel de hermano sobre protector, Sam. — sonreí apartándolo levemente de la puerta tomando más fuerte de la mano a Bucky.

— ¿Que parte de, si llegan tarde no los dejo salir de nuevo, no te queda claro? — reí. Todo lo decía de broma pero obviamente quería molestar a mi novio que estaba un tanto tenso a mi lado.

— Solo fueron cinco minutos. Vete al demonio, hermanito. — dije riendo sacándole una sonrisa a ambos chicos.

— Está bien. Pero es la última vez qué pasa.— finalizó sacándole una risa a Barnes.

— Si bueno, buena suerte con eso. — sonrió guiñándole un ojo y cargándome como saco de papas corriendo hacia su habitación dejando los regaños de mi hermano atrás.

Me dejo caer en la cama y comenzó a besarme y a hacerme cosquillas.

Mientras reía veía mi mundo entero frente a mi. La galaxia entera. Mi universo.

Cuando paro, aparte un mechón de su rostro y me acerque a él depositando un beso. Una sonrisa se extendió por sus mejillas.

— Te amo, Barnes.

— Espera. — se levantó de golpe tomando algo de su bolsillo hincándose frente a la cama.

Lo mire sorprendida.

— Te amo mucho más. — murmuró abriendo la pequeña caja que tenía entre sus manos.

MARVEL One - ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora