Millie Pov's
años después.
Finn estaba a mi lado, sentados en las sillas de la sala de espera, Madison se paseaba de un lado a otro, muy nerviosa, mucho más que Mike, su padre, quien estaba al borde del colapso en ese preciso momento mientras Jane estaba en trabajo de parto de su segundo hijo.
— ¿Y si tiene problemas?, ¿y si el bebé no puede salir? —reprimí mi risa para no ponerlo más nervioso, pero le dije con tono tranquilizador:
— Mike, estuviste tal cual cuando nació Madison, si Jane lo pudo hacer una vez, lo hará dos veces —revolvió su cabello, con la incertidumbre en el rostro, a veces recordaba cuando tuve a Jane, Finn estaba peor que Mike, respirando junto conmigo y gritando de las contracciones cuando la del dolor era yo.Madison finalmente se sentó en la silla frente a mí, se veía ansiosa y emocionada, pero había algo más, una cosa que la molestaba y que no pasaba desapercibida ante mis ojos, de pronto irrumpió en la habitación Trevor, venía solo, sin su familia.
— ¿Ya ha nacido? —pregunto.
Todos negamos con la cabeza y él suspiró aliviado, al parecer, había hecho una carrera desde el estacionamiento al hospital o tal vez desde su casa, lucía demasiado agotado.
— ¿Hace cuánto que entró? —preguntó otra vez.
— Cuatro horas —contestó Finn, sus rizos habían perdido el volumen que los caracterizaba, pero definitivamente seguían ahí, lo que no habían cambiado eran sus ojos y ese brillo que tenía en su mirada cuando estaba muy feliz, como ahora.
Trevor se sentó a mi otro lado y apoyó su cabeza en mi hombro, para ser un adulto seguía creyéndose un niño pequeño, y eso en parte era mi culpa, lo había consentido demasiado cuando nació, mucho mas que a Jane, pero no me importó, algunas costumbres nunca se iban, y me alegraba que no lo hicieran, porque mi favorita era la que Finn estaba haciendo en esos momentos, acariciaba mi mano y mis dedos con la suya, ya no lo hacía para disculparse, con el tiempo el significado de ese gesto había cambiado, ahora lo hacia cuando estaba a gusto con la situación.
— Familia de Jane Wheeler, llamó de repente una enfermera, Finn hizo una mueca que pasó desapercibida para los demás, menos para mí, conocía muy bien ese gesto.Aún le molestaba el hecho de que Jane no llevara su apellido, no soportaba la idea de que ahora compartiera su amor con otro hombre, seguía siendo un celoso sin remedio.
Todos nos pusimos de pie y Mike palideció de inmediato, esperando malas noticias, nos sonrio y todos nos calmamos de inmediato menos Mike, que seguía encerrado en el mundo de las tragedias, Jane era una chica muy optimista, divertida y hacia locuras cada cinco minutos sin medir riesgos, Mike era todo lo contrario y a veces Finn se preguntaba que cómo es que su pequeña se casó con alguien como él.
Le hacia callar enseguida, porque nosotros éramos prácticamente iguales, con otras características, pero tan opuestos como Jane y Mike, suponía que por eso también se ponía celoso Finn.
— Es una niña y muy saludable, pueden pasar a verla en diez minutos, pero entren de a poco—nos informó la enfermera, entró otra vez a la sala de parto y todos nos quedamos más aliviados.
Los primeros en pasar a ver a Jane y a mi nueva nieta serían Finn y Mike por razones obvias, yo me quedaría con Madison y Trevor esperando nuestro turno.
Finn entró feliz a la sala para al fin poder ver a "la razón de su existir", mientras que Mike lo hizo temeroso pero decidido.
— Iré a la cafetería por unos caramelos, ¿quieren algo? —inquirió Trevor, Madison y yo negamos con la cabeza y él se encogió de hombros— bueno, regreso en unos minutos, cualquier cosa me llamas al celular mamá.Bajó por el ascensor y nos dejó a solas, Madison ya estaba mucho más relajada pero seguía habiendo algo que la incomodaba.
— Mads, ¿qué sucede? —con sólo una mirada bastó para saber lo que le sucedía—, ¿a qué le tienes miedo?
— A que mis padres se olviden de mí
Si, tenia razón.
Sonreí como nunca porque conocía demasiado bien ese sentimiento de sentirse invadida por alguien nuevo y que venía a cambiar todo tu mundo, también esa inferioridad, ese pensamiento de no ser querida por los demás, todo eso me recordaba a algo.
— Mads, cuando nació tu tío Trevor, hubieron ciertas diferencias, pero...
— Abuela, no es lo mismo, porque mamá tenía casi dos años y no recuerda nada, yo tengo doce, y esa... niña... se robará todo el cariño de mis padres.
Sé que debía decirle que no pensara eso de su hermanita, que la terminaría adorando pero me limite a sonreír como antes.
— Madison, cariño, te contaré una historia, tal vez las circunstancias no son las mismas pero si los problemas, había un chico mucho mejor que una chica morena, y ella estaba insegura porque pensaba que todos lo querian mas a él que a ella, me miró y luego a mi cabello, después dirigió su mirada a la puerta que daba a la habitación donde descansaba su madre y supe que había adivinado de quién se trataba esta historia.Me lo preguntó con la mirada y yo asentí, así que ella no dijo nada más y se echó para atrás, acomodándose en la silla con las piernas cruzadas como un indio sobre esta.
— Todo empezó cuando yo tenía ocho años, mamá se arreglaba para ir al teatro con mi padre, llevaba un vestido liso de seda azul y un sombrero con plumas que yo utilizaba para disfrazarme de indio nativo cuando Grace, Sadie y Daisy venían a jugar a la casa...
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what is love? - fillie
عاطفيةFinn siempre fue el favorito de la abuela, todos lo encontraban un chico muy listo, adorable y amable, un verdadero encanto. Tonterías. No se acercaba ni de lejos a mi definición de perfección.