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Cada día de mi vida era lo mismo, levantarme a las 05:30 am para ir a trabajar, yo trabajo en una pastelería cerca de el departamento que comparto con mis mejores amigas, la pastelería se llama Paradise, donde los sueños de las personas se hacen realidad, donde es todo un paraíso aveces las personas van solo a relajarse y tomar un té, además de pasteles vendemos té, helado, bebidas, dulces, y tenemos una mini biblioteca para que puedan leer y relajarse.

Además de trabajar en una pastelería, estudio en la Universidad de Bellas Artes California una universidad súper conocida aquí en Estados Unidos, yo dibujo, me encanta dibujar paisajes, retratos, abstractos.. Y también canto y compongo un poco, mi sueño era ser cantante, pero cuando descubrí mi verdadera pasión por el dibujo la cosa cambió.

trabajo de mesera y aveces cocinera, estudio arte, suelo componer canciones, hago deporte y soy una auxiliar en un colegio de niños pequeños.

Como de costumbre, me levanté y fui al baño, hice lo que tenía que hacer me duché y fui a vestirme ahora iría a trabajar por lo que solo me puse unos jeans negros con rotos en mis rodillas, mi blusa del trabajo ésta era de color Azul y tenía el logo de la pastelería en color rosa, y mis zapatos negros. Me até mi cabello con una simple cola y un gancho pequeño color Rosa.

Había algo diferente esta vez había un olor maravilloso en mi habitación, podía oler que era Sándwich este era el olor de la tostadora, seguro Mariangel estaba preparando el desayuno.

Mariangel mi mejor amiga ella era como mi hermana, nos conocimos en el jardín de niños y desde entonces hemos sido mejores amigas, Mariangel es una gran persona, es hermosa, inteligente, amorosa Dios es perfecta aveces quiero ser ella. Joannis la amante de los dulces, la que mejor se viste de las tres, la comprometida la más dulce y romántica pero tímida rayos.

-Cami Buen día.-Dijo Mariangel sentándose en el comedor-.

En la mesa había Sándwich tal como lo sospeche, y jugo de naranja no pude evitar sentarme muy rápido a comer.

-Buen día.-Dije llevando el Sándwich a mi boca, estaba delicioso-.

-despertaste hambrienta y apurada, seguro es por ese chico que tanto te gusta ver.-Dijo coqueta-.

El chico del que hablaba era un chico con cabello castaño que todas las mañanas iba a la pastelería, este chico llegaba aveces a el trabajo con ojos llorosos, hinchados como de haber pasado toda una noche llorando, llegaba tan feliz, sonriente con esa sonrisa que tanto me gusta yo no podía evitar sonreír cuando él lo hacia, jamás le había hablado, comúnmente solo iba a leer y tomar un té. Quiero hablarle, pero no lo sé no estoy segura...

-De que hablas.-Dije evitando el tema-.

En realidad ya quiero llegar a verlo.

-A mi no me engañas Camila Smith.-Dijo apuntándome con su dedo-.

-Sisi como no, Hey me tengo que ir, recuerda ir a comprar las frutas, y tu bikini y que Joannis vaya contigo.-Dije seria-.

Pronto iríamos a una cabaña en la playa y nos quedaríamos 1 semana, vamos Mariangel y un amigo de ella, Félix mi mejor amigo, Joannis y su novio Lucas, entre varios amigos más.

Salí del departamento, ya eran las 06 debía apresurarme, la calle estaba sola me preocupaba me daba miedo, suele ser peligroso caminar sola en las calles de California.

Llegué y mi jefe Ross estaba abriendo la pastelería, le di los buenos días y fui adentro a ponerme mi delantal, y limpiar un poco ya que había polvo, no trabajamos los lunes y estamos en martes.

Hice lo que debía hacer  y empezaron a pasar varias personas debía atenderlas yo sola ya que mi compañera renunció.

-Buenos Días, bienvenidas a Paradise, ¿En que les puedo ayudar?.-Dije dirigiendome a unas chicas-.

-quiero un Pastel de Piña, claro una porción.-dijo la de voz más chillona-.

-Yo solo Un Ponque gracias.

-Ya les traigo.

Fui a cortar un pedazo de pastel de piña, y ponque estaban súper calentitas, quería comermelas. Fui al mostrador a sacar un plato decorado para poner las porciones, cuando en un rincón estaba sentado el chico castaño, el chico que me encanta, estaba vestido con un jean negro ajustado, y una franela gris, demonios se veía tan bien.

Me decidí en ir a llevar el pedido y atender al chico, el tenia un libro cubriendo su cara no podía ver como estaba.

-Bienvenido a Paradise, ¿En que te puedo ayudar?.-Dije al castaño nerviosa-.

Fue lentamente bajando el libro que tenia en su rostro, dejandome ver unos ojos súper hinchados, lo que me hizo preocuparme.

-¿E-Estas bien? ¿te puedo ayudar en algo?.-Dije asustada-.

-N-no dejes de sonreír..

Mierda.

tú y solo tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora