Capítulo 12.

31 1 0
                                    

Canción: I like me better - Lauv

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Canción: I like me better - Lauv

Disponía de unas tres horas para arreglarme y debía aprovecharlas al máximo.

Las pocas semanas que quedaban de vacaciones se habían evaporado en un parpadeo. Evitaba estar en mi casa para no pelear con Helena o Erik y, por ende, consumía mi tiempo con Sebastian.

Jeff y yo seguíamos sin hablarnos, Judith no se despegaba de Will, ¿qué más iba hacer?

Tampoco es como si hubiese querido no estar con él. Me dije que no volvería a evitarlo y eso era lo que estaba tratando de hacer, aunque el miedo casi siempre estuviese apunto de sobrepasar la escasa valentía. En mucho tiempo nadie había logrado hacerme querer darle una oportunidad... Darme una oportunidad a mí misma. Yo solo hería y huía... y ahora, si bien todavía soy totalmente capaz de hacerlo, no creo que pueda con Sebastian... No puedo ni imaginarlo.

Él es diferente, me ha demostrado que lo es. Puede que lo que sea que estemos haciendo tenga los días contados y aún así... No lo sé, me parece que Sebas sí es el tipo de chico que tendría gentileza al romper mi corazón.

Sé lo vulnerable que me deja esa clase de pensamientos, pero... es lo que siento y ya no quiero resistirlo o ignorarlo.

Tal vez no nos lo decimos directamente, no obstante, es claro que tratamos de pasar el mayor tiempo juntos posible, a lo mejor temiendo que las oportunidades de salir se limiten. Él seguirá con su universidad y yo con mi escuela. Ambas demandan responsabilidad y aun si tratáramos de engañarnos a nosotros mismos, creyendo que podremos seguir viéndonos igual... lo cierto es que no sería así.

Y sin importar cuantas veces rogué para que el tiempo transcurriera más lento, finalmente el último viernes antes del inicio de clases llegó y con él, la primera cita real de Sebas y yo.

Luego de tomar una ducha de media hora, me encuentro frente a frente con las puertas de mi armario.

Hace mucho tiempo que no tenía cita. De hecho, no puedo recordar haber tenido ninguna cita en serio. Para jugar con los chicos que me invitaban a salir no era necesario arreglarse. Sin embargo, esta vez es distinto. No puedo ir sencilla, pero tampoco quiero sobrecargarme y parecer una payasa. No quiero verme demasiado arreglada para una feria, pero quiero que Sebastián piense que me interesa lo suficiente como para arreglarme. ¡Demonios! ¿Desde cuándo un chico puede poner a Diana Moore de este modo?

Dejo de tratar de entender los sentimientos que me estremecen y me decido por sacarme una falda corta junto con una blusa de estampado de flores que se ata al cuello. Maquillarme no es mi pasión, pero ¿por qué no? Me coloco polvo, delineador y rímel. Lo último es colocarles bálsamo a mis labios y ahora sí que estoy lista.

El reloj al lado de mi cama marca las 9:30 P.M., mi corazón se acelera y mis manos comienzan a sentirse resbaladizas.

—¡No! No me pueden hacer esto. No suden, por favor —pido mirando suplicante mis manos antes de limpiarlas con la toalla. Ya ni siquiera entiendo bien mi cuerpo. ¡Yo nunca sudo! Quiero decir, por esfuerzo físico sí, pero ¿por nervios? ¡Jamás!

Amor a Mentiras (ATL #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora