Capitulo 1

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HACE SEIS AÑOS

°MARAH°

-Ponme una cerveza.

-Debes enseñarme el carnet antes.

-¿En serio? ¿Es qué no me estás viendo?

-Necesito el carnet. –Volvió a decir el barman haciendome fruncir el ceño. Primero mis amigas me dan largas y ahora éste estúpido. ¡Genial!

-Dos cervezas. –Dijo el chico que se había sentado junto a mi en la barra. –¿O también vas a pedirme el carnet?

-No, señor. –Reí ante la cara de pánico que había puesto el barman al dejar los botellines de cerveza abiertos frente a él. El chico extendió uno de ellos hacia mi antes de darle un sorbo al otro.

-¿De verdad?

-Por supuesto. Vamos, bebe.
Asentí cogiendo la botella para darle un sorbo.

-Gracias.

-No, gracias, no. ¿Cuántos años tienes? –Tardé un poco en reaccionar. ¿Para que quería saber mi edad?¿Te comió la lengua el gato ahora?

-Dieciséis...

-E intentas aparentar más para poder beber ¿eh? Me gusta.
–Sonrió antes de darle otro sorbo a su botellín. –¿Y puedes explicarme qué hace una chiquilla de tu edad por aquí?

-Había quedado con mis amigas...

-Pero te dieron plantón. –Asentí con rabia.

-Y eso que sabían que me había escapado del orfanato solo para venir aquí...

-¿Orfanato dijiste? –Preguntó dándole un largo sorbo a su cerveza. ¿Por qué le contaba mi vida a un desconocido?

-Sí, pero no creo que te interese mi vida...

-No, no, tranquila. Puedes seguir. Soy un buen oyente...
–Sonrió seguro de si mismo haciéndome sonreír a mi.
¿Cómo te llamas?

-¿Cómo te llamas tú?

-Ese es un dato irrelevante ahora mismo.

-Entonces yo tampoco te diré el mío. –Sonreí maliciosamente antes de que él terminara con su cerveza de un último trago antes de soltar:

-¿Te apetece acompañarme a un sitio?

-Eh, ya te estás pasando de atrevido. –Alzó las cejas en mi dirección antes de reír. –No serás un viejo verde de esos...

-No soy viejo y mucho menos verde, cariño. Me gustas. Tienes agallas. Te encantará el sitio al que te llevaré.

-No pienso ir a ningún sitio.
–Dije frunciendo el ceño para ponerme de pie. Ya la conversación no me parecía tan divertida como antes. –Le agradezco la cerveza, pero creo que esta conversación se está pa...

-León, por favor. Acompaña a la chica al coche.

-Sí, señor.

-¿Qué? ¡No, suéltame! ¡Suéltame! –Grité viendo como nadie hacia nada por ayudarme.

EN LA ACTUALIDAD

Subí las escaleras obviando el ascensor para dirigirme a una de las habitaciones del fondo.

Paradise In HellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora