Capitulo 4

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EN LA ACTUALIDAD

-Señora...

-¿Si? –Pregunté desviando la mirada de las chicas que ensayaban hacia León que iba acompañado de otro chico.

-Querida amiga...

-¡Slyder! –Caminé hacia él sonriendo para rodear su cuello con mis brazos abrazándolo.
–¿Qué te trae por aquí, querido?

-Una charla privada. ¿Está Di?

-No, pero puedes hablar conmigo.

-Me vale. –Asentí agarrándolo de la mano para dirigirme al despacho de Dimitri.

-No creo que a él le importe. ¿Quiéres algo de tomar?

-Sí. –Eché un hielo en cada vaso para rellenarlo de alcohol antes de dárselo.

-¿Y bien? Te escucho.

-Se trata de una de tus chicas. Thalía.

-¿Qué pasa con ella? –Pregunté sentándome en la silla de Di.

-Dice estar embarazada y que el bebé es mío. –Abrí los ojos sorprendida. ¿Thalía estaba embarazada? ¿Y por qué era la última en enterarme?Por tu cara, veo que no lo sabías.

-Pues no... Pero no me extrañaría nada que Di si lo supiera.

-Tienes que hacer algo, Marah. Esa zorra me está...

-Eh, ni se te ocurra volver a insultarla. –Dije alzando la mano para mirarlo mal.
Además, ¿a qué le tienes miedo?

-No soy el padre. Y no quiero que los rumores de un hijo mío falso corran por las calles.

-Entonces solo tienes que hablar con ella.

-¿Y crees que no lo he hecho ya? Incluso le ofrecí dinero a cambio de que se deshiciera de él.

-¡Bruto! –Grité horrorizada dejando el vaso sobre la mesa.

HACE SEIS AÑOS

-¿Por qué sigo aún aquí?

-¿No te gusta?

-Me habían asignado una habitación con más chicas...

-Entonces debes sentirte privilegiada. Cualquiera no entra a mi casa y duerme en mi cama. –Esquivé su mirada avergonzada. ¿Por qué me deja quedarme aquí entonces?

-¿Qué va a pasar con Barbie?

-Eso es algo que no te interesa, Marah.

-¿Eres capaz de pegar a tu propia novia?

-Yo no tengo novia. 

-¿Y Barbie entonces que es?

-Vuelvo a repetirte que ésto no es de tu incumbencia, cariño.

EN LA ACTUALIDAD

-¿Marah?

-¿Eh? ¿Qué?

-Que ya me voy. Espero que puedas resolverme ésto.

-Thalía tendrá el bebé, la apoyaré para que así sea.

-¿Me lo estás diciendo en serio?

-Por supuesto. –Me puse de pie para caminar hacia la puerta.
–¿Algo más, Slyder?

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