~XXIII~

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Siempre creí que mi gato tenía un problema con su mirada, él me miraba fijamente, con los ojos muy abiertos, con una extraña expresión a la defensiva.

Al menos eso pensaba yo, hasta que un día descubrí, que en realidad él no me miraba a mí, sino que miraba al espacio vacío, justo detrás mío.

Historias Cortas de TerrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora