Eterno invierno que roe los huesos,
como una jauría de perros hambrientos;
el niño de color azul maldito
desde su origen alejado de los ojos de la luz.Rara vez el sol posa su faz sobre él,
pero de inmediato lo desprecia
como si de un monstruo se tratase,
como si de su luz indigno fuera.Cuando la tormenta arrecie
los erizos se desangrarán;
uno a uno caerán,
bajo la perecedera promesa del calor.Niño maldito, hijo de Boreas,
tú que conoces la calidez de la gélida distancia
y la solitaria compañía de la noche eterna
¿por qué deseas sufrir como ellos?.