Cigarra

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Cae la noche silente
y mi corazón anhela una voz que lo llame,
pero solo se oye el eco de las paredes
y el frío palpitar del pecho de un cadaver.

Como un cometa a la deriva
extraviado en la inmensidad del espacio,
caigo arrastrado bajo la sed de mi ilusión.

Aparece la noche nublada
y mi espíritu alicaído
desea unos ojos que lo busquen,
pero solo me encuentra la luna
y el fulgor de las pequeñas luces brillando en la oscuridad.

Como la ceniza en busca de ascuas,
a menudo sueño con un fuego
que con su danza reanime mi ser.

Cae la noche helada
y mi triste capullo imagina el calor de los otros,
porque solo conoce el espacio que existe de aquí al abismo
y el frío que cala los huesos y mella el alma.

Como una cigarra atrapada bajo el asfalto
preguntándose cuándo verá la luz,
entonaré mi canción desde las sombras.

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