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El tiempo seguía pasando y Grace ya tenía 12 años. Había logrado dominar el poder sobre el viento que aunque pareciera ser el más sencillo e inocente no lo era. El viento podía ser tan destructor como el fuego, asfixiante como el agua, vivo e impredecible como la naturaleza, potente y filoso como un trueno o el hielo.
Se encontraba dando vueltas en su habitación, aún no presenciaba su nuevo poder como cada tres años y habían pasado semanas desde que cumplió los doce y aún nada. Tenia miedo y no salia de su cuarto no dejaba que alguien entrara y estuviera con ella mas del tiempo necesario y si era necesario. Pensaba en que su poder podía lastimar a alguien sin querer en el momento que despertara si estaba acompañada. Aimee le había dicho que tal vez ya no tenía más poder oculto pero ella sentía que estaba ahí.
- ¡Grace! ¡Abreme! - volvió a insistir su hermana que iba todos los días a decirle a Grace que la dejara entrar durante horas.
- Ya te dije que no puedo Aimee - respondió contra la puerta.
- ¡¿Por qué?! - suplicó.
- Me iré a dar un laaaaaaaargo baño para no escucharte otra vez - respondió aburrida mientras se quitaba su vestido de encima.
Entró a bañarse durante un buen rato, al salir decidió lavarse los dientes y abrió el grifo. Mientras pasaba el cepillo por su boca se perdió en sus pensamientos sobre su nuevo poder dejando el grifo abierto.
Un hilo de agua empezó a subir lentamente hasta el espejo haciendo que Grace lo notara pero no le prestara atención y pusiera su mano sobre el haciéndolo descender. El hilo de agua volvió a subir en el momento en que se iba a enjuagar la crema dental.
Al dirigir su vista al chorrito de agua este se hizo una burbuja. Jadeo de sorpresa y la burbuja se deshizo. Meditándolo unos minutos se dio cuenta que su poder nuevo era el agua.
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Los días pasaban y era muy difícil para Grace controlar su poder acuático. Se pasaba los días enteros practicando y haciendo burbujas pero era muy difícil.
- ¡Rayos! - se dejó caer después de otro fracaso.
- Lo lograras calmate, respira y concentrate.
- ya me has dicho eso en todo el día todos los días y no funciona. Dominé los otros ¿Por qué no puedo con esté?
- Tú cabello - susurró Aimee.
- lo se no ha cambiado - Aimee negó.
- Lo acaba de hacer. Está más oscuro Grace.
Grace corrió al lago y miró su reflejo, definitivamente su cabello era castaño y el color cubría las puntas lentamente.
- ¡es increíble!
- si
- vamos a casa. Mañana volveremos a intentar.
Ambas niñas caminaron hasta el castillo, al entrar evitaron encontrar a cualquiera de las personas que allí habitaban y se encerraron en el cuarto de Grace.
- Aimee, tienes que buscar a mamá y papá, ellos deben saber - dijo Grace contemplando su cabello en el espejo.
- No, si lo saben te van a encerrar aquí o en la torre mas alta del castillo y no queremos eso - respondió la niña sentándose sobre un cojín - ¡¡Huuuy!! ¡Una paleta! - Grace rodó los ojos porque definitivamente su hermana no iba a cambiar nunca su debilidad por los dulces.
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La Princesa de la Naturaleza
FantasyUn rey que sufre por la inminente muerte de su esposa y su primera hija sale en busca de una cura a tierras desconocidas y la encuentra pero por desgracia no toma en cuenta las consecuencias. Meses después se da cuenta de que al salvar a su hija le...