«3» 1.ra parte

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   "Es incluso mejor ser temido que ser amado"...Nicolás

Narrador omnisciente

Una muy bella musica clasica, sonaba por todo el lugar, ademas de ser elegante era muy famoso en ese pequeño lugar, hasta el punto de llegar a tener que reservar una semana con anticipación.

Marey iba a ese lugar muy seguido, ya que su madre era muy amiga de la dueña del lugar, y siempre que queria ir hacia una reservación y llegaba a pasar el rato, ya sea acompañada o sola.

Esa noche se le habia antojado, salir un rato sola, ya habia pedido que iba a cenar esta noche, solo estaba esperando que llegara su orden,  no le gustaba que le llevaran la contraria.

El mesero llego con su orden, esta puso cara de disgusto al parecer le habia llevado algo que ella no habia pedido, esto le disgusto mucho, tiro al piso lo que le ofreció, pues al parecer Marey era una niña muy consentida.

Indignada y con el ceño fruncido salio del luga, muy furiosa se dirigio hacia su auto, lo unico que queria en ese momento era llegar a su habitación y descansar, pero al parecer alguien mas tenia un mejor plan para esta noche.

Pues ya en algun rincon de ese estacionamiento, alguien espera en la sombras, esperando el momento exacto, para llevar a cabo su psicópata y delicioso plan.

Marey a medio camino se detuvo, ¿Porque se detuvo? Miro a su alrededor, extrañada siguio su camino, pues habia volteado porque había sentido una muy fuerte mirada encima de ella, como si alguien la observara muy de cerca.

Y vaya que si lo estaba, el intruso alfin decidió salir de las sombras y atacar a la indefensa y muy mimada Marey.

La atrajo hacia a el como en un abrazo de oso y tan rapido como pudo le tapo el rostro con un saco negro, obteniendo asi que no tubiera poder de ver.

Esta se mecia de un lado a otro, queriendo escapar. Tratando de gritar pues mas no sabia que ya estaba perdida, porque ya subida en esa camioneta ya no habia salida.

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   1 hora mas tardé

Todo estaba oscuro para nuestra pequeña Marey, ya que su cabeza aun seguia metida en una bolsa de tela negra, podía sentir que iban en auto y talvez tres personas en el, sintió cuando el auto se detuvo.

La jaloniaron, para que bajara, refuño porque aún ni en esa situacion dejaba su actitud arrogante.

Cuando estuvo en el suelo, algo frio le corrio por toda la espalda, pues eso era mala señal para ella siempre que sentía eso era porque estaba metida en gran lío.

Ya adentro la sentaron en un banco, sus captores decidieron quitarle la bolsa de su rostro.

Cuando esta quedo libre pudo observar a su alrededor, no supo como desifrar lo que estaba sintiendo y viendo, podria ser una mezcla de ¡hay cosita! y otra de ¡ay por deos que miedo!.

Pues ya eso se debía a que sus captores no tenian de las tipicas mascara de malla negra, sino eran mascaras de animalitos tiernos. La pequeña Marey quedo confundida ya que no podia reconocer a nadie, en total habian 5 en la habitación con ella, 5 tiernos y horribles enmascarados.

Marey sonrio con sorna, pues creia que era una mas de las bromas babosas de su grupo de amigos, pobresita de la pequeña Marey, era todo menos una broma.

Cuando esta estuvo atada uno de los enmascarados le hablo, pues su voz al parecer estaba distorcianada, un lindo y adorable gato bebe, se puso al frente.

—Bienvenida Marey— pues esta indignada y molesta le contesto.

—que tipo de broma es esta, dejame ir tengo que ir a casa, si llego tarde me castigaran.—

—¿desde cuando te importa respetar reglas Marey?—pregunto un lindo oso bebe.

—¿Quienes son?—nuestra pequeña Marey pregunto temblando.

—¿Quienes somos? ¿Porque hacemos esto? ¿Que queremos? Siempre las tipicas y aburridas preguntas, para que preguntan, si saben que no vamos a responder.—contrataco un lindo conejo bebe.

—muy bien pequeño unicornio traenos los juguetes—ordeno el del conejo.
La chica de la mascara de unicornio, entro en la otra habitación, Marey no sabia que hacia alli, se preguntaba ¿Que cosa tan horrible habia hecho para merecer estar alli? (Entre nosotros yo también me lo pregunto).

—elefantito ve y busca un poco de agua—ordeno el gato.

—Muy bien Marey, te preguntaras que haces aqui ¿No?— ¡Si! Respondio algo dudosa. Pues aún en su interior ella pensaba que era una broma, pero eso cambio cuando vio entrar al «lindo unicornio» con cosas en su manos, pues para mas eran, navajas, tijeras, unas cosas largas y delgadas, un pequeño recipiente que tenia un dibujo de una calavera en su frente.

Esta procedio a ponerlas sobre una bandeja, cuando el pequeño unicornio vio la cara de nuestra Marey solto una risa muy escalofriante, pues le sastifacia su olor a miedo que comenzaba a correr en la habitación.

Marey inquieta se trataba de soltar los nudos de sus amarres, pues pensaba que si no lo intentaba ahora nunca tendria una oportunidad de escapar.
Mientra los demas estaban absorto en buscar cosas, ella estaba, por apunto de conseguir lo que queria.

Paso tan rápido, como cuando te caes, no sabes que paso hasta que estas en el piso ¿No?, Marey con todas las fuerzas que tenia salio por una puerta, corrio y corrio como si su vida dependiera de eso, ups si lo hacia.

Voltea a ver a cada rato hacia atras, pues para a segurarse si la seguian, y vaya que si lo hacian podia ver sombras detras de ella cada vez mas cerca, los arboles pasan al lado de nuestra pequeña Marey, el frio se le coloba hasta por los huesos.

Comenzó a cantar victoria cuando vio que, quien sea el que lo seguia habia parado, pero no tardó mucho su canto, porque enfrente de ella se extendía un barranco, paro en seco, pues en el fondo de este habian rocas filosas, sabia que si se lanzaba morirá, alli acabaria todo, pero no ella queria vivir por mas las veces que haya deseado estar muerta, enfrente de ella preferia vivir, asi que encaron a su sombra.

—Es hora de que pagues todas Marey—hablo el lindo gatito, su mano apretaba una pequeña  daga negra.
A su lado estaba el conejo y al otro extremo el osito.

Este ultimo habló—muy bien dejemonos de jueguitos ¿Quieres?—no sonaba contento.

—claro, vamos Marey tienes que volver con nosotros para acabar con esto—ayudo el conejito, pues todos se acercaban poco a poco.

—no ire a ningún lugar esto no es justo—susurro asustada, pues ya no tenía salida.
El oso rio sarcasticamente.

—¿Justo? ¡JUSTO!.... debes de estar de broma verdad ¿VERDAD?—gritó ya desesperado, se acerco a ella tan rapido como pudo y la arrastró del cabello hasta la cabaña, pues ya quería acabar con todo, Marey gritaba, pataleabla de todo, pero nadie hacia nada, eso era lo que querian el grupo de chicas que el sacara su verdadera sombra, su verdadero YO.

Esta vez no estaria sentada, la acosto en una mesa, y la amarro de pies, manos, cabeza y abdomen, con el fin de que no pudiera moverde para nada.

Ahora si el terror y angustia estaban a flote, pero solo en Marey. Porque para los demás todo eso era exitante, un vicio, una droga, oir gritar y gemir de dolor y desesperación. Eso era vida, eso era ellos, lo que nunca alguien podria ver con normalidad como ellos lo hacian, era un tipo de justicia solo que a su modo.


Continuará.....


Melissa©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora