Ruta Neutral (Cap 1) Las ruinas

266 13 3
                                    

Esta es la historia de una joven cuya determinación y persistencia no conocían límites, y con ellas, cambió el curso del mundo. Sin embargo, el camino no siempre se alinea con nuestras expectativas... ¿Será su voluntad lo bastante fuerte para enfrentar las adversidades que se avecinan?

Twilight despertó en la oscuridad, aturdida.

—¿Eh? ¿D-dónde estoy? —murmuró mientras intentaba levantarse. Se llevó una mano a la cabeza, sintiendo el eco del impacto en su cuerpo, aunque para su sorpresa, no había sufrido ningún daño grave. Miró a su alrededor, el entorno sombrío la envolvía, pero algo llamó su atención: un lecho de suaves flores amarillas bajo su cuerpo, probablemente las responsables de salvarle la vida.

—¡Hola! —dijo una voz aguda, interrumpiendo sus pensamientos.

Twilight levantó la vista rápidamente, buscando el origen de esa voz. Frente a ella, no había más que una flor, pequeña y aparentemente inofensiva. Frunció el ceño, desconcertada, y decidió ignorarla mientras se ponía de pie, lista para seguir caminando.

—Mi nombre es Flowey. ¡Flowey la flor! —dijo de nuevo la voz, haciendo que Twilight se detuviera.

Con el ceño aún fruncido, Twilight miró a la flor con incredulidad.

—¿Sabes hablar? —preguntó, finalmente dándose cuenta de que la voz provenía de la planta.

—¡Claro que sí! Y tú debes ser... una humana, ¿verdad? —replicó Flowey con un tono juguetón.

Twilight entrecerró los ojos. La flor era pequeña, con pétalos amarillos que parecían casi inocentes, pero había algo extraño en ella.

—Sí, soy humana —respondió Twilight, aunque su mente no podía dejar de cuestionar lo ilógico de la situación—. Pero la verdadera pregunta es... ¿cómo puede una flor hablar? En ningún libro que haya leído se menciona algo así —agregó, intentando racionalizar lo que tenía ante ella.

Flowey soltó una risa suave.

—Oh, es una larga historia... pero eso no importa ahora —respondió evasivamente.

Twilight suspiró. Algo en la flor no le inspiraba confianza, pero decidió no insistir.

—Está bien... —murmuró.

Flowey sonrió y prosiguió con su charla.

—Bien, para empezar nuestra "amistad", debes tocar estas... eh... bolitas de amistad —anunció mientras lanzaba unas pequeñas esferas hacia Twilight.

La joven miró con extrañeza las esferas flotantes. Sin pensarlo mucho, las esquivó instintivamente.

—¿Bolitas de amistad? —se preguntó a sí misma en voz baja.

Flowey insistió.

—Sí, por favor... tócalas, te ayudarán.

Twilight volvió a esquivar las esferas sin esfuerzo, aún sin comprender qué estaba sucediendo. Algo dentro de ella la hacía desconfiar.

—¡Dije que tocaras las malditas balas! —gritó Flowey de repente, su tono se volvió más agresivo, aunque rápidamente intentó corregirse—. Digo... las bolitas de amistad.

Twilight, a regañadientes, decidió dejar que las esferas la alcanzaran. Al instante, sintió como si toda su energía la abandonara de golpe.

Twilight LV: 1 01/20 HP

—¿Q-qué está pasando? —gimió Twilight, cayendo de rodillas, su rostro retorcido por el dolor. Las esferas habían drenado su vitalidad como si le arrancaran el alma. Apenas podía moverse, y su mente estaba en un torbellino de confusión.

Frente a ella, Flowey se reía.

—¡Hahahaha, qué ingenua! —la flor la miraba con una sonrisa retorcida—. Déjame decirte algo antes de que mueras, niña: ¡en este mundo, es matar o morir! —gritó mientras su rostro cambiaba drásticamente. Sus pétalos se oscurecieron, sus ojos se hundieron hasta quedar como pozos vacíos, y de su boca emergieron colmillos afilados—. ¡AHORA MUERE!

Las semillas comenzaron a rodear a Twilight, preparándose para el ataque final. Justo cuando todo parecía perdido, una figura misteriosa apareció de la nada y lanzó una bola de fuego hacia Flowey, quien retrocedió de inmediato.

Twilight sintió cómo la energía volvía a su cuerpo de forma casi mágica. Sorprendida y aún tambaleante, se levantó del suelo. Delante de ella, la figura de la mujer que la había salvado se volvía más clara.

Twilight LV:1 HP: 20/20

—¿Estás bien, mi niña? —preguntó la mujer con una voz suave y maternal.

Twilight la miró, desconcertada. Era alta y humanoide, con una piel pálida y un largo cabello multicolor que brillaba tenuemente. Lo que más llamó la atención de Twilight fueron las orejas de pony que sobresalían ligeramente de su cabello, y la bata de cocina morada que llevaba, adornada con un extraño símbolo en el centro.

—S-sí... gracias por salvarme —respondió Twilight aún recuperándose del susto—. ¿Cómo te llamas?

—Oh, lo siento, olvidé presentarme. Mi nombre es Celestia, soy la guardiana de estas ruinas —dijo la mujer con una cálida sonrisa—. ¿Y tú cómo te llamas?

—Soy Twilight Sparkle... una humana —dijo Twilight con algo más de confianza—. Caí al subsuelo por un agujero no muy lejos de aquí.

Celestia asintió lentamente, mirando hacia arriba, donde Twilight señalaba.

—Ya veo... eres la primera humana que nos visita en muchos años. ¿Qué hace una humana como tú aquí abajo?

Twilight suspiró.

—Había leyendas... decían que todo humano que cae aquí no regresa. Quería averiguar por qué.

Celestia la observó en silencio por un momento antes de hablar.

—No soy quién para darte una respuesta definitiva, lo lamento. Pero puedo guiarte hasta mi hogar, no queda muy lejos de aquí. El camino está plagado de trampas, así que no te separes de mí, ¿de acuerdo?

Twilight asintió con una pequeña sonrisa.

—De acuerdo. Gracias, Celestia.

Ponytale™ (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora