Ruta Neutral (Cap 5) "Cita" con Rainbow y Pinkie

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Cuando Twilight y Kitty llegaron a la casa de Rainbow Dash, la pegaso ya las esperaba en la entrada, con una sonrisa en el rostro y los brazos cruzados.

—¡Genial! ¡Estás aquí! Hehe... Bueno, adelante —dijo Rainbow mientras las guiaba al interior de su hogar—. Esta es mi casa... Ponte cómoda.

El lugar era sorprendentemente limpio para lo que Twilight hubiera imaginado, dado el carácter desenfadado de Rainbow. La sala era acogedora, con muebles sencillos pero bien cuidados. Desde donde estaba, Twilight pudo ver una escalera que conducía al segundo piso. Notó que había dos habitaciones en esa planta. Una de ellas estaba cubierta de letreros que decían "Peligro" y "Prohibido el paso", lo que despertó su curiosidad. La otra puerta, aunque cerrada, parecía menos intimidante.

—¿Esa es tu habitación? —preguntó Twilight, señalando la puerta abierta del otro lado.

—Sí, ¡esa es mi habitación! Linda, ¿no?

Twilight echó un vistazo rápido. La habitación era sencilla pero funcional, con algunas medallas colgadas en las paredes, probablemente de las competiciones de vuelo o carreras de Rainbow.

—Bueno... Sí, hehe —respondió Twilight con una sonrisa.

—Entonces, ¿quieres empezar ya? —preguntó Rainbow con una energía contagiosa, dando un pequeño salto de emoción.

—Claro, ¿por qué no? —contestó Twilight, interesada en saber qué tenía en mente su nueva amiga.

Rainbow se dirigió a la pequeña cocina adyacente y abrió el microondas, sacando un plato humeante de spaghetti.

—¿Quieres un plato de spaghetti? Lo hice yo misma —dijo Rainbow, colocándolo con cuidado sobre la mesa de la cocina. El espacio era pequeño pero acogedor, con un fregadero apenas lo suficientemente grande para Pinkie.

Twilight sonrió, intrigada por la propuesta. No esperaba que Rainbow fuera del tipo de poni que cocinara, y mucho menos spaghetti.

—Hehe... Está bien —dijo Twilight, tomando asiento.

En ese momento, Rainbow llamó a su hermana.

—¡Pinkie! ¡A comer!

Pinkie apareció rápidamente desde la habitación cerrada del segundo piso y se sentó a la mesa, con su habitual energía.

—¡Te va a encantar el spaghetti, Twilight! —exclamó con entusiasmo mientras tomaba una botella de ketchup y lo rociaba generosamente sobre su porción—. ¡Mi hermana es la mejor cocinera de spaghetti que conozco!

Twilight observó con una mezcla de sorpresa y curiosidad, mientras Pinkie se reía y comía alegremente. Rainbow se rascó la cabeza, algo avergonzada por el elogio.

Twilight decidió probar el primer bocado. Para su sorpresa, el spaghetti estaba delicioso. El sabor, aunque rústico, tenía algo reconfortante. Sin embargo, lo más curioso fue ver cómo Kitty, sin brazos, esperaba pacientemente a ser alimentada.

—Hehe... Parece que te voy a ayudar con esto, Kitty —dijo Twilight con una sonrisa.

—¡Gracias, Twilight! —respondió Kitty con un brillo en los ojos. Aunque no tenía brazos, su actitud siempre positiva hacía que la situación no fuera incómoda.

Twilight se dedicó a darle pequeños bocados, mientras las tres compartían una charla ligera. A medida que la comida avanzaba, la conversación se tornó más fluida. Kitty parecía disfrutar de la compañía de Twilight, riendo ante los pequeños chistes que intercambiaban.

—Ufff... Estoy llena —dijo Twilight finalmente, recostándose en la silla—. ¡Estaba delicioso, Rainbow!

—¡Gracias! —respondió Rainbow, sonriendo con satisfacción—. Me alegra que te haya gustado.

—Bueno, creo que debería irme... —dijo Twilight, aunque algo en su tono delataba que estaba disfrutando más de lo que esperaba.

—¿Tan pronto? ¡Apenas estamos empezando! —exclamó Rainbow, con evidente emoción—. Vamos, Twilight, ¡quedate un poco más!

—¿E-en serio? —preguntó Twilight, sorprendida por la insistencia.

—¡Sí! —respondió Rainbow sin dudarlo—. Vamos a divertirnos un poco más antes de que te vayas.

Twilight, intrigada y sintiéndose cada vez más cómoda con sus nuevas amigas, accedió. Ambas subieron al segundo piso, mientras Kitty y Pinkie continuaban charlando animadamente en el comedor.

—¿Quieres jugar videojuegos? —preguntó Rainbow de repente.

—¿Videojuegos? —Twilight no estaba familiarizada con el término. En su hogar nunca llegó  a tener algo así.

Rainbow puso cara de asombro.

—¿No sabes lo que son? ¡Vaya, Twilight! Hehe... Bueno, es hora de que aprendas. —Rainbow sacó una consola algo antigua de debajo de su cama, una reliquia que parecía haber sido muy usada.

Jugaron durante horas, compitiendo en carreras y plataformas. Aunque Twilight era nueva en este mundo de juegos, pronto se dio cuenta de que disfrutaba el desafío, especialmente al ver lo competitiva que Rainbow podía llegar a ser. Ambas se reían y se tomaban en serio cada pequeña victoria. Kitty subía de vez en cuando a observarlas, lanzando algún comentario animado.

—¡Wow, Twilight! Eres mejor de lo que pensaba en esto —dijo Rainbow, impresionada después de una carrera especialmente reñida.

—Hehe... Supongo que me adapto rápido —respondió Twilight, sonriendo. Sentía que estaba desarrollando una conexión con Rainbow y Kitty, algo que no había esperado.

Finalmente, después de varias horas, Twilight decidió que era hora de partir.

—Gracias por la visita —dijeron Rainbow y Pinkie, despidiéndose en la puerta.

—¡Adiós! —respondieron Twilight y Kitty, esta última sonriendo ampliamente mientras Twilight la llevaba nuevamente en sus hombros. Kitty, habiendo crecido más cercana a Twilight durante la comida y las charlas, le dio un beso en la mejilla antes de que se alejaran.

Twilight no pudo evitar sonrojarse ante el gesto, pero también sintió una calidez inesperada en su corazón. Mientras caminaban bajo la nieve de Snowdin, no pudo evitar sonreír. Su aventura en el subsuelo apenas había comenzado, pero ya sentía que las amistades que estaba formando la acompañarían en cada paso del camino.

Ponytale™ (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora