Ruta Neutral (Cap 3) Entrada a Snowdin

111 7 5
                                    

Twilight apenas había cruzado la salida de las ruinas cuando se encontró de nuevo con Flowey, la flor de aspecto malicioso que la observaba con una sonrisa que no auguraba nada bueno. Esta vez, el rostro de Flowey reflejaba cierto desdén.

—Vaya, vaya, ingenioso, muy ingenioso —dijo Flowey con una voz llena de burla—. Haces lo que te plazca en este mundo, ¿no? ¿Pero acaso recuerdas al sapito y a los demás monstruos que mataste? —sus ojos se volvieron completamente negros, vacíos, mientras continuaba—. Los mataste solo porque se cruzaron en tu camino y no te agradaban. Tenían familia, amigos… ¡Y tú se los arrebataste como si nada te importara! Y para colmo, resulta que como te cayó bien Celestia... ¡decidiste no asesinarla! ¡Jajaja! ¡IDIOTA!

La rabia se acumuló en el pecho de Twilight. Sus manos temblaron mientras sacaba el cuchillo de juguete que había encontrado antes, con una mirada amenazante en su rostro.

—¡Cállate! —gritó, sus palabras llenas de furia—. No sabes nada de mí, así que déjame decirte algo... ¡Si vuelves a decir una palabra más, vas a pasar un muy mal rato!

El mundo alrededor de ambas se oscureció por unos segundos, y cuando la luz volvió, Twilight ya se había ido. Flowey, por su parte, se quedó en silencio, algo sorprendido e intrigado por la creciente frialdad en Twilight, quien ya había acumulado una buena cantidad de LOVE durante su travesía. Finalmente, Flowey se ocultó bajo tierra, reflexionando sobre lo que acababa de presenciar.

Twilight siguió caminando, cruzando la gran puerta que ahora se cerraba detrás de ella con un fuerte estruendo, imposibilitando cualquier regreso por el momento. Ahora, su camino la llevaba a Snowdin, un lugar cubierto de nieve, frío y silencio. Mientras avanzaba, se dio cuenta de una cámara escondida entre unos arbustos, cubierta de confeti por alguna extraña razón. Sin prestarle mucha atención, decidió ignorarla y seguir caminando.

Sus pasos resonaban sobre la nieve, pero pronto notó algo extraño: otros pasos se oían a su espalda. Al llegar a un pequeño puente, los pasos se acercaron cada vez más hasta que una voz la detuvo.

—Humana —dijo una figura misteriosa detrás de ella—. ¿Acaso no sabes cómo saludar a una nueva amiga? Date la vuelta.

Twilight se dio la vuelta lentamente, y cuando lo hizo, la figura le tendió la mano. Un pequeño gas salió de la mano de la desconocida al mismo tiempo que una risita juguetona se escapaba de sus labios.

—Hehehe... La vieja broma del cojín... Un clásico —dijo con una sonrisa despreocupada.

La figura que estaba frente a ella era una pony terrestre de pelaje y melena rosas. Sin embargo, su melena estaba más lisa de lo normal, lo que le daba un aire algo sombrío. Vestía un abrigo celeste, unos pantalones negros con una línea blanca a los lados y unas botas de color café que resaltaban bajo la nieve. Su atuendo era similar al de Twilight, pero con una diferencia en el color de la chaqueta.

—Hahaha, buena esa... —rió Twilight, aliviada por el ambiente menos tenso—. Y dime, ¿cómo te llamas?

—Me llamo Pinkamena Diane Pie, pero puedes llamarme Pinkie. Así me llaman mis amigos. ¿Y tú cómo te llamas?

—Twilight Sparkle. Es un placer, Pinkie.

—¡Lindo nombre! —exclamó Pinkie con entusiasmo—. Oye, ven conmigo. Hay alguien a quien le gustaría conocerte.

Twilight asintió y siguió a Pinkie. Al poco tiempo, se encontraron con otra pony. Esta tenía una melena de colores que brillaba como un arcoíris, y su pelaje era de un color celeste brillante. A diferencia de Pinkie, tenía un par de alas desplegadas en su espalda, dándole un aire majestuoso.

—¡Pinkie! ¿Dónde estabas? —dijo la pony alada con una mezcla de irritación y alivio—. ¡Espero que no estuvieras holgazaneando otra vez! Y... ¿eso es un humano?

—Tranquila, hermana. Solo patrullaba un poco la zona. Y sí, es una chica, Dashie.

—Oh, vale. —La pony alada sonrió—. ¡Me llamo Rainbow Dash! ¡Es un gusto conocerte, humana!

—Me llamo Twilight Sparkle, y el placer es mío, Rainbow Dash.

—¡Vale! Bueno, si me disculpas, tengo que irme. Nos veremos más adelante, humana —dijo Rainbow antes de desplegar sus alas y salir volando en un parpadeo.

—No te preocupes, ella es así —dijo Pinkie con una sonrisa relajada, colocando una mano en el hombro de Twilight.

—Oh, está bien —respondió Twilight, devolviéndole la sonrisa.

—Ten cuidado con los puzzles más adelante, podrían ser algo desafiantes... Nos vemos más tarde —añadió Pinkie antes de adelantarse, probablemente para reunirse con Rainbow Dash.

Twilight continuó su camino por Snowdin, enfrentándose a una serie de puzzles que se hacían cada vez más complicados a medida que avanzaba. Con determinación, logró resolver cada uno de ellos, hasta que finalmente llegó a la pequeña y acogedora aldea de Snowdin. La nieve caía suavemente sobre las calles, y las luces de las casas encendidas creaban una atmósfera cálida y reconfortante, muy diferente a las frías ruinas que había dejado atrás.

Ponytale™ (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora