Capítulo Catorce: " El mejor fin de semana 3"

19 8 3
                                    

Valentina y Estefy se quitaron las blusas que traían puestas y sin pensarlo saltaron a el agua, Manu y Oliver las siguieron quitándose la ropa para quedarse en boxers y saltaron al agua, Antonieta sólo se me quedó viendo sin saber si quitarse la blusa para entrar.

—¡Vamos el agua está deliciosa! —. gritó Valentina.

Me quite la playera y el pantalón y Antonieta se quedó la blusa, tome la mano de Antonieta y corrimos para saltar al agua, Valentina tenía razón el agua estaba deliciosa, estaba en el fondo del agua cuando abrí los ojos, el agua era tan cristalina que podía ver perfectamente a Antonieta que también me veía por debajo del agua, ella nadó hacia mi, terminó frente a mi y juntos salimos a tomar aire, una vez que estábamos fuera del agua, la tome con mis brazos y me sumergui junto con ella, Antonieta se liberó de mis brazos y comenzó a nadar lejos de mi, yo comencé a nadar por atrás de ella, cuando salimos estábamos casi del otro lado del ojo de agua y ella me indicaba con sus dedos que la siguiera y yo sin pensarlo me acercaba cada vez más.

—¿En donde habías estado toda mi vida?

Su pregunta me dejó congelado, no podía creer lo que acaba de escuchar, sus ojos estaban clavados en los míos, poco a poco iba sintiendo como todo a mi alrededor se nublaba, para dejarla sólo a ella rodeada de un agua que brillaba con los rayos del sol; termine frente a ella, tome sus piernas para que las pusiera al rededor de mi .

—Esperando por ti.

Me acerqué a sus labios y comencé a besarlos como si fuera la última vez que los tendría frente a mi, algo había en su manera de besar que me volví a completamente loco, sentir su respiración chocando con la mía se estaba volviendo en una adicción para mi.

Habíamos olvidado por completo en donde estábamos y que estábamos haciendo, nuestros besos cada vez eran más intensos, hasta que escuchamos unas voces a lo lejos y nos separamos para regresar a la realidad.

—¡Consigan un cuarto!— gritaba Oliver mientras todos se atacaban de la risa.

Antonieta se comenzó a poner roja de la pena que sentía en ese momento, yo sólo comencé a reír y le dije a Antonieta que regresaremos a donde estaban todos los demás.

—Eres un celoso, yo se que siempre has querido estar en el lugar de Antonieta pero no se te va a hacer.

—Deja de romperme el corazón— dijo Oliver mientras se acercaba a mi haciendo como si quiera besarme.

Todos comenzamos a reír y las risas terminaron en una guerra de agua, sin duda recordar este tipo de momentos hacen que mi corazón sienta una gran nostalgia, es curioso como puedes sentir tanta felicidad de algún momento espontáneo y no poder darte cuenta que la estas sintiendo hasta que se desvanece en el tiempo y se vuelve una memoria fugaz.

...

Antonieta estaba recostada sobre el sacate con sus manos detrás de la cabeza y con los ojos cerrados, quería saber que es lo que pasaba por su mente aunque sabía que eso era imposible, me puse a nadar un poco antes de salir. Cuando salí del agua fui y me acosté a un lado de ella, gire mi cabeza hacia ella y comencé a observarla, ella no se había dado cuenta que yo estaba ahí, sé veía tan metida en sus pensamientos que decidí no interrumpir su pensamiento y sólo me quedé viendola, oh Dios se veía tan hermosa , su cabello aún seguía mojado y algunos rayos de sol hacían resaltar unas pequeñas pecas que tenía en sus mejillas, sus labios carnosos y rosados pidiendo a gritos que los besara.

Después de unos minutos ella abrió los ojos y se dio cuenta que yo estaba ahí viéndola sin decir nada, sus mejillas se sonrojaron y puso su mano sobre la mía y voltio a ver hacia el cielo.

—Quisiera quedarme aquí siempre y jamás tenerme que preocuparme por nada más.

—Es un hermoso lugar— le dije sin dejar de verla—. Aunque no tanto como tú.

—Basta... como puedes comparar tan hermoso lugar conmigo.

—Tienes razón, este lugar se queda corto a un lado tuyo.

Antonieta se quedó callada, apretó mi mano y voltio a verme, podía ver que quería decirme algo pero no se atrevía, me acerqué más a ella y coloque mi brazo alrededor de su cuello, la acerqué a mi y ella se recosto poniendo su cabeza sobre mi pecho.

—No tengas miedo a sentir— le dije mientras pasaba mis dedos sobre su larga cabellera rizada.

No sabía de donde había salido lo que le acababa de decir, de alguna manera extraña las palabras salieron de mi sin pensarlo, ella sólo se quedó recostada sobre mi; Algo cambiaba en mi  y sabía que ella era la culpable.

Nos quedamos recostados un rato y los demás disfrutaban del agua, usualmente estaría nadando porque es algo que me. encanta hacer pero en ese momento disfrutaba más de tenerla a ella recostada sobre mi pecho, en esos momentos ya no había nada más importante que estar junto a ella.

Al paso de unos minutos mis amigos salieron del agua y Manu indicó que teníamos que regresar ya, todos comenzaron a dirigirse hacia las cuatrimotos pero Antonieta no se movió y se quedó recostada, volteó a ver a Manu y Valentina para indicarle que se fueras que nosotros los seguiríamos en un momento, se escucharon los motores y como se alejaban lentamente.

—A sido un fin de semana perfecto— dijo Antonieta sin moverse de mi pecho.

—Mí parte favorita de este fin de semana has sido tú... sin duda alguna si no hubieras venido, este fin de semana hubiera sido muy diferente.

—Pero aquí estoy contigo.

—Nunca había sentido algo así por nadie más,  estar contigo me hace sentir una tranquilidad muy extraña.

—¿A qué te refieres con una tranquilidad extraña?

—No lo sé, es como si no tuviera que pensar lo que voy a decir o hacer, es como si ya estuviera escrito lo que va a pasar y nosotros sólo vamos fluyendo con la historia.

—Mi parte favorita del día es cuando hablo contigo, te la pasas sorprendiendo me a cada rato, la primera vez que te conocí jamás pensé que fueras así de... especial.

Me fui parando poco a poco haciendo que Antonieta se parará también, terminamos sentados frente a frente, tome su mano y coloqué mi otra mano sobre su rostro.

—Sé que puedo sonar algo anticuado, pero cuando estoy contigo sacas ese lado de mi que la verdad es que no conocía... me gustaría saber en donde estamos parados— sabía que dar un paso en falso podía hacerme caer y sólo esperaba que ella estuviera ahí para sostenerme—. tú... ¿quieres ser mi novia?

Ella se quedó viéndome sin decir nada, el tiempo comenzó a volverse muy lento, sabía que había pasado muy poco tiempo de habernos conocido pero sentía como si la hubiera conocido toda la vida, o acaso se le hizo raro que le pidiera ser mi novia, eso ya no era algo que la gente hiciera en estos días o al menos la gente que conocía, pero para mi era algo importante el saber si ella quiere estar conmigo y así poder dejarnos llevar.

—Me encantas— dijo Antonieta mientras sé acercaba a mi—. y si quiero ser tu novia.

Antonieta comenzó a besarme mientras se ponía sobre mis piernas, coloque los brazos alrededor de ella y sólo nos besamos, está vez podía sentir como se dejaba llevar sin importarle que es lo que yo pensaría, está vez fue más real. Mientras nos besabamos me di cuenta que ya nos habíamos tardado, así que nos paramos para subirnos a la cuatrimoto y regresar a las cabañas.

Cuando llegamos a las cabañas todos estaban subiendo las cosas a los carros, nos acercamos para ayudar y así poder regresar a la ciudad.

Después de ese fin de semana todo iba a ser diferente, no tenía miedo de sentir y yo estaba sintiendo todo por ella.

Simple (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora