Capítulo Treinta y Siete: "La mejor melodía"

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Eran las 2 de la tarde y todos estábamos en la lancha entrando en mar abierto, Andy nos había dicho que tendríamos nuestra primera vez buceando en mar abierto, está vez todos nos veíamos nerviosos, una cosa era sentirse seguro buceando cerca de la orilla, pero conforme la lancha avanzaba era más difícil era poder ver la orilla.

-Muy bien chicos, el día de hoy sólo entraremos nosotros, Eli, Santiago y Alex sólo entrarán si tenemos suerte y tenemos algún avistamiento temprano- dijo Andy.

-¿Avistamiento temprano? -pregunto Antonieta.

- No dijeron que este año las ballenas se adelantaron 4 días, si mis cálculos son correctos lo más seguro es que podríamos llegar a ver a nuestra primer visitante el día de hoy- dijo Eli incluyéndose en la conversación.

Todos nos volteamos a ver muy emocionados y comenzamos a verificar el oxígeno de los tanques y si todo estaba en orden, nos colocamos los tanques, todos nos sentamos en una fila y nos colocamos los reguladores en nuestras bocas.

-A la cuenta de 3- dijo Andy.

-Uno, dos, tres... - contó Alex mientras se paraba frente a nosotros.

Nos dejamos caer al agua y de nuevo estábamos ahí, pero esa vez era muy diferente, a cualquier lado que volteara sólo se veía un profundo azul marino, los rayos del sol reflejados en el agua era algo hermoso, de pronto todos los nervios que sentía se habían ido por completo, la paz que sentía al estar sumergido en el océano era algo que sin saber había estado buscando toda mi vida.

Después de unos minutos vi a lo lejos una mancha azul, no podía distinguir bien que era lo que estába viendo, esa mancha azul cada vez se veía más grande, vi como Andy regresaba a la superficie, pero como no nos había hecho alguna seña nos quedamos ahí, Antonieta nadó hacia mi y tomó mi mano y señalo hacia la gran mancha que cada vez se veía más cerca, Antonieta me hizo la señas que nos habían enseñado para avisar algún avistamiento de ballenas, fue ahí cuando lo entendí esa gran mancha azul que se acercaba hacia nosotros era una ballena.

Poco a poco se comenzó a escuchar un sonido muy particular, era un sonido muy intimidante pero me hacía sentir como si nada importará, el sonido cada vez era más intenso, las ballenas estaban llegando a nosotros y cada vez hacían su canto más fuerte, eran dos ballenas que comenzaron a hacer una bella danza frente a nosotros, bailaban dándose vueltas el uno al otro, su melodía estaba hipnotizandome, me sentía tan atraído hacia ellas que sin pensarlo comencé a acercarme, lo único que quería era tocarlas, su bello canto hacia que sintiera una nostalgia tan grande, pero al mismo tiempo me hacía sentirme tan limpio, como si mientras escuchará su canto me estuvieran limpiando el alma y me dejaran listo para ser feliz; Cuando casi llegue a ellas, Eli tomó mi mano, me hizo unas señas indicándome que hiciera lo que ella, sin pensarlo la seguí, primero nadamos un poco a un lado de ellas, y poco a poco nos acercabamos más ellas, Eli paso su mano sobre una parte del lomo de la ballena y me voltio a ver para que yo hiciera lo mismo, pase mi mano sobre ella, no podía creer lo que mis ojos estaban presenciando en ese momento, voltio a ver a Antonieta y le hice una seña para que se acercará a nosotros, ella lo hizo muy lento, cuando llegó a nosotros la tome de la mano y la puse frente a mi, coloque su mano y ella empezó a acariciar a la ballena, me encantaba poder vivir estas increíbles experiencias a su lado, sin duda alguna podría ser algún sueño, porque lo que estábamos presenciando parecía algo fuera de este mundo.

Sin hacer nada, las ballenas continuaron su camino, era como si ellas supiéran que estábamos ahí para admirar su belleza y ellas lo habían permitido, pero era momento de continuar con su camino, su canto se fue alejando poco a poco y yo no quería que ese momento terminará, me sentía muy afortunado de haber podido presenciar algo tan increíble como lo que acabábamos de ver; ya que las ballenas se habían ido Andy nos indicó que subieramos a la superficie, no podía creer que ya se había terminado pero como todos subían a la superficie me dirigí hacia arriba para salir del agua también, al salir del agua todos hablaban de lo que acabábamos de presenciar pero por alguna razón yo no podía sacar de mi cabeza ese particular canto que habían hecho las ballenas, sentía algo extraño en mi pecho, de alguna manera entendía todo lo que querían trasmitir, su canto era tristemente hermoso, Antonieta se acercó a mi después de quitarse el equipo, pero yo seguía sin hacer nada sólo veía hacia el lugar al que se habían dirigido, había quedado fascinado con ellas y quería saber todo sobre ellas.

-¿Estas bien? -me pregunto Antonieta mientras me ayudaba a quitarme el traje.

- Si, esque no lo puedo creer, fue algo... sorprendente.

-Me encanta ver ese brillo en tus ojos, es algo especial - me dijo mientras ponía su mano sobre mi rostro -. ¡Te amo!

Una sonrisa se dibujó en mi rostro-.Yo también te amo.

Llegamos a la orilla y comenzamos a bajar todas las cosas para dejarlas en la bodega que tenía el área de buceo del parque, Alex había dejado para mañana la caminata del día de hoy porque ellos tenían que comenzar con todo antes de lo esperado así que tenían muchas cosas que hacer.

Antonieta y yo nos sentamos en la playa, viendo el mar.

- Me siento como en casa - dije mientras las olas del mar tocaban nuestros pies -. Si no fuera por ti, no estaría viviendo todo esto, llegaste a mejor todo en mi vida.

- No me imagino vivir esto con nadie más, verte tan feliz, enamorandote de todo lo que tienes a tu alrededor es mi pasatiempo favorito - dijo Antonieta mientras su mirada estaba clavada en mi.

-Promete, aquí en este momento, frente al mar, que siempre me vas a tener en tu corazón sin importar lo que pase, que si un día despertamos de este hermoso sueño lo único que guardadas en tu corazón es el amor que sentiste mientras estabas en el, que al final de cuentas nuestro amor vale la pena y es algo que jamás podremos olvidar.

-¿Porque me dices esto?

-¡Necesito que lo prometas!

-¡Lo prometo!- dijo Antonieta-. Te amo y jamás me alejaría de ti... ¿estas seguro que estas bien?

- Si, perdóname, el canto de esas ballenas me hizo sentir vulnerable.

-Pues estamos tú y yo juntos, en este momento y es lo único que debe importar, para que preocuparme por el futuro incierto, mejor enfoquemonos en el presente.

Antonieta se puso encima de mi piernas tomando mis manos y poniendo mi cuerpo contra la arena.

- Te amo tanto mi amor - me dijo Antonieta para después besarme.

Ella tenía razón, no me tenía que estar preocupando por el futuro cuando estaba viviendo el mejor presente que cualquiera hubiera deseado, me sentía como si siempre hubiera pertenecido a ese lugar, como si siempre hubiera pertenecido a ella.

Simple (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora