La Cloth de Piscis es la armadura del santo de Piscis. Es una de las armaduras de rango más alto de todas las armaduras que han sido otorgadas a los Santos de Athena, las Armaduras Doradas.
Pese a que en el Zodiaco, Piscis representa a dos peces la...
Al paso de los días, Akari y Albafica se volvieron a ver, aunque en esos encuentros la pregunta de ella jamás fue respondida, cada vez que trataba de hablar de eso, él desviaba el tema, algo que hacía que ella se molestara, pero siempre Albafica lograba alegrarla de nuevo, él intentaba ganarse el corazón de ella sin saber que ya lo había logrado.
Nuevamente, se encontraban reunidos, conversando, Albafica iba con su ropa de entrenamiento, no había necesidad de portar su armadura, de igual modo Akari iba con un vestido sencillo.
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Hablaban de lo que habían vivido el tiempo en que no se vieron, aunque era ella la que más hablaba, había notado como el chico se encontraba distraído, intentaba saber lo que le pasaba, pero él le decía que estaba bien, algo que ella no creyó del todo, sin saber que en la mente de Albafica se debatía en decirle lo que sentía, al final se decidió en decírselo más no sabía cómo. Un suspiro por parte de ella hizo que prestara atención, notando que ya había oscurecido, lo que significaba la partida de ella.
—Vaya el tiempo pasa muy rápido cuando lo compartes con alguien— recostándose en la hierba para ver el cielo y las estrellas que comenzaban a aparecer.
Albafica hizo lo mismo que la chica, después de un tiempo Akari lo observó, al sentirse observado, dirigió su mirada a la chica, para luego ambos sonreírse.
—Tengo que irme— levantándose de donde estaba.
Ella había comenzado a caminar, ante esa acción, Albafica, se levantó lo más rápido que pudo, logrando alcanzarla y tomarla del brazo, creyendo que era momento oportuno la atrajo hacia él atrapando sus suaves labios con los suyos, en un movimiento torpe, ella sorprendida tardó en corresponderle, poco a poco fue cerrando sus ojos dejándose llevar, sintiéndose feliz. Al sentirse correspondido Albafica se sintió dichoso. Durante ese hermoso momento lo demás no importaba, sus miedos de estar separados habían desaparecido. Aquel ambiente era iluminado por la luz de la luna y una leve brisa mecía los mechones de sus cabellos.
Él con su lengua acarició el labio superior de ella, pidiendo así acceso a su boca, algo que Akari entendió, y abrió su boca gustosamente, mientras colocaba torpemente sus manos alrededor de su cuello acariciando y enredando sus dedos en el cabello de él. Albafica se concentraba en sentir las caricias tímidas por parte de la chica, mientras él degustaba su cálida cavidad bucal, a lo que él llevó sus manos a la estrecha cintura de la chica, atrayéndola más a él y profundizando más el beso. La falta de aire hizo que él se separara un poco de ella, a lo que ambos abrieron sus ojos al mismo tiempo, con la respiración agitada, haciendo que sus alientos se mezclaran formando un excitante aroma.
