Bandos Contrarios

Capítulo V

~Secretos y Borrosos Recuerdos~

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Albafica se había convertido en el nuevo caballero de Piscis, y hoy se encontraba frente de la tumba de su padre.

—Se que no vengo muy seguido a visitarte... Y que sólo vengo porque necesitaba hablar con alguien— sonrió —Han pasado varios años sin saber algo de ella, hay veces en dónde me pregunto que habrá hecho en su vida, si sigue siendo la misma niña inocente y alegre, o si hay alguien en su corazón— ante eso calló al sentir una extraña opresión en el corazón, después de unos segundo continuo —Hoy tengo una misión en la Isla del Curandero, por lo que venía despedirme— sin más se retiró.

* * *

—Creía que aborrecías a los humanos— dijo para después beber su té.

—Los sigo aborreciendo, no cómo tu que los vez como criaturas sorprendentes por su gran voluntad— frunciendo levemente el ceño, su hermano suspiró pesadamente.

—Entonces... cuando harás que Akari sea enviada a una misión o tan siquiera entre, hace años que obtuvo su surplice, la he visto y me he percatado de que se ve triste por estar casi siempre en aquella habitación y solo salir en pequeños ratos, acaso ¿tienes miedo por el accidente de hace años?— al escuchar eso el otro se enfureció que dio un golpe a la mesa.

—¡No le temo a nada! Además es una simple humana— el rubio sólo lo miró atentamente.

—No te engañes— haciendo que él otro achicara los ojos —Desde aquél día la sobreprotejes, deja que vaya con Hina a...— pero fue interrumpido.

—¡Ella casi la mata la última vez!... lo bueno que me enteré a tiempo que las ponías a entrenar sino ella no estaría para pelear en la guerra— ante eso calló, Hypnos sonrió ante la respuesta de su gemelo.

—Si no quieres que se lastime entrenando con otros, pues entrénala— logrando que sus ojos se abrieran ante esa propuesta —Además ella y Hina son amigas ahora, no hay nada de que preocuparse— dicho esto se levantó de su lugar para retirarse y dejarlo solo, pero antes de irse volteo para decirle algo más —No te comportes como su padre o familia si no deseas serlo— sin más se fue en busca de su aprendiz para darle una misión.

Thanatos se quedó pensando en lo anterior, así como los momentos que pasaba con ella, comprendió a lo que se refería su hermano, con una decisión se dirigió rumbo a una habitación.

* * *

En una habitación algo aparata del resto, se encontraba una joven de rasgos finos, así como largos cabellos violetas oscuros, una piel blanca y suave al tacto, unos labios carnosos, un cuerpo esbelto y bien proporcionado, unos hermosos ojos rojos violáceos, los cuáles veían la hermosa vista desde la ventana de la habitación pero estos denotaban tristeza.

Se encontraba pensativa, mientras la brisa jugaba con sus cabellos, pensaba en cómo pedirle al señor Thanatos entrenar, pero también sabía que debía ser obediente con él al comportarse tras los años como un verdadero padre y eso se lo agradecía profundamente ya que era huérfana, o bueno no recordaba a su familia, comenzó a tararear una canción, pero fue cesada por un llamado a la puerta.

—Adelante— dijo sin ver ya que sabía quién era, al escuchar que se adentraba a la habitación se volteo a verlo sonriente como siempre intentando ocultar su tristeza —Señor Thanatos que necesita— dándole una reverencia.