Capítulo Extra I

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~Hina~

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Una pelirroja de unos 15 años entrenaba arduamente, ser la discípula del Dios del sueño, era algo que la obligaba a ser de las mejores, por lo que siempre trataba de perfeccionar sus movimientos, intentando lograr la perfección. Su entrenamiento se interrumpió debido a una chica que la observaba, era menor que ella pero conocía lo suficiente para sentir molestia al verla, para Hina aquella chica por ser la protegida del hermano de su maestro le parecía una niña bastante mimada, por que a pesar de no hacer nada merecía el respeto de todos, mientras ella tuvo que ganarse en duros enfrentamientos y entrenamientos.

—Hola...¿puedo entrenar contigo? ... Al fin tengo permiso de entrenar aunque sea un poco.

Hina solo la miró con fastidio.

—Vete podría ser tan duro para alguien "delicado" como tú

—¿Qué tratas de decir?— al escuchar eso en la mente de Hina se planteaba que no podía ser tan ingenua o tal vez se hacía la tonta, por lo que iba a contestarle de una manera no aprobada pero una voz demandante la detuvo.

—Hina hoy entrenarás con Akari, ya que necesita aprender a usar sus técnicas, y pienso que tú eres la más capacitada para esto— al escuchar la orden de su maestro no pudo negarse pero una idea surgió haciendo que sonriera.

Comenzaron a atacarse y en un descuido por parte de la menor, decidió hacer su ataque.

—Gritó mortal— ocasionando que quedara en el suelo y al verla indefensa volvió a atacar co su nueva técnica, sabía que no causaría el mismo efecto. —Olvidó total— oyó a su maestro pero prefirió ignorarlo, pero tan grande fue su sorpresa al no encontrarla, buscó con la vista pero sus ojos se abrieron a ver al Dios de la muerte, que reflejaba  en su rostro la ira que tenía en esos momentos para luego ver en sus brazos a la chica en un terrible estado, descendió y notó como ambos hermanos conversaban -discutían- para luego ver cómo desaparecía con ella.

—Te excediste...espero que no la hayas matado.

Ante ese comentario reflexionó lo que había hecho y al ver cómo dejó el área donde entrenaban, se sintió culpable.

* * *

Al paso de los días la visitaba, al principio Akari se encontraba dormida, pero en más de una ocasión la escuchar mencionar un nombre.

—Albafica— decía en un susurro causando curiosidad en la pelirroja, se aseguraría de saber quien era en cuanto despertara, tenía la sospecha que podría ser un amigo o un familiar pero cuando ella despertó extrañamente perdió su memoria pero seguía conservando su personalidad tan alegre e ingenua; conocía perfectamente que el Dios de la muestre seguía molesto pero eso lo dejó a un lado.

—Oye Hina, gracias por visitarme tan seguido...¿sabes? me gustaría sé cómo tú, ir a donde quiera, entrenar, tener misiones...— diciendo co una radiante sonrisa que no era opacado por sus heridas, fue cuando comprendió que ella era tan diferente de lo que pensaba.

—Ahh si supieras

—¿Qué?— a lo que Hina negó.

—Dime Akari... ¿somos amigas?— la pelivioleta la vio confusa para luego asentir gustosa.

—¡Claro!...¿por qué piensas lo contrario?— comenzando a reír contagiando a la mayor, surgiendo así su amistad.

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