¿Las desapariciones son coincidencia?

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Llegué a casa muerta de cansancio. Aún nadie había dicho una palabra respecto a la desaparición de Allister.

Cené algo ligero y me metí en mi habitación. Me desvestí y entré al baño. El agua logró relajarme y calmar mi mente.

Mi cabeza siempre necesitaba agitación, miles de cosas para hacer, millones de pensamientos, cientos de cosas para ocuparse... Porque si no las tenía, me sentía tan vacía como un pozo sin fondo. Me sentía inútil.

Pero tres Jefes menos eran demasiado incluso para mí. El trabajo extra era abismal.

Estiré mis brazos en la ducha, deleitándome ante la idea de dormir un buen rato, cuando oí un ruido fuera de mi casa.

Estaba un poco paranoica por las muertes de mis colaboradores, así que no lo pensé dos veces. Tomé mi varita y rodeé mi cuerpo con una toalla y mi cabello con otra.

Salí de la ducha con cuidado, dejando mi habitación y caminando hacia la entrada. Había alguien de espaldas a la puerta.

-¡Petrificus...!-Grité.

-¡Hermione, soy yo!-Dijo Ron cubriendo su rostro.

Suspiré y detuve mi hechizo. Había olvidado que vendría.

-¿Cómo lograste entrar?

Se acercó a mí.

-Dejaste abierta la puerta. Estaba buscando la llave para cerrarla cuando apareciste.

Palidecí. Sin dudas necesitaba poner más atención a mi alrededor, estaba demasiado distraída.

Me acerqué a la puerta y la cerré con un hechizo.

Ron me miró.

-Siento si te asusté.

-Déjalo. Ven, te daré tu saco.

Me siguió hasta mi habitación. Abrí el armario y lo descolgué de una percha.

Él sonrió y me miró de arriba a abajo. Recién entonces noté que estaba casi desnuda frente a él y una vocecita en mi cabeza susurró que Ron no había ido simplemente a buscar eso.

Pero yo moría de sueño, no estaba en condiciones de tener sexo y menos sexo de reconciliación con Ron.

-Te estabas duchando.

Asentí.

-Sí, pero ya acabé.

Sonrió.

-Entonces... ¿Tienes un minuto?

-Estoy muy cansada... Fue un día largo...

Me senté en mi cama y dejé que él se sentara a mi lado.

Cerré los ojos y me dejé caer de espaldas sobre la cama.

Sentí el colchón hundiéndose junto a mí. Giré hacia su cuerpo y me acurruqué contra él.

-Acabo de salir del entrenamiento, preciosa.-Susurró.-Estoy todo sudado.

-No me importa.

Ron me había dicho "preciosa", como hacía cada vez que estábamos a solas y había que desvestirse por algún motivo.

Sentí sus cálidos brazos a mi alrededor y me acomodé contra él.

Me acarició la espalda con lentitud. Sentí una de sus manos tratando de quitarme la toalla del cabello y sonreí.

Abrí los ojos. Ron estaba muy guapo con el uniforme de auror.

Sonrió al verme y me acarició una mejilla.

Idiota pelirrojo [Romione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora