6: La vida nos pone en el camino las experiencias que más necesitamos

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Su estadía en Roma comenzó mas o menos bien, hasta que para Año Nuevo a Fabrizio se le ocurrió invitar a sus amigos, Rocco y Nicola, al cual no veía desde el verano.

Había dejado a Nicola ni bien se había enterado de su embarazo, le había puesto de excusa que le gustaba otro tío, lo cual no era del todo mentira, pero Nicola no sabia que estaba en "la dulce espera" y le había advertido 20 veces a Fabrizio que no abriera la boca, por más ebrio que estuviera, ya que Nicola no tenía porque saber sobre su estado.

Llegaron casi para la hora de la cena y su padre, como siempre, dijo una de sus merlinadas —Así que ¿Tú eres Nicola? ¿El ex novio de mi hijo Bruno? Un gusto conocerte chaval. Bruno, has hecho muy bien en elegir a Pol, este tiene pinta de italiano estirado y engominado.

No sabia donde esconderse de la vergüenza que tenía, le pidió disculpas a Nicola, pero, para su buena o mala suerte, él ni se molesto por lo que había dicho Merlí. 

La cena, fue algo tensa, al menos así lo sintió, cuando dieron las 00.00 se saludaron, brindaron, y a los 5 minutos su teléfono comenzó a sonar, era Pol.

Hola cariño ¡¡Feliz año nuevo!! ¿Cómo va todo por Roma? —le pregunto, de fondo se escuchaban las voces de su padre, su hermano y otras personas que no conocía.

—¡¡Feliz año nuevo cariño!! Bien por suerte, bien y ahora que estoy hablando contigo mucho mejor ¿Qué tal todo por allá? ¿Estás con tu familia? —hablaron durante un largo rato hasta que finalmente su madre le llamo y tuvo que colgar.

—Salvatore y yo saldremos un rato, y tu padre también saldrá por ahí, no sé, hazme el favor de vigilar que no rompan nada, por favor —y dicho esto, los 3 se fueron, dejándolos solos. 

Definitivamente no iba a ser niñera de nadie, por lo que se limitó a tomar un vaso de zumo de naranja, salió al balcón y se apoyó en el barandal, observando los fuegos artificiales estallar en el cielo.

—¿Es una linda vista verdad? —la pregunta de Nicola le hizo sobresaltar, ya que no se había dado cuenta que estaba a su lado, él le miraba, sonriendo, en su mano sostenía un vaso de zumo de naranja, pero podría apostar a que tenía vodka, asintió, sin prestarle mucha atención y sin decir nada.

—¿Quieres? —Nicola le ofreció el vaso.

—No gracias, he dejado la bebida por un tiempo —continuo mirando los fuegos artificiales y la ciudad iluminada por ellos, en verdad echaba de menos a Pol. 

—Y ese nuevo novio tuyo ¿Es tan guapo como yo? —su pregunta lo tomó por sorpresa, lo miró y no pudo evitar sonreír. 

—Pol es guapísimo, no sé si lo es más que tú, pero para mí, es muy guapo. Y le conozco desde los 12 años, somos mejores amigos, me conoce como nadie lo ha hecho jamás, siempre estuvo para mí aunque tuvimos nuestros altibajos.

—Vaya. Pues entonces, bien por ti. Aunque sabes que voy a estar esperando a que el puesto se desocupe ¿No? —lo miró y asintió, aunque sabía que eso jamás iba a pasar.

Suspirando, volteo para encararlo y decirle la verdad, Nicola tenía que saber el motivo fundamental por el cual salía con Pol. 

Había pensado en no contarle, pero Nicola debía saber el motivo por el cual lo había dejado tan de repente y tomando valor le soltó la noticia sin mucha anestesia. No es como si le importara la opinión del italiano. 

9 meses [EN EDICION] (Merli/Brunol/Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora