VI

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Tomó otro sorbo del vaso de Whiskey que estaba bebiendo. Amaba el sabor amargo del líquido. No por nada había pasado un buen tiempo perdido en el alcohol, claro, eso había cambiado cuando Peter había llegado a su vida.

El menor le había ayudado a salir poco a poco del hoyo negro en el que se había metido. No se lo iba a reconocer en voz alta, pero el menor lo había salvado, literalmente.

Le había devuelto la vida y ahora, sin saberlo, se la volvería a quitar.

Por qué sí, era momento de admitirlo, por lo menos ante él mismo, se había enamorado del menor, y se había casado por el pánico que eso le había producido.

Era difícil, demasiado difícil, había tenido solo una relación seria -con Pepper- y darse cuenta de que en realidad no la amaba, porque se había enamorado de un chico al que casi le triplicaba la edad, había sido devastador. Por eso, preso del pánico, había adelantado la fecha de la boda, claro que eso nadie mas que Pepper y él lo sabían, ya que no habían dado ninguna fecha cuando el decidió adelantarla.

Voy a dejar de ser un Vengador.

Esas palabras resonaban en su mente, había querido tomar al muchacho y encerrarlo hasta que le explicara porque mierda se iba a ir y dejaría de ser un Vengador. No era tonto, sabía que el menor mintió cuando dijo que se marcharía por May. La forma en la que se había expresado se lo había dicho, había estado demasiado serio, y por lo que había notado, la mayoría de veces que Peter decía la verdad era un bola de masa nerviosa. Aparte de que también había observado lo suficiente al menor para saber cuando mentía y cuando no.

Ahora no sabía que hacer, quería que Peter se quedara, pero no encontraba la manera de hacer que se arrepintiera de irse. Aunque si se iba, por lo menos tenia la seguridad de que lo vería algunos días gracias a las benditas misiones. Era poco, pero prefería poco a nada.

—Señor Stark. — Peter toco la puerta de su habitación. —¿Puedo pasar?.

—Adelante. — contestó, camino hasta su cama y se sentó en la orilla.

Peter entro y cerró la puerta detrás de él, se recostó en ella. Tony notó que Peter estaba viendo al suelo. No sabía como empezar, le había dicho que fuera a su habitación en un impulso, ya que no tenía una razón específica. Ahora tendría que improvisar.

»Bien, Peter. El motivo por el cual te dije que vinieras, es porque quiero seguir ir hablemos sobre tu decisión. — llamó la atención de Peter. — ¿Estás seguro quew quieres dejar la sede?. — En el fondo de su alma deseaba que Peter cambiara de opinión.

Peter titubeó antes de responder.

—Si...— su voz había sido segura. — Estoy seguro.

—Sabes que puedes cambiar de opinión, ¿verdad?.

—Es mi decisión...— contestó Peter, él no lo dejo terminar.

—Y por eso mismo tienes la oportunidad de cambiarla. — Peter lo miro a los ojos, sabía que podía cambiar su decisión, sin embargo no lo haría.

Sin embargo no supo que contestar.

—No puedo cambiarla. — fue todo lo que dijo, Tony lo miro extrañado.

—¿Por qué no puedes?. — Peter desvío la mirada.

—Por qué me enamore. — contestó, Tony trato de asimilar lo que Peter le había dicho, sabía que al mocoso le interesaba alguien, él mismo se lo había dicho, sin embargo había tenido la esperanza de que no fuera algo importante. Jamas se imaginó que Peter se había enamorado.

eѕтo no pυede ѕer | starkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora