Capitulo 1.

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Punto de vista de Hazzy:

Me desperté por los gritos que venian de afuera de mi cuarto, y salí para ver que sucedía, en mi casa nunca hacían esa clase de ruido, y menos mis padres, ya que eran mayores.
Escuche unas voces desconocidas venir de nuestra pequeña cocina, luego la de mis padres.

Empece a caminar hacia donde se encontraban.

-Es nuestra hija, no se la pueden llevar- dijo papá, la tristeza se le reflejaba en la voz. Paré el paso, el corazón me empezó a bombear con fuerza.

-Nosotros la criamos y la amamos, es nuestra vida, no-no se la pueden llevar no...- también contestó mi mamá, pude escuchar el sollozo salir de su garganta. El pánico comenzó a aparecer en mi.

-No es su hija, es nuestra, y la llevaremos de vuelta a casa. Ahora si podemos cuidarla- hablo una voz gruesa, decidida. Me apoye mas en la pared del pasillo, para que no puedan verme.

-Antes estábamos mal económicamente, yo había entrado en drogas. Pero ahora estoy mejor y quiero de nuevo a mi hija- Otra nueva voz, pero esta se trataba de una mujer.

Claramente estaban hablando de mi, y se podía oír a mis padres realmente mal. Decidí confrontar la situación

-¡No me sacaran a mi hija!- dijo mamá. Mi padre, que la estaba abrazando, tuvo que tirar suavemente su brazo para que ella no ataque a esas personas. Lagrimas corrían en el rostro de mi madre, y mi corazón se estrujo un poco mas.

Sabía de que hablaban. Esas personas que amenazaban a mi única familia con llevarme, eran mis verdaderos padres, los mismos que me abandonaron una noche, días después de que nací, en medio de una tormenta de nieve, en la puerta de la casa de dos desconocidos, que luego de que me acogieran se convirtieron en mi todo. Si, esos dos extraños que alguna vez me abandonaron estaban haciendo llorar a mi madre y alterando a mi padre. No iba a dejar que lo sigan haciendo.

-Mamá, ¿por que lloras?- dije mintiendo, entendía perfectamente porqué lo hacia. Me acerque hacia ella y envolví mis brazos en su cintura, dejando mi cabeza en su pecho y oliendo ese perfume de jazmín que tanto la caracterizaba. Me respondió al abrazo y lo hizo tan fuerte que podía sentir su corazón, este estaba tan alterado, como si se rompiera en cualquier momento. Me abrazó con tanta fuerza, como si no quisiera que me alejara nunca, como si supiera que me iban a sacar de sus brazos. Eso nunca pasaría.

-Hija...- dijo la mujer que se encontraba en frente de nosotros tres.

Me aleje del acogedor pecho de mamá y voltee a verla. Se veía fría, calculadora, como si no le importara el dolor que estaba causando al aparecerse aquí con ese hombre. Seguro no se había ni molestado en aprenderse mi nombre. Le entregue mi mirada mas amenazadora, para que entendiera que nunca mas volviera a llamarme así.

-No me digas así- le respondí, cortante. Trataba de seguir siendo educada, porque aunque mis padres no me hayan criado en las mejores condiciones, me enseñaron a respetar y tratar a los demás como quisiera que me trataran, a ser buena persona, como ellos, y eso iba a seguir haciendo aunque tuviera ganas de sacar a esos dos desconocidos de mi casa a las patadas.

-Harzy- Dijo el hombre que se encontraba a su lado. Pose mi vista en él, teníamos los mismos ojos, y la misma boca. Trague con fuerza.

-Es Hazzy- respondió mi papá entre dientes.

Miró mal a mi padre y volvió su vista hacia mí -Hija, tu madre y yo en ese momento estábamos mal económicamente, y eramos unos jóvenes que no sabían que hacer, tienes que entenderlo. Ahora estamos bien y queremos volver a ser una familia, contigo, nuestra pequeña.- dijo acariciando la espalda de la mujer.

Sweet HazzyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora