Capitulo 8

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Punto de vista de Thomas:

Salí de la cafetería con una sonrisa de oreja a oreja. Estaba feliz, lo tenía que admitir, y eso no me pasaba hace muchísimo tiempo.

Si, era feliz cuando un buen negocio se hacía, o cuando recibía algún elogio de parte de él jefe mayor.

Pero siempre fueron pequeños momentos que me hacían sentir mi ego más alto, no como en ese instante.

En ese momento estaba contento por alguien, estaba feliz por poder llevar a Hazzy a su casa.

Estaba feliz porque esa chica que hace tan solo dos días era una desconocida, no iba a tener que andar sola en estas calles peligrosas.

No, no estaba feliz por un ascenso o por un buen negocio.

Estaba feliz por una persona, por cuidar de ella.

Y eso no se veía seguido en mi vida.

Llegue a la camioneta y abrí la puerta del asiento trasero.

Me senté y me acerqué a los asientos delanteros, en ese pequeños espacio que hay en medio y coloque mis mano una en el asiento del conductor y otra en el del copiloto. Tal cual como un niño.

-Reynolds- Lo llame tratando de ocultar mi sonrisa pero sin éxito.

-¿Si señor?- Preguntó el girándose de costado para verme.

-Pasaremos a buscar a Hazzy hoy a la noche, en este bar es donde trabaja y de donde vino ayer cuando pasó lo de ese maldito.- Dije ahora serio por recordar aquel sujeto que quiso abusar de ella.

-Como usted diga señor- Me contestó y yo volví a acomodarme en mi asiento, tirando la cabeza hacia atrás. Recostado por completo.

-Vamos de nuevo al trabajo, por favor-

-Esta bien- respondió mi eficaz seguridad.

Mientras miraba por la ventanilla de la camioneta vi un hombre con un pequeño de no más de dos años en brazos. Le estaba haciendo cosquillas en su estómago y el niño no dejaba de reír.

Sonreí ante la escena y pronto los perdí cuando Reynolds doblo en otra cuadra.

Recordé...

Flashback:

-Amor- Llamé a Michelle mientras me recostaba en la cama. Acabábamos de tener sexo y ella estaba acostada, yo había ido al baño.

-¿hm?- Soltó ese sonido producido de su garganta para indicarme que hable. Seguía viendo su celular.

Michelle estaba apoyada en el respaldo de la cama, con su ropa interior de encaje negro, usando el celular mientras mordía una de sus perfectas uñas pintadas de rojo.

Mire su delicado cuerpo pálido y llegue a su estómago. Este era plano como una tabla, con un pequeño lunar al lado de su ombligo.

Imaginé como se vería abultado, grande.

El corazón me empezó a latir con fuerza cuando lo divisé en mis pensamientos.

Me acerqué más a ella y puse una mano en su estómago plano.

Michelle corrió su celular para ver que hacía y me miró confundida cuando yo estaba mirando penetrantemente su barriga.

Puse mis dos manos y besé la zona.

Ella rió un poco causa de las cosquillas y luego alejo mis manos.

-¿Que haces tonto?- Preguntó.

Sweet HazzyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora