Punto de vista de Hazzy:
Entre a mi casa y me apoye en la puerta de entrada.
Si que había sido un día largo, podía haberme pasado cualquier cosa si Reynolds y Thomas no hubieran estado allí, pensé.
Y lo recordé, Thomas. Me había ayudado con mi ataque de pánico y luego había logrado hacerme olvidar la situación, tan solo por unos minutos. No tenía idea de porqué sonreía tanto pero seguramente en algún momento lo puse incómodo. No sabía porqué causaba en mí sonrisas en ese mal momento. Pensé que seguramente no lo iba a volver a ver.
Mientras me iba acercando a mi cuarto en plena oscuridad, la puerta del cuarto de mis padres se abrió.
-¿Hazzy?- Preguntó mi madre.
-Si soy yo mami, ve a dormir- Le respondí y me acerqué a darle un beso en la frente.
-¿Llegaste bien cariño? Tuve un presentimiento de que algo malo sucedía- Dijo volviéndome a implantar nervios. Dude en contarle lo que había pasado, pero me decidí en guardarlo para mi o para Daisy en todo caso. No quería agregarle a mis padres más preocupaciones.
-No pasó nada madre, llegue sana y salva- Le regale una sonrisa y me despedí para entrar a mi cuarto.
No había podido conciliar el sueño. Todo lo que había ocurrido aquella noche me dejo sin dormir.
Faltaba una hora para que mi turno comenzara así que me levante de la cama.
Llegue al baño y cerré la puerta con pasador. Me acerqué a la ducha y abrí la llave del agua caliente, me encantaba bañarme con agua sumamente caliente, me relajaba demasiado.
Comencé a desvestirme cuando vi el vapor salir del agua y metí un pie dentro de la ducha, luego otro y pronto ya estaba bajo el calor y el vapor.
-Gracias por traerme, y por haberme salvado. No se que hubiera pasado si no...-.
-Hazzy, no es tu culpa que ese idiota haya actuado así. Llegamos a tiempo y eso es todo lo que importa, te dije que ibas a llegar a casa a salvo-
Volví a recordar esas palabras y sin darme cuenta estaba sonriendo. Negué con la cabeza a seguir pensando en alguien que seguramente no volvería a ver y me dispuse a terminar de ducharme.
Una vez ya bañada y limpia, salí del baño y fui a mi cuarto a cambiarme.
El uniforme estaba limpio y seco en mi cama, mi madre lo había lavado y planchado para mi. Sonreí ante el gesto y cerré la puerta detrás mío para comenzar a cambiarme.
Ya estaba con el uniforme puesto, y como tenía algo de tiempo, decidí arreglarme un poco el cabello y plancharlo. Me había maquillado como normalmente lo hacía, un delineado negro sutil, máscara y quizás un poco de colorete, si no estaba apurada claro.
Salí para la cocina y allí se encontraban mis padres desayunando.
-Buen dia princesa- Me dijo mi padre.
Me acerque a él y deposité un beso en su mejilla para luego sentarme a su lado.
-Buenos días Hazzy, ¿dormiste bien?- Preguntó mi madre.
-Si ma, como un bebé- Mentí. Y es que odiaba mentirle a mis padres, y casi nunca lo hacía, pero si le contaba que no había podido conciliar el sueño seguramente sabría que había sido por haber llegado tarde aquella noche. Mi madre era una de las mujeres más inteligentes que conocía.
Se alejó de la cocina donde estaba terminando de calentar el pan, y se sentó en la mesa junto a nosotros.
Untó mermelada en uno de los panes y me lo entregó.
-Gracias- Respondí bajo y lo tomé.
-De nada cariño-
Luego de un buen desayuno acompañado con mis padres, se acercó la hora de partir hacia mi trabajo. Me gustaba pasar tiempo con ellos, nunca me cansaba, y muchas veces me dolía tener que estar la mayoría de mi tiempo en el bar, pero lo tenia que hacer por ellos, por mantenerlos bien, como alguna vez me mantuvieron a mi.
Luego de saludar a cada uno con un beso, comencé a caminar rumbo a el bar. Esta vez con mucho más cuidado, y sin apuros. Me tenía que importar mas mi vida que lo que Marcus me iba a decir por llegar tarde.
Luego de caminar esas largas cuadras, llegue al bar y allí se encontraban Clara y Marcus, que dejaron de prestarle atención a los papeles que estaban mirando, por mirarme a mi al entrar.
Suspire y me dirigí hacia la cocina, que estaba de camino donde ellos estaban.
-Buen día Marcus...Clara- Salude y me dispuse a comenzar con mi trabajo pero la hija de mi jefe me lo impidió.
-Hazzy- llamo y tratando de no rodar los ojos me di vuelta y pregunté.
-¿Si, Clara?- Una sonrisa se dibujó en su rostro y pude sentir un escalofrío en mi cuerpo. No le quedaba bien sonreír.
-Hoy estás completamente sola. Le dije a mi padre que le de el día libre a Daisy. Dijeron que va a ver una feria en la plaza de la otra cuadra, seguramente el bar se llene. Solo te advierto- término con la misma sonrisa y se dio la vuelta para marcharse.
Cerré los ojos tratando de mantener la calma y me di la vuelta para empezar a trabajar.
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Sweet Hazzy
RomanceHazzy Colman es una joven de veintitrés años que trata de ganarse la vida con su trabajo a tiempo completo en un bar de mala muerte en lo profundo de Inglaterra. Tratando de ayudar con ese misero sueldo a sus padres adoptivos que la criaron y amaro...