Capitulo 7

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Punto de vista de Hazzy:

Me adentré a la cocina y mi corazón latía con fuerza de la angustia y rabia que sentía. Odiaba mi situación económica, odiaba trabajar día y noche un bar donde apenas me pagaban y donde era menospreciada y maltratada todos los días por mi jefe o su hija, estaba cansada de sentir que Marcus tenía el poder en mi. Me acerqué a Bobby y le di el papel que saqué de mi libreta donde había anotado el pedido de Thomas, espera, ¡No me hizo su pedido!.

Salí de la cocina y divisé su mesa a una esquina.

Él estaba viendo su celular, mientras lo tenía con una mano con la otra le daba golpecitos a la mesa como si fuera un batería y sus dedos fueran los palos. Sonreí al verlo.

Me acerqué hasta Thomas y levantó la vista al verme.

-Lo siento, me olvide de preguntar cual era su pedido- aclaré algo avergonzada.

-Oh cierto- sonrió -Un café cortado con cuatro media lunas, por favor.- me respondió.

Lo escribí en mi libreta y salí disparada a la cocina.

-Un café cortado con cuatro media lunas Bobby- le dije apoyándome en la barra que separaba la cocina donde cocinaban de donde nosotras las meseras caminábamos.

-A la orden- dijo y salí para atender a otro cliente.

En la mesa que estaba justo al lado de la entrada se encontraba una señora de unos sesenta y tantos mirándome, esperando a que llegue a ella.

-Buen día señora, ¿Que va a pedir?- Pregunté tratando de ser lo más amable posible.

-Buenos días niña, me gustaría un café con un poco de leche y unos panqueques con jarabe por favor- me dijo la señora, a note todo y me fui a la cocina.

-¡Un café y unos panqueques con jarabe Bobby!- le informe al cocinero, el ruido de las ollas y de los platos no me dejaban escucharlo bien pero pude oír un "a la orden" de su parte.

Agarre el pedido de Thomas que se encontraba en la barra y salí de la cocina.

Cuando divisé al dueño del pedido, pude escuchar la campanilla de la puerta principal abrirse.

Una niña entró y todos voltearon a verla.

Sus ropas eran viejas y sucias, pero estaba abrigada, por su peso se notaba que pasaba hambre y el corazón se me partió una vez más como todos los martes. Siempre trataba de darle algo de dinero pero mucho no le servía, digamos que yo no tenía mucho para darle.

Dejé de mirarla y me acerqué a la mesa de Thomas pensando en que luego de darle su pedido iría a la cocina y de mi chaqueta sacaría unos cinco dólares y se los daría.

-Tu pedido- Le digo con una pequeña sonrisa, aunque mi mente todavía está en esa pobre niña que anda dejando tarjetas mal escritas para por lo menos ganar unas monedas por ellas.

-Gracias- Me respondió Thomas sin prestarme atención por mirar a la pequeña.

De pronto la veo ir a la mesa donde estamos y deja una pequeña tarjeta cerca de el café, la miro bien, esa niña no debe tener más de cinco años, pienso.

-Cariño- La frena Thomas gentilmente del brazo antes que se vaya a seguir repartiendo.

Ella lo miró con algo de miedo y luego me miró a mi en busca de ayuda, yo solo le sonreí para que sepa que él no le haría nada malo.

-Toma- le dice él metiendo su mano en el bolsillo de su pantalón y sacando dinero.

Los ojos de la pequeña brillan y extiende su mano aún temerosa. Cuando el coloca el dinero lo veo y ¡Le dio doscientos dólares!.

Sweet HazzyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora