Punto de vista de Hazzy:
Eran las once de la noche, faltaba media hora para que mi turno finalizara, y desde que Thomas había dicho que iba a recogerme, estaba demasiado nerviosa.
-¿Cariño estas bien?- Me preguntó Elizabeth, estaba lavando los platos y me vio cuando derrame el café de la cafetera intentando servirlo en una de las tazas, el local ya estaba cerrado y mientras limpiábamos y acomodábamos las ultimas cosas, Eli me pidió un café.
Estaba insultándome a mi misma por ser tan tonta que cuando escuché su voz me dio un pequeño susto. Había olvidado que se encontraba allí conmigo por un segundo.
-S-si, todo bien Eli- Le respondí con una sonrisa forzada y agarré servilletas de papel para limpiar el regadero de café que había ocasionado.
Ella levanto una ceja, no creyendo en mis palabras, pero siguió lavando los platos.
-Demonios- Susurré cuando veía que las servilletas solo se humedecían y no absorbían por completo el café, al parecer había derramado mucho.
-Dejame a mi Hazzy- Me dice en un tono amable, y se acerca con un trapo seco a limpiarlo.
-Gracias Eli, en serio no se por qué estoy tan torpe- Le respondo y me alejo para que ella pueda limpiar bien la mesa de trabajo.
-¿Tiene algo que ver con lo que harás a la salida?, te he visto ver el reloj cinco veces en los últimos diez minutos Hazzy- Me dice con una sonrisa y una mirada acusadora, pero con buena intención.
-Puede ser- Le digo rascándome la cabeza por un segundo, señal de vergüenza por ser tan obvia. ¿Tan nerviosa podía estar? . Pero como no estarlo, si un hombre como Thomas me vendrá a buscar en treinta minutos, para llevarme a mi casa con su escolta de seguridad, en su gran auto. A mi, Hazzy. ¿Como no estar nerviosa?.
-Si quieres ve al baño a repasar tu maquillaje o lo que hacen las jovencitas como tu cuando se ven con alguien que les gusta, yo aquí termino y cierro...-
-No, no Eli, no es eso...- Intente explicarle pero me interrumpió.
-No me des explicaciones niña, ve a cambiarte que ya termina tu turno. El fin de semana pasado dejaste algo de tu ropa en uno de los placares, cámbiate, no quieres que ese muchacho te vea con tu ropa de mesera ¿verdad?-
Me había olvidado por completo que tenia ropa allí, asi que por curiosidad de cual de mis prendas estaban en ese placar, fui hasta el fondo de la cocina. Abrí ese gran placar, en el cual muchos dejaban sus pertenencias, y nadie se las tomaba. Era una especie de casillero.
Encontré un vestido de una tela fina y sencilla, ese vestido lo usaba cuando quería ir al parque o simplemente para pasear, no era ni formal, ni muy simple. Y era bastante cómodo.
Dudé si cambiarme y utilizarlo, no quería dar una impresión equivocada a Thomas, quizás pensaría que quería intentar algo, o que mal interpreté su gesto de llevarme a casa.
Pero después pensé, y no tenia nada de malo el usar un simple vestido y unas zapatillas, que mas da.
Tengo que dejar de pensar tantos las cosas, me dije.
Fui a uno de los baños y comencé a cambiarme. El vestido era de color nude y tenia varios tipos de flores antiguas estampadas en el, repito, era simple, pero muy bello.
Me coloqué nuevamente mis converse blancas y me até el cabello en una cola de caballo, solté algunos mechones de adelante y luego de ver que estaba aceptable, salí de los baños, para toparme con Eli.
-Ahora si que estas hermosa, ese muchacho caerá rendido- Me dice dándome una mirada de arriba a bajo.
Sonrío y le contesto -Ya te dije que no es eso Eli, ese muchacho del que hablas se dispuso a llevarme a casa por que él estuvo presente la otra noche cuando intentaron asaltarme. Nada mas- Luego de explicarle, ella rueda los ojos y yo me río.
Miro el reloj que llevo en mi muñeca, aquel que mi madre me obsequió para mi cumpleaños numero dieciocho, sí, hace cinco años. Y observo que en diez minutos serian las once y media.
Los nervios se apoderan de mi, no entendía muy bien por qué estaba así, no era nada raro lo que pasaría, solo me llevarían a casa. Pero es que ver a Thomas me causaba algo extraño, era como alguien desconocido pero familiar, me causaba una sensación segura, como si supiera que no me lastimaría, que podríamos entablar una amistad, no lo sé.
Salgo de mis pensamientos y vuelvo a la cocina donde Eli ya se encontraba tomando su café sentada en una de las sillas altas que allí estaban.
-¿Quieres que cierre yo cariño? Estaba pensando acomodar las estanterías de cafe, me pone nerviosa que cada vez que quiera agarrar un saco se caigan tres- Me dice señalando la zona donde se encontraba aquella estantería desordenada, y es que tenía razón, siempre queríamos ordenarla pero nunca teníamos tiempo, porque apenas llegábamos al local teníamos que comenzar a atender.
-¿Estas segura?- Le pregunté -Mira que podemos hacerlo otro día, las dos- No quería dejarla sola cerrando el local, aunque Eli nunca tenía problema con salir última ya que su casa se encontraba a tan sólo una cuadra y media.
-Tu tranquila, yo acomodo esa estantería que tan loca me pone, y vuelvo a casa- Acarició el dorso de mi mano y me regaló una pequeña sonrisa.
-Esta Bien, Eli- Me levante de mi lugar, ya que me había sentado al lado de ella, y me acerqué a darle un corto abrazo y un beso en la mejilla, adoraba a esa mujer.
Me despedí de ella y con mi corazón comenzando a acelerarse salí del bar.
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Sweet Hazzy
RomanceHazzy Colman es una joven de veintitrés años que trata de ganarse la vida con su trabajo a tiempo completo en un bar de mala muerte en lo profundo de Inglaterra. Tratando de ayudar con ese misero sueldo a sus padres adoptivos que la criaron y amaro...