Capitulo 6

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Punto de vista de Thomas:

Ya era mediodía, había llegado a la oficina unas horas atrás. Estaba demasiado cansado, la noche anterior no había podido dormir casi nada, pensando en Hazzy. Pensando si así era todos los días que volvía a su casa, pensando en si siempre la pasaba mal, si sus ataques de pánico eran seguidos, aunque esa idea la había descartado ya que por lo visto no sabía como controlarlos y eso significaba que no estaba muy acostumbrada a ellos.

Miriam entró a mi despacho interrumpiendo mis pensamientos.

-Thomas.- dijo y se acercó hasta mi escritorio, donde yo me encontraba. Se veía hermosa tenía que admitir, su piel morena y sus labios carnosos maquillados de ese color bordó que tan apetecibles los hacía ver, hacia resaltar más sus ojos verdes.

La forma en que se contorneaba al caminar hacía que mi vista se nuble. Esa mujer era lo que todo hombre quería.

-Miriam- Respondí con una sonrisa.

-Thomas, los inversores avisaron que no pueden venir a la reunión de hoy, se pospondrá para la semana que viene- Me respondió, pero yo no entendía por qué solo estaba prestándole atención a sus piernas y iba subiendo cada vez más la mirada, yo no era así, pero desde el día anterior mi apetito sexual era bastante fuerte y no entendía el por qué.

Miriam se dio cuenta de la forma en la que miraba su moreno cuerpo y mordió su labio, haciendo que algo se retorciera en mis pantalones de vestir.

Negué con la cabeza, saliendo de mis sucios pensamientos. Estaba en horas de trabajo y nunca me comportaba así. Volví a prestarle atención a mis asuntos.

-¿Entonces no tengo nada que hacer en toda la tarde?- Pregunté, y por la forma en la que reaccionó con una sonrisa coqueta, me di cuenta que no sonó como esperaba.

-No señor, toda la tarde libre- Respondió ella con un tono travieso.

-Gracias entonces Miriam, te avisaré si necesito algo más- dije con una sonrisa amable y que causó una expresión de confusión en el rostro de mi secretaria.

-Esta bien, llámame cualquier cosa- Y se dirigió a la puerta de mi oficina para salir. No pude evitar mirar su marcada silueta cuando se estaba retirando.

Luego de terminar unos papeles y confirmar alguna que otra exportación de producto, decidí ir a almorzar a fuera, así que salí del edificio y llegue hasta la puerta donde se encontraba Reynolds esperándome parado al lado de la camioneta.

-Señor- saludó Reynolds, y soltó sus manos de su propio agarre y abrió la puerta trasera del automóvil para que entrara.

-Reynolds- también salude de esa manera y me dispuse a entrar a la camioneta.

-¿Donde quiere que lo lleve señor?- Preguntó una vez subido a la camioneta.

-A algún sitio tranquilo para tomarme un cafe o algún almuerzo simple, algun lugar donde la prensa no me busque- Y es que con el nuevo negocio que estábamos haciendo en la empresa, los medios buscaban información y no me dejaban respirar sin tener algún fotógrafo o reportero encima.

Pero peor había sido cuando se enteraron de mi ruptura con Michelle, salí en las tapas de todas las revistas del país, todo el mundo hablaba de mi, sacaban especulaciones, decían que yo la había engañado, otros que ella a mi, algunos descubrieron que lo hizo con mi mejor amigo. El peor momento de mi vida estaba público, todo se trataba sobre la muerte de Mary Edwards y la separación de Thomas Edwards y Michelle Shapiro. Gracias a eso había vuelto por primera vez desde mi adolescencia un ataque de pánico.

-Como diga- Respondió mi seguridad y uno de mis chofer personal, sacándome de mis recuerdos.

Luego de un corto viaje pude ver por mi ventanilla la plaza central de la ciudad, ocupaba toda una manzana y estaba repleta de niños, padres y adolescentes. Luego desapareció ya que Reynolds tomó una calle que iba por dentro y salía del gran centro.

Sweet HazzyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora