Luz

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Luz esta sentada en una silla. Se despierta lentamente, ve que no esta donde debería estar: en su cama, y se orienta poco a poco, hasta que desespera.

L: ¿Hola? ¿Hay alguien?... No sé dónde estoy, ayúdenme... por favor, socorro... ¡sáquenme de aquí!...

Entra el Miedo, a sus espaldas, sin decir nada, y esta un buen rato de pie detrás suyo, sin decir nada, observándola... Luz sigue pidiendo ayuda.

L: ¿Hola?

M: Luz. ¿Sigues mareada?

L: Por favor, sácame de aquí.

M: ¿Sigues mareada o no?

Luz dice no con la cabeza

M: Bien. ¿Ves como no cuesta tanto contestar?

Pausa pequeña

M: ¿No quieres saber porque te he traído a este lugar?

L:¿Qué derecho tienes de violar mi sueño y traerme a este sitio en vez de ayudarme?

M: ¿Cómo sabes que soñabas hasta ahora? ¿Quién te ha dicho que no te quiero ayudar si no dejas de preguntar?... Te he traído aquí para que superes tus miedos.

L: Pues ayúdame.

M: Quiero hacerlo, pero no puedo... eres tú la que se tiene que levantar y empezar a andar... porque nunca lo has hecho.

L: ¿Que no lo he hecho nunca? Yo tenía mi familia, mis amigos, mi vida y tú me has sacado de ella... sé perfectamente lo que he hecho y lo que no, y no acepto que un tío medio loco se imagine estas barbaridades.

M: Un poco de respeto, ¿no te parece? Para empezar no sabes de qué estas hablando ya que hace tan solo unas horas que estas aquí, y yo llevo milenios haciendo mi trabajo humildemente, aunque no me guste... ya que esa es mi función, para eso fui creado.

L: ¿Y que respeto tienes tu hacia mí? Explícame de una vez que tengo que hacer para no verte nunca más.

M: Mientras me tengas miedo, ya que eso es lo que soy, no podrás levantarte de la silla.

L: ¿No ves que no lo puedo hacer sola? Y si quiero tener mis miedos los tendré, porque soy yo quien decide ser así. Ayúdame por favor.

M: Quiero, pero no puedo. Te dejas influenciar demasiado, limitando tus acciones. Mientras seas tan... mientras tengas tanto miedo a la gente que te envuelve no serás tu; y como tienes miedo, no podrás levantarte de ahí jamás... solo tienes que dejar de tener miedo, has de sentir algo más potente que el miedo... sino estaremos aquí los dos cada día, yo esperando a que te levantes, y tu, esperando a que se acabe el día para no verme... no podrás besar, abrazar, hablar, tocar a la gente que más quieres, y ellos olvidaran tu voz, tu olor, tus abrazos... no serás nada ni nadie...¿es eso lo que quieres?

L: ¡No!

Se levanta. De repente el Miedo, pierde fuerza, se está muriendo.

¿Y si ya no te tengo miedo? Es lo que querías, ¿no?

La muerte es lo que me has pedido, y la muerte es lo que tendrás. Ahora eres tú el que esta sufriendo... como yo antes.

M: Eso creo...

L: Ahora sabes lo que sentía.

M: Gracias por ayudarme a morir... no soportaba más esto

L: ¿Tienes miedo?

M: Sí...

Monólogos y Otras EscenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora