Una tarde cualquiera, en Barcelona, paseando bajo la lluvia, reflexionando sobre su próximo estreno, el joven Braulio caminaba lentamente por la calle, peleándose con su paraguas para que no se plegase ante el viento y para protegerse mínimamente de la lluvia. Quería estar listo para su próximo estreno. El joven Braulio vivía cerca de una estación de metro, pero ciertamente en ese instante su pensamiento estaba en su lucha contra el paraguas, la lluvia y el viento. Al día siguiente se estrenaría una obra en un pequeño teatro, en la cual, él era el actor principal. Su primer rol de protagonista y tan solo unas 30 horas para enfrentarse a su personaje. Había cogido el metro esperanzado de que evitaría la lluvia y llegar sano y salvo al ensayo general. Hoy llegaría tarde, la lluvia había provocado retrasos en los metros y una saturación de gente impresionante. Se puso a imaginar cómo sería el estreno mientras caminaba bajo la lluvia el poco tramo que hay del metro al teatro, bajando la ronda Sant Pau, hasta una pequeña calle, acercándose al pequeño teatro de la calle reina amalia. Ahí estuvo ensayando unas cuantas horas, su personaje, experimentando lo que sería enfrentarse a la noche siguiente al público, combatiendo los nervios.
Al finalizar el ensayo, el joven Braulio, imaginaba una conversación entre él y el personaje que iba a representar, quería estar seguro de que su personaje le aceptaba como intérprete. Por suerte no llovía, entró por la salida Sant Antoni Abad, al metro de la Línea 2, la que iba a tomar desde ese día hasta la última representación para ser el personaje. El personaje de una obra, con el cual había intimado todos esos días, llegó al andén y como era tarde, la frecuencia del metro era naturalmente menor, así que para no aburrirse esperando el metro, decidió coger su libreta y empezar a escribir un dialogo entre su personaje y él. Se puso lo más cerca del último vagón, para así salir rápidamente del metro y así llegar pronto a casa, no había cenado nada y tenía hambre. El ensayo le había dejado relativamente exhausto, aunque también muchas risas. El metro llegó y el diálogo aún no había terminado. El vagón estaba casi vacío, al sentarse, a su lado se encontraba su amiga María de toda la infancia, de la cual estuvo relativamente enamorado, medio tímido, medio alegre por el reencuentro, decidió conversar con ella y olvidar su proyecto de dialogo personaje-Braulio. Le contó a María que estaba ensayando para el estreno de una obra, que pronto iban a representar. Recordaba cuando al ser más jóvenes, él y María jugaban encima de dónde actualmente saldrán del metro. En aquel entonces no había metro. María y él jugaban tranquilamente en la plaza Tetuán, Braulio se pasaba horas y horas en casa de María, jugando y hablando.
Braulio y María recordaban alegremente todo aquello, pero demasiado tarde, la estación correcta era la que acababan de pasar, Tetuán. Así que decidieron ambos, bajarse en Monumental e ir caminando hacia sus casas, recordando viejos tiempos, en los que la estación de Tetuán era una estación vacía, de un proyecto abandonado, por lo cual los sueños de alguien habían circulado durante tiempo. En aquel entonces, no había metro, María y Braulio, recordaban cuando Braulio cogía el 7 para irse al trabajo de sus padres tras el colegio y como Braulio bajaba a pie desde casi la Diagonal para reunirse con su amiga, cuando eran jóvenes. Braulio había llegado exhausto a casa. Su reencuentro con María bajo tierra, la libreta de Braulio seguía viajando en ese vagón casi vacío. La ilusión del reencuentro había hecho olvidar completamente a Braulio, su libreta y su proyecto de escritura. Se fue a dormir, olvidando su libreta...
Al día siguiente María que iba hacia su trabajo, como cada mañana en el metro, para hacer su rápido transbordo a la L3 en Paral·lel, vio en un asiento, la libreta... Recordando que Braulio la sostenía cuando se encontraron, María la cogió y se la llevó rápidamente al tren de la L3, dónde leyó lo que había puesto, allí leyó un poema de amor dedicado a ella de Braulio, confusa guardó la libreta en su bolsa. Pensando en si ir al estreno de la obra de Braulio o no, la libreta le había revelado cosas que ella ni sospechaba. Llegó al final de la línea habiéndose saltado su parada, cuando se dio cuenta, decidió quedarse en el vagón y esperar el cambio de sentido y así ir rápidamente al trabajo, al cual sin duda llegaría tarde, sabiendo que dentro del metro ahora había cobertura, decidió llamar a su jefe y avisarle de que iba a llegar tarde. María decidió a la tarde enfrentarse a lo escrito en la libreta de Braulio, decidió coger la libreta y el metro hacia el estreno de Braulio, por suerte Braulio le había comentado que bajando a Paral·lel podía llegar al teatro sin problemas, ella no dudó en ponerse en el vagón de en medio, para así al llegar a la estación consultar el plano.
Durante el trayecto vio cosas y sin darse cuenta, estaba escribiendo en la libreta de Braulio todo lo que ella pensaba, sentía, observaba y lo que le había inspirado todo. Al llegar a la estación decidió bajar. Miró el plano, dónde señalaba el "vosté es aquí", miró la salida y el camino que le llevaría a Braulio, salió de la estación y se fue caminando por el pasadizo que le llevaba a la salida correcta: Nou de la Rambla. De repente, se dio cuenta que no sabía dónde estaba, una calle larga, gente esperando en la parada de autobuses de al lado y una señora se le acerca preguntándole para llegar a no sabe dónde, María pensativa, le respondió a la señora que bajase al metro y que cogiese la Línea 2 que empezaba ahí, en el andén que está cerca del de la L3 que va a Zona Universitaria, la señora avanzó lentamente hacia el interior de la estación, mientras que María buscaba la calle correcta. Decidió subir poco a poco hasta llegar al teatro. Al entrar al teatro, la obra empezaba con unos sonidos de vagones de metro, una especie de estación de metro era representada, Braulio hacia su aparición, el joven hizo su aparición, María aplaudiendo.
Era la historia de un reencuentro en una estación de metro entre dos enamorados que se reencontraban en una estación de metro, con la cual María se sintió identificada, al final, la realidad de la obra de teatro y de ellos se mezcló en un final feliz, tanto la obra como su historia.
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Monólogos y Otras Escenas
HumorUn recopilatorio de los monólogos, escenas y sketches que he escrito o representado en los escenarios de Barcelona.