VII

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Los cuatro amigos llegaron a su destino

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Los cuatro amigos llegaron a su destino. El príncipe emocionado dejo que la princesa escogiera por él ya que era su primera vez. Y así  todos los demás pudieron lo que deseaban y se sentaron para disfrutar.

Esta muy rico —dijo Ichigo terminando de saborear un poco de su delicia congelada.

—Y es más rico porque no lo pagamos, eres muy bondadoso por pagar todo, Sen —dijo Gian con una sonrisa viendo a su maestro. El de lentes deje de comer su barquilla cuando escucho a su alumno.

—¿Tenia otra opción? —preguntó cortante y rodeó los ojos.

—No —respondió el pelirrojo y se terminó de comer su helado—, tenía que haber pedido la cesta familiar, trae cinco porciones.

—Puedes pedirlo.

—¿De verdad? —preguntó emocionado por las respuesta de su maestro.

—Claro, no te lo voy a pagar pero lo puedes pedir —respondió con una sonrisa victoriosa.

—Qué malo, me ilusionaste.

—Le gustó mucho el helado, maestro —dijo el peli-negro observando como Seiya se comía el helado con las galletas.

—Es rico —le dio una galleta en forma de cara de gato al demonio, el cual la acepto felizmente.

—¿Quiere de mi helado? —le pregunto al peli-blanco— El suyo solo son dos porciones de mantecado mantecado y vainilla, por el color creo que saben exactamente igual. Además si usted escogió estos sabores para mi significa que también le gustan —agarró con la cucharilla un poco de su helado de brownie y lo acerco a los labios del menor.
—No saben exactamente igual —se quejó Seiya y luego probó el helado.

—Usted es muy tierno —comentó el príncipe mientras el peli-blanco se relamia los lamios. Gian miraba la escena con una expresión indecente y el peli-marron miraba sorprendido el leve sonrojo en las mejillas de Seiya.

—¿Saben? Ustedes parecen una... u-una —el pelirrojo no pudo terminar su oración, ya que un tacto arriba de su pantalón en su entrepierna lo detuvo. Bajó la vista discretamente y vio que la mano le pertenecía a su maestro.

—¿Una qué? —preguntó Ichigo sin entender el comportamiento de Gian, que de un momento a otro se había puesto nervioso.

—Una piñata, llena de sorpresas, muchas sororesas —improvisó como pudo por los nervios, además que ya se había puesto duro—. Sen, quiero ir al baño, ¿me acompañas?

—¿Ok? —respondió haciéndose el extrañado y se levantó de su asiento. Ichigo y Seiya solo se miraban confundidos.

—Pe-pero tengo frio, préstame t-tu chaqueta —no pudo evitar tartamudear, sabía que estaba actuado muy raro y no sabía que hacer. El de lentes se quitó la chaqueta y se la entrego a su estudiante, Gian se la amarró en su cadera para que tapará su erección.

—¿Por qué te la pones ahi? Se supone que tienes frio —pregunto el peli-blanco.

—Es que a mi me da frio en esta zona, soy único, maravilloso y especial. Vamos, Sen, me voy a orinar encima —habló con puras escusas, agarro a su maestro de la muñeca y fueron al baño, gracias a Dios era individual y estaba desocupado.

—Te espero aquí afuera —Sen intentó detenerse y dejar que Gian entrará solo, pero su estudiante lo arrastró hasta adentro del sanitario y lo cerró, colocando seguro.

—¡¿Me explicas que fue eso?! —preguntó alterado, Sen le hizo señas que se tranquilizará— ¿Por qué rayos estabas tocando mi perfecta zona pri-va-da? —preguntó de nuevo más tranquilo, asegurándose de que su maestro entendiera el problema.

—Que mas da —Sen se acercó al espejo y se quitó sus lentes de contactos, se volteó y dejó ver su verdadero color de ojos.

—¿Eres un demonio? —preguntó asombrado al ver rosado intenso que brillaba en los ojos de su maestro, Sen asintió y suspiro.

—No le digas a nadie.

—Aja, ¿y por qué usas lentes si ya usas lentes de contacto?

—Son lentes falsos.

—Ah, ok. Sigo sin entender porque me tocaste —Gian volvió al tema original.

—Soy un demonio y tengo deseos... Nadie puede saber sobre esto, no le digas a nadie, me pondrías en serios problemas —el pelirrojo arqueo una ceja, preguntado con su expresión: "¿Por qué?

》El trato entre los demonios y la agencia lleva casi dos siglos, yo fui uno de los primeros demonios que vino, por la falta de experiencia de como entrenar a seres oscuros muchos demonios murieron o no pudieron hacer nada, se supone que nadie se "graduó" —hizo el gesto de comillas en el aire— o eso hicieron creer, tres demonios y yo si lo logramos. Nos han estado entrenando cada vez más ya que somos muy resistentes, el ser tu maestro es una prueba y si lo logro me pondrán de élite, seré de los primeros demonios en estar en la élite, pero, si se dan cuenta de que aún tengo deseos demoníacos puedo perder todo  —tomó una gran bocanada de aire cuando termino de explicar.

—Sí solo me hubieras dicho que yo soy muy sexy y tu muy gay te hubiera creído, no tenias que decir todo eso —dijo el pelirrojo ganándose una mirada molesta por parte de su maestro—. Hoy es tu día de suerte voy a satisfacer los deseos —bajo la tapa de el inodoro, empujó a Sen para que que se sentará y se bajo el pantalón.

—Así no se sacian los deseos demoníacos —a diferencia de los humanos los demonios no juegan con algo una o dos veces, no, ellos se quedan con ello y lo van usando más y más, buscan formas de divertirse y torturar hasta que normalmente sus víctimas mueren.

—No son tus deseos los que quiero saciar...

Mientras los seres oscuros hacían cosas indebidas, el príncipe y la princesa hablaban de cosas importantes.

—Tienes muchas galletas, de muchas formas —dijo Ichigo mientras Seiya le robaba de su helado.

—Tengo muchos moldes —dijo el peli-blanco cuando terminó de comerse el helado ajeno—. Me queda solo una, tendré que hacer más —sacó la última galleta en forma de corazón—, toma, yo ya comí suficientes.

—¿Seguro? —preguntó agarrando la galleta de la mano de su maestro son recibir respuesta— Usted es muy tierno —rompió la galleta por la mitad y le dio una Seiya, su maestro la agarro y los dos se la comieron al mismo tiempo—. Un día le voy a hacer galletas.

—Más te vale.


El cuento del príncipe demonio (yaoi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora