El cuento del príncipe demonio (yaoi)

XIII

La pareja estaban juntos en la cama, la princesa dormida y el príncipe acariciando su cabello. ¿Cuanto tiempo había pasado? Dos, tres o quizás hasta 5 horas y aun así, seguía en lo mismo.

—D-dej... a... ya... —Seiya balbuceaba incoherencias mientras dormía.

El demonio sonrió y bostezo, aunque quería seguir admirando a su maestro, le provocó dormir y lo hizo, asegurándose que sus cuerpos estuvieran muy cercas, el peli-blanco acurrucado en su pecho y él abrazandolo. Simplemente perfecto.

Se durmieron los dos esta vez. En la noche balbuceaban, casi como si se lograrán entender entre sus sueños. Sin despertarse ni una sola vez, hasta la mañana🐣

—Tengo... hambre —Seiya se despertó con mucha flojera y lo primero que salió de boca fueron esas palabras, seguidas de un bostezo y un estiramiento. Cuando se quiso mover más los brazos de su estudiante no lo dejaron—. Ichigo, vamos a llegar tarde si sigues así, al menos sueltame a mi —intentó que lo soltará con simples palabras, sin acercarse mucho ya que apenas se habia despertado y tenía que cumplir con su higiene bucal.

—No quiero —respondió con malhumor, sin soltar al peli-blanco.

—Te voy a bajar puntos por llegar tarde.

—Usted también está llegando tarde —replicó sin abrir los ojos.

—Ajá, pero yo no soy un estudiante —ganó la discusión con esas simples palabras—. Me quiero bañar, ¿me puedes prestar una toalla?

—Claro, revise los armarios, debe haber algo por ahí —contestó estirandose y sin levantarse.

—Me voy a bañar rápido para que después tu lo hagas —se levantó y se quitó las medias, camino descalzo hasta el armario y comenzó a buscar la toalla.

—Tengo flojera, ademas no necesito bañarme, a diferencia de los...

—No me importa, te vas a bañar —lo interrumpió y agarró una toalla mediana color morado.

—Pero...

—No me interesa que lo demonios se limpien con su propia energía, te vas a bañar —ordenó de forma infantil, cruzándose de brazos.

—Lo hago si nos bañamos juntos, para que no sea tan aburrido —pidió ya rendido por la insistencia del humano.

—Esta bien —respondió y se comenzó a desvestir—. Apurate.

—Maestro, usted dijo que se tardaba en despertar. Vuelva a dormir —el peli-negro no tenía ni un poco de animo, solo quería seguir descansando.

—No seas tan flojo —lo regañó, aunque se notaba que él también quería dormir otra vez, no sólo por los bostezos, sino también porque aveces se quedaba embelesado, viendo alguna parte del suelo y sus párpados se intentaban cerrar solos—. No es como si yo quisiera irme, serás todo un problema como alumno.

Seiya se quitó toda la ropa, quedando completamente desnudo, justo cuando se iba a colocar la toalla, Ichigo le salto encima.

—Primero que nada, no es que sea flojo, es que usted es una excelente almohada y la cama me llama con sus encantos, me dice: "duerme", "duerme" —dijo lo último fingiendo una vos ancestral.

—Ayer tuviste mucho tiempo para dormir, nos acostamos como a las cuatro de la tarde —Seiya golpeó suavemente a el demonio en la cabeza.

—Es que no me pude dormir —río nervioso, sabiendo que no había dormido porque se la paso observando a su maestro.

—Entonces no soy una buena almohada.

—Es tan buena almohada, que su perfección me mantuvo despierto, maestro —los ojos del príncipe brillaron por un momento, abrazando más fuerte al otro.

—Ya sueltame, esta tarde, me quiero bañar, te vas a bañar y estoy desnudo —el peli-blanco logro apartarse del demonio y salió corriendo al baño de la habitación, con la toalla en la mano—. Quítate la ropa y vente a bañar.

—No entiendo porque tengo que soltarlo, ya esta tarde y usted se ve más lindo desnudo —habló como si fuera lo más obvio del mundo y se comenzó a quitar la ropa.

Cuando el peli-negro quedó completamente desnudo, busco una toalla y agarró una negra grande y ni siquiera se la colocó. Al llegar al baño escucho que abrieron la regadera, el sonido del agua junto el hecho de que su maestro estaba tarareando una canción, era muy tranquilizante para él. Abrió la puerta de la ducha y abrazo a su maestro, su cuerpo quedo en shock cuando sintió el agua casi congelada recorrer su espalda.

—Maestro... ¿por qué se está bañando con agua fría? —preguntó sin soltarlo, ahogando un grito interno. No era nada agradable sentirte como un cubo de hielo, sobretodo si apenas te levantaste de la cálida cama—, ¿sabe que también hay una llave para el agua caliente? Solo debe regalarlas, para que salga tibia.

—Necesito despertarme y el agua fría me ayuda, además no sé cómo se usa eso, siempre termino quemadome —explicó el maestro, soltandose del abrazo para poder seguir pasando el jabón por su cuerpo.

—Creo que prefiero quemarme —observó los labios de Seiya, estaban morados además estaba temblando, aunque gracias a esa expresión de indiferencia parecía que no le importará—. Tiene mucho frio, ¿verdad? —sin esperar respuesta abrió la llave del agua caliente, hasta que salió tibia— Así está mejor.

—Se siente bien —habló en voz baja y se fue quitando el jabón de su cuerpo—. Ya voy a estar listo.

—Claro que no —Ichigo salieo de la regadera, abrió el gabinete que estaba en la esquina de baño y saco el champú, volvió y le vacío casi medio litro en el cabello de su maestro—. Aún le falta mucho.

Seiya ni se quejo, solo se lavo el cabello también, intentado que el líquido no le llegará a los ojos. Después de eso espero a su alumno, no quería que le volviera a echar más cosas.

—Listo —avisó emocionado el demonio cuando se terminó de quitar el jabón.

—No, no es cierto —el peli-blanco agarro el pote y le echo el resto del champú en el cabello—; aun te falta un poco.

—Ya me había lavado el cabello, esto es injusticia. Lo voy a castigar —fingió una voz amenazante y volvió a abrazar a su maestro, llenando de champú otra vez.

—¡Oye!

El baño de la princesa y el príncipe tardo mucho... demasiado. Cuando al fin lo terminaron se vistieron, con una ropa que estaba en la cama, aparentemente la bruja la había dejado ahí;  la princesa verificó que no tuviera ninguna maldición y se la colocó.