Al terminar su largo viaje y llegar a su destino, el príncipe fue recibido cálidamente en la vivienda por quienes habitaban en ella, le dieron alimento y después una amigable charla...
—Y entonces ella me dejo por otro —dijo el chico perdido en el alcohol—. Me engañó una vez, me dijo que no volvería a suceder,¿le creí? Si le creí, por supuesto que le creí y en menos de tres días me engaño con mi primo —comenzó a llorar, Ichigo solo se sentó un poco más lejos—, uso la escusa de que yo era gay o eso parezco y que tengo algo con mi mejor amigo, ella no comprende la unión entre amigos.
—Aimon, comportate —llegó a la sala un chico alto, cabello castaño claro con mirada tranquila y una sonrisa avergonzada—. Lo siento mucho, se vuelve más idiota de lo normal cuando toma alcohol —se disculpó con el demonio y se sentó en el medio de los dos, quitandole la botella a su amigo.
—No hay problema —sonrió el príncipe.
—Estoy tan sólo —se quejó el borracho y monto los pies en el sofá y abrazo sus piernas—, nadie me quiere.
—No digas eso, me tienes a mi y a Meri —consoló a su amigo mientras acariciaba su cabello rubio—, nosotros te queremos
—¡Tienes razón, Celi! —gritó Aimon y alzó los brazos como un niño— Te tengo a ti, a Meri y al nuevo demonio.
—¿Yo? —preguntó dudoso Ichigo, parpadeando dos veces.
—Claro, cualquiera que me soporte cuando estoy borracho merece el gran honor de ser mi amigo —apenas pudo decir esto y se desmayó, su amigo logro sostenerlo para que no se cayera del sillón y se golpeara contra el piso.
—Eres todo un desastre —habló en voz baja con la misma sonrisa, sin importale que su amigo ya no estaba consciente —. Creo que lo mejor será que ya nos vayamos a dormir, ¿te parece?
—Claro, ¿dónde voy a dormir yo? Si no hay habitación puede ser aquí, en el sofá —preguntó el demonio mientras veía como el peli-marron se levantaba y cargaba al rubio en su hombro, como costal de papas.
—Pues... Ven —le hizo señas y el lo siguió. La casa era de un solo piso, casi todo era de madera, habían varios pasillos y muchas puertas, se detuvieron en la primera puerta de uno de los pasillos—. Esta es mi habitación, puedes dormir aquí.
—¿Y donde va a dormir usted? —interrogó con amabilidad.
—No me digas "usted" me haces sentir viejo —se rió—. Yo dormiré con Aimon —parecía que el peso del chico en su hombro no era gran cosa—, casi siempre dormimos juntos, su ex nos encontró así y por eso le término —parecía sentirse orgulloso por ello.
—Entiendo, gracias por todo —se despidieron y el príncipe entro en la habitación, prefirió no fijarse muchos en los detalles, solo fue a la cama que estaba perfectamente acomodada, se sentó y se quitó los zapatos—. Ni siquiera traje más ropa —dijo para si mismo.
Se acostó en la cama, desabotono los primeros botones de su camisa y el botón de su pantalón, cerró los ojos y después de varios minutos ya se había quedado dormido.
—Amo, amo, amo —abrió los ojos irritado por la voz femenina, su sirvienta estaba al lado de su cama llamándolo—. Al fin despierta, llevo seis minutos con veinticinco segundos intentado que se despertará —dijo ella acercándose más.
—¿Qué hacés aquí? —ya no sabía si molestarse o sorprenderse por la insistencia de su sirvienta.
—¡Que tipo de pregunta es esa! —gritó, el demonio reaccionó y le tapó la boca.
—No grites, vas a despertar a los demás —susurró algo molesto, Celine asintió y él quito su mano.
—Amo, sabe que solo me preocupo por usted, por favor vuelva —dijo en tono de súplica.
—Ya deja esto, sabes que espere mucho y no pienso volver, no por ahora... —recordaba las palabras de su padre, era su deber volver, era el príncipe demonio, tenia que gobernar a su pueblo.
—Entonces déjeme ayudarlo —suplico ella, sabiendo que no podía llevarse a Ichigo por la fuerza.
—No —negó de inmediato y sin dudarlo.
—Lo acompañaré a la agencia.
—No.
—Lo esperare en la salida.
—No.
—Podemos conseguir una casa y vivir juntos.
—Triple no —negó todas sus propuestas y ella ya se estaba desanimando.
—P-pero...
—Vete, no quiero problemas —le pidió cabizbajo.
—Usted es el príncipe demonio, tenia un castillo y ahora vive como invitado —esta vez parecía que lo estaba regañando.
—¡Celine! —levanto la voz sin querer y se tranquilizó— No digas mi verdadera identidad, te dejare ayudarme, pero no ahora.
—¿Mañana? —preguntó la demonio emocionada.
—Quizás después —rió nervioso.
—¿En un par de días? —volvió a proponer aun con ánimo.
—Puede ser después de unas semanas.
—¿En un mes? —la sirvienta observó la expresión de su amo y antes de que él aumentará el tiempo, ella se quejó— Amo, es injusto, yo solo quiero cumplir con mi deber de ayudarlo y protegerlo, sobre todo por personas como ese mesero creído.
—Yo creo es tierno —respondió recordando al peli-blanco, podía ser un chico muy serio, pero eso le gustaba.
—Seguro ya quiere tener hijos con él —habló con sarcasmo y rodeó los ojos.
—No puede tener hijos, es un hombre, aunque... ¿como serian nuestros hijos? Seguro saldrán muy lindos, seguro que...
—Cómo sea —interrumpió la chica—, no es como si un demonio como usted y ese humano pudieran tener una relación.
—Tienes razón.
—Por supuesto, por eso debe dejar ayudarlo.
—Mejor hablemos sobre eso otro día, quiero descansar —dio esa escusa y se acostó dándole la espalda a la rubia.
—Vendré mañana —susurró. Antes de que el peli-negro se pudiera pudiera decir algo, la chica ya había desaparecido.
—Mañana será un día muy complicado —habló en voz baja con una sonrisa amarga en su rostro.
El príncipe sabía la gran amenaza que podía ser la bruja, pero no podía hacer nada por ahora, así que sólo descanso para superar el siguiente día.
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El cuento del príncipe demonio (yaoi)
RomanceSinopsis: ¿No están aburridos de los típicos cuentos? El mal ataca y es derrotado, todos viven felices para siempre, excepto el villano y eso que se esforzó tanto en hacer sus actos malignos. Esto es muy aburrido o eso piensa el príncipe demonio, é...