Quizá sea el hecho de querer estar sola o de no querer enfrentarme a Lucifer, que me quedo en el baño, lo que parecen horas. Y escucho movimiento del otro lado de la puerta, lo que me indica que Lucifer no se ha ido. Todavía. Porque en el fondo, sé que debemos tener cuidado, incluso con el vinculo y su promesa de ayudar, él es el Rey de las mentiras y las manipulaciones, no se sabe si esta planeando algo o si hará algún movimiento inesperado. De lo que sí estoy segura, es que Lucifer haría cualquier cosa para salvar su propio pellejo y perdurar como Rey del infierno, lo que nos da una ventaja, porque nuestro enemigo es el suyo y hará lo que sea para quitar a Los Mayores del mapa.
Escucho que tocan la puerta principal y me levanto rápidamente, con la esperanza de que sea tal vez Orión. Abro la puerta y Lucifer está acostado en la cama con sus manos detrás de su cabeza y las alas desparramadas sobre el colchón, junto con su pelo negro. Me mira levantando una ceja.
- Ya era hora. - gruñe
Lo ignoro y voy hacia la puerta. Violet me sonríe radiante del otro lado y sin pensarlo, se lanza sobre mí, envolviendo sus brazos y enterrando su cara en mi hombro. Tiemblo por impacto que supone verla y despues me recupero, devolviendole el abrazo.
- No sabes cuanto te he extrañado, Emma. - dice en un susurro y su voz tiembla un poco.
- Yo también. - le digo y luego recuerdo que estamos en compañía de un demonio molesto. - ¿Podemos ir a hablar a otro lado? - le digo en voz baja, porque no pienso tener esta conversación en la misma habitación con Lucifer presente.
Violet mira detrás de mí, a Lucifer, y su en su rostro se refleja el terror que siente. Le aprieto la mano mientras la sigo, pero antes de cerrar la puerta, miró hacia la cama. Entrecierro los ojos
- Lo juro. Si intentas algo... - dejó la frase en el aire, para que se imagine lo que quiera.
Pero lejos de sentirse intimidado, se ríe
- No me iré a ninguna parte, querida. Y no tendrías que hacer el ridículo intento de amenazarme, si tan solo te quedaras. - ronronea - Después de todo...no hemos tenido nuestra luna de miel. - sus ojos brillan y puedo percibir cierto deseo en ellos
Aprieto los labios y cierro la puerta, sin responder. ¿Que demonios planea? Con todos estos comentarios ¿A qué juega? Obviamente disfruta de las reacciones que provoca, pero algo me dice que hay mucho más detrás. Y espero jamás tener que averiguarlo.
- ¿Como lo haces? - Violet está con los ojos muy abiertos. - Para hablarle así. Tan solo verle me da ganas de salir corriendo. - se estremece y yo aprieto su mano, mientras me guía por el pasillo largo, pasando por varias puertas.
- Porque ahora compartimos el mismo poder. - miro hacia adelante, recordando la pelea en la biblioteca. - Y me di cuenta que no puedo temerle a mi igual.
Violet asiente, preocupada, como si no le gustará nada lo que dije de compartir. Trago saliva.
- Y ¿Dónde estamos? -preguntó, cambiando de tema.
Ella se detiene delante de una puerta, más grande. Asumo que es la salida de este lugar.
- En el cielo, Emma. - dice y luego abre la puerta, dejándome sin palabras.
El Reino de los cielos, todo lo que había visto a través de las ventanas mientras estábamos aquí. Al lugar que no nos dejaban ir. Una ciudad, con casas, edificios y campos de entrenamiento. Con la diferencia de que en lugar del suelo, están las nubes que parecen humo. Miro a lo lejos a otros ángeles, algunos con alas y otros las mantienen ocultas, pero todos ellos con túnicas blancas o trajes de combate. Doy un paso, fuera. Insegura de como se sentirá pisar una nube, o si caeré al vacío. Suelto un suspiro cuando no sucede. Me muerdo el labio, tanteando el terreno y se siente exactamente como pisar algodón, suave y cómodo. El cielo azul es precioso y el sol iluminando todo parece casi irreal. Una ciudad de sueños.
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Pacto Final (Libro 3) [TERMINADO]
Teen FictionTercer y último libro de la Trilogía El Pacto.