Capítulo 14: Un recuerdo olvidado.

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                                                     *CAPÍTULO 14*

(SHIRLEY VdP)

Era de noche y estaba bastante oscuro, no había nadie alrededor cuándo de repente un chillido ensordecedor llenó el lugar. Había varios carruajes aparcados al lado de la acera y detrás de ellos había bosque que parecía un tanto extenso. No se veía nada más aparte de los primeros árboles que lo componían ya que la luz de las farolas era muy tenue. Miré por todos lados desesperadamente para encontrar el lugar dónde provenía aquel chillido. Escuché unas voces que no pude reconocer y ya fuese por curiosidad o por instinto me adentré en el bosque para ver de qué se trataba todo aquello. Las voces se escucharon más nítidas y eché a correr hacia ellas. Sin darme cuenta de que traspasaba todo árbol que se cruzaba en mi camino. Llegué a una especie de claro distinguí a dos personas. Un chico de pelo castaño un poco largo y ojos del mismo color  de semblante siniestro. Miraba fijamente a una chica de pelo castaño, rizo y ojos de color miel que revelaban el terrible miedo que tenía. El chico la acorraló contra un árbol e intentó besarla a la fuerza. Ella se negó y este le propinó un bofetón en toda la cara haciendo que ella cayera al suelo. Cuándo le pegó, sentí el golpe cómo si me hubiesen dado a mí. Caí al suelo algo atontada agarrándome la mejilla con las manos; cómo pude me levanté y vi que la chica también lo había hecho. El la miró y le sonrió de manera maquiavélica, al parecer disfrutaba de ese momento. Decidí intervenir, cogí un palo que tenía a mi derecha y me dispuse a pegarle para que la chica pudiese escapar. Tan sólo a unos pasos del chico, apareció otro que le pegó una patada en el estómago.

-Edgar…-dijo la chica, parecía algo aturdida.

-Tranquila, ya estoy aquí, nada malo te va a pasar-le dijo muy seguro. Ella asintió y se sentó en una piedra a unos metros de mí. Era extraño si la tenía al lado es totalmente imposible que no me haya visto. Me situé a su lado.

-¿Estás bien?-le pregunté tímidamente. Ella no contestó, miró hacia mí con desconcierto y bajó la mirada- ¿Me estás escuchando?-pregunté de nuevo. Volvió a mirarme y con una mano intentó tocarme, pero increíblemente su mano me atravesó.

-Dios, el cansancio me hace oír cosas raras-dijo en un susurro. Edgar venía hacia la chica cuándo el otro chico se levantó del suelo y le propinó un golpe con el mismo palo que yo había cogido. Pegué un grito de desesperación y todo se volvió oscuro de nuevo.

(EDGAR VdP)

Me quedé estático mirando  a Shirley estaba inconsciente en los brazos de Jason, todos corrían a su alrededor como locos intentando que despertase. Los profesores llegaron inmediatamente y uno de ellos la cargó en brazos llevándola a la enfermería. Como si estuviera poseído, caminé lentamente detrás del profesor y de sus amigos. Cuándo me di cuenta, estábamos todos en la enfermería sentados alrededor de ella mientras la enfermera la revisaba. Tenía la mirada perdida, miraba a cualquier lugar como si estuviese prestándole atención pero mi mente estaba a quilómetros luz de aquel lugar. Esteban se movía de una lado para otro sin cesar estaba visiblemente nervioso al igual que el resto de sus amigos. Todos tenían un semblante de preocupación pero yo sólo miraba a Shirley que aún estaba inconsciente en la camilla. Su rostro estaba sereno pero llegó un momento en el que contrajo los párpados y su pulso se aceleró. En ese momento salí de mi extraño trance y me acerqué más  a ella, la agarré de la mano intentando tranquilizarla. Los demás me miraban extraños pero no me dijeron nada. Shirley abrió los ojos y se incorporó sentándose en la camilla muy alterada y respirando entrecortadamente. Me miró asustada y se echó a mis brazos.

-¡Edgar!-sollozó, todos la  miraron sorprendidos incluido yo-¡Edgar, Edgar! Te he echado tanto de menos… no me dejes nunca por favor-rogó con múltiples lágrimas cayéndole por la mejilla que morían en mi camisa. El rostro de Esteban se contrajo a uno de dolor y de odio hacia mí sus hermanos  la miraban con miedo e incredulidad y el resto simplemente nos miraban sorprendidos. La abracé más fuerte le acaricié suavemente la mejilla y le limpié las lágrimas que le seguía cayendo. Shirley me miró a los ojos un segundo y cayó de nuevo inconsciente en mis brazos. La recosté de nuevo en la camilla. Quedé en estado de shock ¿Qué demonios había pasado?

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