XI

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*Preparen sus pañuelos, perras*

—Oh, Jennie. Tardaste mucho.— habló con una sonrisa— Sigues siendo igual de impuntual.— rió.

—Mejor tarde que nunca, dicen.— Le sonrió  mientras se adentraba a la casa.—¿Cómo están? Hace tiempo que no las veo, en especial a tí.— Lisa caminó hasta la cocina extrañada por lo último que había dicho Jennie. Esta solo la seguía suponiendo que allí se encontraba JiSoo.

—¿A qué te refieres con eso?— Decía frunciendo el ceño.

—Me refiero a que hace tiempo que no te veo a ti, con JiSoo me mantuve en contacto.

—Oh. Ella está bañándose, ya sale. ¿Quieres que te ayude a sacar los ingredientes?—Jennie asintió y ambas comenzaron a sacar todo lo que necesitaban.
JiSoo llegó y las ayudó a hacer los macarons, los cuales en menos de unas horas estaban hechos.

•-•

—¿A qué hora sale Tom?—preguntó JiSoo cuando Lisa fue al baño.

—Eh... No lo recuerdo.— respondió llevando un macaron a su boca para darle un mordisco.

—¡Cómo que no sabes!—Jennie rapidamente agarró su celular para fijarse la alarma que había puesto para no olvidar a qué hora Thomas debía volver.

—Cuatro y media.— Dijo volviendo a llevar el macaron a su boca.

—¿Tienes una alarma hasta para eso?—Preguntó JiSoo incrédula.

—Mejor prevenir que curar.—Dijo riendo excusándose.

—Que idiota.—dijo mientras se unía a su risa— ¿Puedo ir a retirarlo?— soltó repentinamente.

—¿Qué?— Habló Incrédula ahora Jennie.—¿Por qué?

—No sé, lo extraño. Él me dijo que quería verme, y, creo que es buena idea.— Jennie dejó el pedaso del macaron en el plato y se cruzó de piernas. En realidad si quería que JiSoo valla en lugar de ella, pero no aceptaría. Ahora era una madre y debía ser responsable, por más que no quisiera, o simplemente no tenga ganas.

—No.— respondió seria.— Puedes acompañarme, pero no irás sola.—JiSoo asintió y no dijo nada más al ver a Lisa.

—¿Y, están ricos?— preguntó Lisa.

—Si.— respondió Jennie con poco entusiasmo pero con una leve sonrisa.

—Yo aún no los probé.— habló ahora JiSoo agarrando un macaron al igual que Lisa para dirijirlo a su boca.
Ambas se miraron al querer agarrar el mismo y se sonrieron, haciendo que Jennie se asqueara y haga una mueca de desagrado apoyando su cabeza en el respaldo del sillón.

—Tengo que irme, tengo que alimentar al loro de mi vecino.—Dijo Jennie rápidamente para irse.

—¿Qué loro? Ningún vecino tiene uno.— Preguntó JiSoo extrañada y confusa.

—Exacto.— Jennie agarró su campera y salió de la casa con las llaves del auto a mano.
Entró en éste pero no arrancó, solo se sentó ahí, esperenado a que algo pasara, no sabía qué, pero esperaba que ese algo desconocido sucediera.

Y en la espera se aburrió, agarró su celular y entró en su galería. Bajó hasta no poder hacerlo más y se encontró con una foto de ella, de Rosé, un día antes de aquél desastroso accidente. Cómo lo lamentaba Jennie, quería volver el tiempo atrás y hacer que eso nunca halla pasado. Pero pasó, y no podía hacer nada para cambiarlo. Recordaba cada una de sus palabras antes de ese accidente, cada letra, cada expresión, cada movimiento, cada mirada.

FlashBack

—Ya no puedo, Jennie. Ya no más —gritaba desesperada haciendo que todo el pasillo diriga sus miradas a estas dos.—. Ya me cansé de vivir así, no quiero seguir de esta manera. Te amo, Jennie... Pero... No puedo.
Las lágrimas en la cara de Jennie resbalaban haciéndola ver vulnerable ante toda la escuela.
—Chaeyoung...—sollozaba mientras corría tras ella intentando alcanzarla. Se había ido, y nunca volverían a quererse.

•-•

Y lloró, porque tal vez era a ella quien esperaba, o, tal vez, esperaba su memoria, o respuestas, pero nada de eso llegaba. Ella no volvió, su memoria menos, y respuestas, no hace falta aclarar eso. ¿Respuestas? Escasas.

Y lloró, porque mandó todo a la mierda, por que tal vez no la amó lo suficiente y porque su cuerpo no pudo alcanzarla. Odiaba su cuerpo. Se odiaba a ella misma. Odiaba no haberle dicho "Yo también te amo", se odiaba por eso y por mil cosas más. Por mil cosas que no podía arreglar. Por eso lloraba.

Y lloró, por que todo lo que tenía lo desperdició, o tal vez, no se tomó el tiempo para hacer eso, siquiera. Lloraba por que la quería, la quería y ella no. Lloraba por que ella había borrado su sonrisa, ya no era la misma, era otra persona. Otra persona igual a ella, pero a partir de ese día nació la nueva Chaeyoung. La nueva Chaeyoung, la que no conocía a Jennie Kim. Esa otra persona no pensaba en Jennie Kim como lo hacía ella, no, no era así. Esa otra persona no le sonreía, ni le miraba, ni le tocaba como lo hacía ella. No era ella, era otra.

Y lloró, por esa foto. Esa última foto de ella. Y sí, era una imagen muy contradictoria, siempre lo pensó, pero nunca quiso darse cuenta.
Ella tenía su maravillosa sonrisa, pero sus ojos... sus ojos no demostraban la misma felicidad. En sus ojos facilmente podía reflejarse su tristeza, pero Jennie cubría sus ojos, viéndolo, pero ignorándolo. Por eso lloraba.

No llores, Jendeukie. No debes llorar. Sonríe, sé felíz, besame y seamos felices.— Pero ella tampoco estaba, su veneno no estaba.
Su veneno también se esfumó y quedó en alguna parte del mundo, pero ese veneno sí sabía quién era Jennie Kim, vaya que lo sabía, pero la ignoraba. La ignoraba, y por eso lloraba.
El veneno que le dio vida ahora se fue, y no volvería junto a ella. Por que claro lo dijo, ya no la amaba. La odiaba, con el alma.

Veneno, porque envenenaba con sus caricias, con sus besos, con su cuerpo, y la mataba, haciéndola sentir más viva.

Y lloró, por que no habían respuestas, por que estaba rota, por que ella no estaba, y por que ese veneno la llevó al borde de la muerte, pero no la mató.

•My Dear Lover• ||JenSoo~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora